martes, 20 de junio de 2017

Zoé Valdés / Diálogo con un muro





DIÁLOGO CON UN MURO
POR ZOÉ VALDÉS
abril 12, 2015



Empezaré por el presidente Barack Obama, quien ayer sostuvo un diálogo público con un dictador al que llamó presidente, y quien protagonizó una de las frases más desafortunadas de la historia. ¿Le importa a Obama los conflictos históricos como la 1ra y la 2da guerra mundial donde tantas muertes e injusticias se cometieron y de lo que hoy todavía seguimos hablando y recordando? A juzgar por sus palabras de ayer, no le importan. Puesto que él no había nacido cuando estas guerras tuvieron lugar. Obama dijo ayer, todo sonrisa, que no estaba interesado en seguir sosteniendo un conflicto que había tenido lugar cuando él no había nacido todavía, el de Cuba y EEUU -amén de las muertes y las injusticias cometidas por parte del castrismo. Es el banal pretexto de un ignorante. ¿Habrá que recordarle a Obama que como máximo representante de su país también representa el pasado y el futuro, la historia de ese país? ¿Habrá que demostrarle a Obama que el conflicto aún no se ha terminado cuando vemos cómo se comportan los oficialistas cubanos en un parque de Panamá o en la sala de conferencias de un evento frente a la oposición cubana?

En cuanto a Castro II, al que se le vio bastante incómodo durante el diálogo, mientras que Obama lanzaba palabras a un muro, tras un discurso en la Cumbre de 45 minutos, el límite eran 10 minutos, pero él tiene que emular a su hermano Castro I en todo, Castro II estrechó la mano del presidente norteamericano, pero luego, durante el diálogo se atrevió a más, afirmando que admiraba a Obama: “Es un hombre honesto al que admiro”. Lo dice el más deshonesto de los hombres. En ese instante esperé que alguno de los representantes de la oficialidad entrara y le cayera a golpes, le diera como mínimo un mitin de repudio. ¿Dónde andaba Abel Prieto, que más bajo no puede haber caído, en aquel momento colosal?




Castro II le tiende la mano al que hasta el otro día fuera su peor enemigo -según él mismo-, pero rechaza el diálogo con la oposición cubana, refusa estrechar las manos de esa parte del pueblo cubano que también aprecia el gesto de acercamiento de Obama en buena medida, o que sin apreciarlo está ahí, para entenderse como buenos humanos. Pero es que con el castrismo no hay humanidad que valga, y todos actúan como robots a la espera de que los programen para golpear y reprimir.

No entiendo por qué la oposición se prestó para tales enfrentamientos, vuelvo a repetirlo, ¿qué sentido tiene ser humillados mientras como en el caso de Obama le lanzan palabras a un muro? Un muro del que muy a menudo salen puñetazos, estrellones, calumnias e insultos. De nada valdrá sacrificarse una vez más frente a las miradas pro castristas. De nada valdrá salir huyendo con las nalgas al aire bajo las mismas consignas con las que los maltratan y rebajan en las calles cubanas.

Lo único que queda ya es que el pueblo cubano se lance a esas calles, pero eso ni en sueños ocurrirá. El pueblo cubano, según encuesta, prefiere que Obama los salve con laticas de Coca Cola y cuadritos de sopa. Lo que trajo el barco.


ZOÉ VALDÉS



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