Armando Manzanero |
Muere Armando Manzanero, el icono de la balada romántica latinoamericana
El cantautor mexicano, que transformó el bolero en las últimas seis décadas con canciones como ‘Adoro’ o ‘Somos novios’, ha fallecido a los 85 años a causa del coronavirus.
Camila Osorio
México, 28 de diciembre de 2020
Armando Manzanero, el cantante y compositor mexicano que desde los años sesenta revolucionó el romántico género del bolero, y cuyas canciones son capaces de tararear millones de oyentes a los dos lados del Atlántico, ha muerto este lunes a sus 85 años. El jueves 17 de diciembre fue internado en un hospital de la Ciudad de México tras contagiarse con coronavirus y, aunque su familia había compartido que estaba en proceso de recuperación, el cantautor falleció en la madrugada del lunes tras un paro cardíaco. Su hijo Juan Pablo Manzanero explicó al diario Reforma que su padre se contagió a principios de diciembre cuando hizo un viaje para festejar su cumpleaños con varias personas. “A todos mis hermanos, todos los de ahí les dio Covid, y a mi jefe”, contó Juan Pablo desde Mérida, donde su padre será cremado. “Yo le dije ‘oye, pa’, no andes saliendo’. Y me dijo ‘es que si yo me quedo en casa me muero’. Es una persona que pues siempre estuvo muy activa”.
“Con mucho dolor lamento la muerte del maestro Armando Manzanero, uno de los más grandes compositores de México”, anunció en Twitter esta mañana Alejandra Fausto, secretaria de Cultura del Gobierno del país. “Armando Manzanero era un hombre sensible, un hombre del pueblo, lamento mucho su fallecimiento”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando terminó su conferencia de la mañana con la canción de Manzanero Adoro. “Irreparable pérdida para el mundo de la música latina”, dijo en el comunicado de la academia de los Latin Grammy’s. Ante la noticia de su muerte, también lo despidieron en las redes sociales artistas de todo el mundo, como el español Alejandro Sanz, el argentino Fito Páez, o los puertoriqueños Luis Fonsi y Ricky Martin.
Manzanero nació en la península de Yucatán en 1935 y creció en una familia de músicos: su padre fue fundador de una orquesta, su madre fue bailarina, su tía abuela dirigió una escuela de Bellas Artes en Mérida donde Manzanero estudió desde niño. “Tía Julia, quiero ser músico”, le dijo a esta con ocho años. Manzanero aprendió a tocar el acordeón y luego el piano hasta que decidió partir a la Ciudad de México en mayo de 1957, a la casa de un amigo, el famoso compositor yucateco Luis Demetrio.
El joven Manzanero tocó serenatas con amigos, trabajó en una editorial de música y en la disquera CBS Internacional, y eventualmente empezó a componer y a tocar el piano para otro famoso de los boleros, el chileno Lucho Gatica, que residía en México desde 1955. Manzanero hizo su primera gira en Estados Unidos junto a Gatica y allí conoció a las crecientes estrellas latinas del norte, como a Celia Cruz, la reina cubana del bolero y la salsa.
Manzanero también visitaba las discográficas de Ciudad de México llevando las canciones de Luis Demetrio, y conoció eventualmente al famoso mariachi mexicano Rubén Fuentes y al compositor Rafael de Paz, que le abrieron las puertas en la disquera RCA donde Manzanero grabó su famoso sencillo: el hit Adoro, de 1967 (“Adoro la calle en que nos vimos, la noche en que nos conocimos”). Fue su primer éxito de ventas, pero sobre todo un clásico que se ha consolidado con los años: Adoro la han reinterpretado —con o sin Manzanero— decenas de artistas como Juan Gabriel, Plácido Domingo o Alejandro Sanz. “Me place saber que mi trabajo trascendió generaciones”, dijo Manzanero hace 20 años a un periódico en San Francisco. “Nos enseñaste adorar de la manera más bella”, escribió Sanz en Twitter para despedirse del cantante.
Armando Manzanero, como alguna vez lo dijo el escritor Carlos Monsiváis, se hizo famoso cuando la balada romántica no era lo que más buscaban las discográficas. “Cuando ya se da al bolero jubilado por la acción del rock y la balada norteamericana, arraiga una voz inesperada, sin el ímpetu decorativo de los tenores, ni la plenitud arrabalera de los cantantes de la Sonora Matancera, con la intuición semijazzística que clarifica a la canción romántica”, dijo el escritor. Manzanero fue para la balada latinoamericana lo que Charles Aznavour para Francia, o Frank Sinatra para Estados Unidos: esa voz entre dulce y ronca pero irrepetible, que canta de amor y de desamor, y que ya no estaba ligada a México únicamente sino a toda la región. “Para competir contra el rock & roll, los compositores y músicos de boleros latinoamericanos, en particular el mexicano Armando Manzanero, modernizaron la composición y los arreglos del bolero,” dice el musicólogo chileno Daniel Party.
En su larga carrera Manzanero escribió más de 400 canciones, grabó al menos unos 20 discos, y dejó en el mundo musical clásicos inolvidables como Esta tarde vi llover, No sé tú, Contigo aprendí, Esperaré y Somos novios. Compuso canciones para Luis Miguel e incluso para telenovelas. Alejandro Sanz y Tony Bennett hicieron una interpretación de Esta tarde vi llover (Yesterday I Heard the Rain), al igual que lo hizo el famoso pianista de jazz, Bill Evans, e incluso Elvis Presley, en 1973, cantó su versión de Somos novios traducida a It‘s Impossible.
Manzanero, que ya tenía 85 años, siguió dedicado a la música hasta los últimos meses de su vida. “Fue uno de los más grandes artistas de nuestro tiempo... Manzanero vivirá en las almas de todos los que aprendimos a amar con sus canciones”, ha lamentado la Sociedad de Autores y Compositores de México, de la que era el presidente. “El alma romántica de México y el mundo está de luto. Ha partido el gran maestro”, añadió la institución en un comunicado.
En 2010, los Grammy Latinos lo reconocieron con un premio a la excelencia musical, una excepción en esa institución. En 2018, cantó Adoro en maya, en un homenaje que le organizaron en la ciudad yucateca de Chichén Itzá, en el que participaron también su amiga Tania Libertad, Eros Ramazzoti, o el cubano Paquito D’Rivera. Y este año, en octubre, los premios Billboard le hicieron un último homenaje excepcional por sus seis décadas transformando la música latina, en el que Manzanero tocó el piano desde la Florida junto al puertorriqueño Luis Fonsi, el español Pablo Alborán y los mexicanos Jesús Navarro y Joy Huerta.
“Los boleros dicen montones de verdades, es por eso que a mí me gustan tanto”, dijo uno de los dos hombres que se enamoran en El beso de la mujer araña, novela de 1976 de Manuel Puig. Las verdades de Manzanero se quedan acá, las que entregó el hombre que a los boleros le dio el beso “más dulce y más profundo”, como dice la canción Contigo aprendí, y continúa: “Para poder irme mañana mismo de este mundo. Las cosas buenas, ya contigo, las viví”.
FICCIONES
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Las canciones más bellas del mundo / Mía
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