viernes, 30 de julio de 2021

Sky Rojo / Machismo y prostitución

 


Sky Rojo: Machismo y prostitución al mejor estilo ¿Tarantino?

Temas como la prostitución y el machismo suelan asociarse con historias dramáticas que llevan a una moraleja forzada. Sin embargo, Sky Rojo, la nueva serie de Netflix, sorprende al involucrar estos dos elementos en un formato de película de carretera repleta de acción.  

Peleas, persecución, diseño de producción impecable, juego de planos, humor negro… la serie reúne todos los elementos para evidenciar que sus creadores Álex Pina y Esther Martínez (mismos de La Casa de Papel) se inspiraron en el trabajo del cineasta Quentin Tarantino. No obstante, el trasfondo de la historia y la complejidad de sus personajes hace que esta serie tome su propia personalidad.

En Sky Rojo no hay buenos ni malos. El espectador decide cuál bando escoger, aunque la narrativa desde un inicio te sugiere que te inclines hacia el trío de prostitutas que protagoniza la serie, al mejor estilo de las Chicas Superpoderosas. El enfrentamiento entre ellas tres y Romeo (Asier Etxeandia), el dueño del burdel en el cual trabajan, es el detonante para esta ajetreada persecución.

Sky Rojo

De izquierda a derecha: Wendy, Coral y Gina.

Las protagonistas

La similitud entre las protagonistas de esta serie y las de la caricatura de Cartoon Network va más allá de la cantidad de integrantes. Coral (Verónica Sánchez) es la líder, como Bombón, una sobreviviente de violencia doméstica y adicta a los estupefacientes, cuyas aventuras complicarán aún más la situación.

La inocencia de Gina (Yany Prado) de inmediato la sitúa como la Burbuja de este grupo, una madre soltera cubana que terminó en el Club Las Novias tras ser víctima de trata de blancas. Mientras que la irreverencia de Wendy (Lali Espósito), tal cual como la de Bellota, complementa este trío. La interpretación de Espósito está tan cargada de humor negro, que por momentos hace que el espectador se olvide de la acción y lo lleva a una sitcom.Quienes van detrás de ellas son Christian (Enric Auquer) y Moisés (Miguel Ángel Silvestre), unos hermanos cuyas heridas fraternales ponen a prueba la eficacia con la que alcanzarán su objetivo y dejan claro que nuevamente, no hay buenos ni malos. Se trata de personas con circunstancias muy desafortunadas que coincidieron nada más y nada menos que en un burdel de Tenerife.

Tal cual como el coyote y el correcaminos transcurren estos ocho capítulos de menos de media hora que te invitan a verlos en maratón. Entre las tenues luces de neón e incluso una luz natural sofocante, acompañada por un gran trabajo de soundtrack que involucra desde la música techno del burdel hasta clásicos del rock hispano, como Devuélveme a mi Chica de los Hombres G.

No obstante, el verdadero punto a favor de Sky Rojo se deja entrever en breves momentos, precisos, pero muy incisivos. Sky Rojo reflexiona sobre el papel de la mujer en la sociedad, y cómo el machismo sigue minimizando al género femenino. 

Desde un Romeo que estudió minuciosamente el deseo sexual del hombre para crear su burdel (con explicaciones que recuerdan al Profesor de La Casa de Papel), hasta un encuentro forzoso que Wendy tuvo en el baño tras dejar de ser prostituta; la serie subraya todo lo que sigue mal en la sociedad.

En el desenlace las protagonistas se cuestionan si algún día los hombres entenderán que cuando ellas dicen no significa no, pero ¿será que la sociedad y los espectadores lo tendrán completamente claro para la segunda entrega?

Así es como Álex Pina y Esther Martínez denuncian el machismo, la trata de blancas y la cultura de la violación: con una persecución al mejor estilo Pulp Fiction situada en Tenerife ¿extraña combinación, no? 

Lo único que no se perdona es ese final tan abrupto. La buena noticia es que ya existe la segunda temporada, que se filmó en simultáneo y que podría llegar a Netflix más pronto de lo esperado.

Y si disfrutaron la brillante ejecución del soundtrack a lo largo de la producción, les dejo esta playlist con las canciones que sonaron durante los ocho episodios, para que se transporten al asiento trasero de una camioneta que pasea por Tenerife durante una tarde muy calurosa.

REPORTERO ROSA




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