DOS POEMAS
Poema con tigres
El tigre lleva en la piel los barrotes de su jaula.
Eduardo Umaña Bernal
Siempre, entre el tigre y mi precaria humanidad,
hubo una jaula.
A veces nos separaban los barrotes del zoo,
A veces las rejas que traman las palabras.
Ni el tigre de Blake,
Ni el tigre al que Valéry llamó
Campo listado o cosa parecida, rugieron en mi
tienda.
Ni siquiera el tigre de Borges
Cuyo lazarillo es la noche.
Menos aún el tigre de la Malasia,
El temido de Ishnapur,
El tigre de la aldea que se escondía en la niebla.
Mi tigre siempre fue tigre de papel.
Yo iba por las junglas del lenguaje,
Un pobre cazador dormido entre fogatas,
Alguien que seguía las huellas dactilares de la
fábula.
De safari por la lengua esparcía trampas
Para atrapar la palabra tigre y amansarla.
A duras penas apresaba una dulce jaguaresa
En la floresta de letras de Horacio Quiroga.
Pero hoy vi tus pasos sigilosos,
Los vi en la algazara de los tucanes y los monos
Que señalaban en su alarma la dirección de tus
garras.
Te vi junto al río y ya no hubo más jaula que
mi miedo,
Tigre en libertad,
Flama en la noche de los sentidos.
hubo una jaula.
A veces nos separaban los barrotes del zoo,
A veces las rejas que traman las palabras.
Ni el tigre de Blake,
Ni el tigre al que Valéry llamó
Campo listado o cosa parecida, rugieron en mi
tienda.
Ni siquiera el tigre de Borges
Cuyo lazarillo es la noche.
Menos aún el tigre de la Malasia,
El temido de Ishnapur,
El tigre de la aldea que se escondía en la niebla.
Mi tigre siempre fue tigre de papel.
Yo iba por las junglas del lenguaje,
Un pobre cazador dormido entre fogatas,
Alguien que seguía las huellas dactilares de la
fábula.
De safari por la lengua esparcía trampas
Para atrapar la palabra tigre y amansarla.
A duras penas apresaba una dulce jaguaresa
En la floresta de letras de Horacio Quiroga.
Pero hoy vi tus pasos sigilosos,
Los vi en la algazara de los tucanes y los monos
Que señalaban en su alarma la dirección de tus
garras.
Te vi junto al río y ya no hubo más jaula que
mi miedo,
Tigre en libertad,
Flama en la noche de los sentidos.
Memoria del constructor de ruinas
En el principio fue la ruina.
Unos extraños, portadores de andamios y plomadas
Empezaron a roerla para volverla casa.
Es como si le pusieran muletas al aire.
Para qué ventanas, si al tumbarlas
Siguen fieles a su vocación de aire
Y tallamos escaleras con peldaños de vacío.
Es prudente construir la ruina antes que la casa.
Poner la pátina antes que el rincón,
Soltar el humo antes de izar la chimenea,
Hacer que el patio libere el horizonte.
Unos extraños, portadores de andamios y plomadas
Empezaron a roerla para volverla casa.
Es como si le pusieran muletas al aire.
Para qué ventanas, si al tumbarlas
Siguen fieles a su vocación de aire
Y tallamos escaleras con peldaños de vacío.
Es prudente construir la ruina antes que la casa.
Poner la pátina antes que el rincón,
Soltar el humo antes de izar la chimenea,
Hacer que el patio libere el horizonte.
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