Gilles Lipovetsky |
Gilles Lipovetsky: "El mayor seductor del mundo no es una geisha ni una supermodelo, es el capitalismo"
- Norberto Paredes
- Festival Digital Colombia@BBC Mundo
La seducción se ha vuelto un recurso omnipresente en el día a día del siglo XXI.
Ya no solo nos topamos con ella en un bar o en la discoteca, sino que está presente en la publicidad, en la política, en los posts de las personalidades que seguimos en las redes sociales e incluso en la soledad de tu casa si entras en Tinder.
Gilles Lipovetsky |
En su último libro, "Gustar y emocionar: Ensayo sobre la sociedad de la seducción (Anagrama)", el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky abarca este fenómeno que ha existido "desde siempre" y que otrora se manifestaba a través de expresiones culturales como el baile y el canto.
Desde hace casi cuatro décadas, este intelectual de 76 años estudia y escribe con optimismo sobre asuntos muy presentes en las sociedades modernas y ultramodernas.
Con "La era del vacío" (1983), una de sus principales obras que habla del individualismo en la época hipermoderna, Lipovetsky se hizo un nombre que desde entonces se asocia a temas recurrentes como el hiperindividualismo, el consumismo, la globalización, el feminismo y el mundo postmoderno.
Ahora, el también autor de "De la ligereza" (2015), vuelve con un ensayo que pone de relieve el hecho de que somos la primera sociedad en la historia en la que la seducción es soberana: somos autónomos en la manera en que la ponemos en marcha, si queremos, cuando queremos.
Con su última obra, Lipovetsky pretende acabar con la visión negativa de la seducción que, según él, está interiorizada en las sociedades actuales.
Lo que sigue es un extracto de la entrevista que el escritor tuvo con BBC Mundo, en la que habla de lo positivo y lo negativo de las aplicaciones de citas, de las nuevas formas de seducción y de lo bueno y lo malo de la cirugía estética como expresión de la seducción soberana.
¿Cómo ha evolucionado la seducción en las últimas décadas?
Se puede decir que desde hace varias décadas asistimos al gran fenómeno de la dilatación de las lógicas de seducción.
La seducción es un fenómeno que siempre ha existido en todas las sociedades humanas. Siempre han existido prácticas y códigos de seducción, como los bailes, el maquillaje, la moda, el canto, las formas de cortejar a las mujeres, etc.
Pero también en todas las sociedades estas prácticas de seducción han estado súper controladas.
Las sociedades han intentado silenciar la lógica de la seducción, como vemos, por ejemplo, con los matrimonios arreglados, en los que la seducción no juega ningún papel.
Hoy vemos una auténtica explosión de prácticas de seducción sin límites, que abarcan todos los ámbitos de la vida social.
Las aplicaciones y los sitios de citas por internet nos permiten conocer a quien quieras, a cualquier hora del día o de la noche.
O las bodas, nos casamos cuando queremos. También se ve en la moda o en las prácticas cosméticas, ahora incluso las chicas jóvenes pueden maquillarse.
Hablas de las aplicaciones de citas: ¿cómo estas apps y las redes sociales han afectado la ley de "gustar y emocionar"?
Han hecho que las cosas cambien mucho. Desde siempre, para seducir, había que encontrar a la persona, conocerla. Había un cara a cara, una relación física y directa.
Hoy, puedes coquetearle o intentar seducir a alguien que nunca has conocido.
Las formas de conocerse, de gustar, dejaron de ser tradicionales.
En el pasado, existían códigos para conocer a chicas jóvenes y hablar con ellas. Había todo un conjunto de reglas.
Ahora, en las páginas de encuentros, todo se ha vuelto muy rápido. La seducción se ha acelerado, tanto es así que hay quienes dicen que vivimos en una sociedad de anti-seducción, pues todo va demasiado rápido.
Me aparece la foto de una persona, hago clic y luego me veo con ella. Ya no existen esos métodos de avance lento, ni el cortejo ni la galantería. Todas eso era el mundo de la seducción de antaño.
¿Crees que las aplicaciones como Tinder o Grindr han sido buenas para nuestra especie?
Para muchos jóvenes, conocer a gente vía Tinder o Grindr se ha vuelto bastante normal. Hacen que la gente esté menos sola, pero también hay mucha decepción.
Hablas con alguien, te emocionas y luego, te ves con esa persona en un bar y es una decepción total.
La vida ha cambiado. Antes en el pueblo, esto se hacía en las fiestas, en las vigilias. Pero ahora la gente no tiene tiempo, por el trabajo, entre otras cosas.
Yo estoy a favor de las páginas de encuentros, pese a las decepciones.
¿Qué piensas de la seducción soberana contemporánea?
Estoy a favor. En primer lugar, porque se basa en el principio de autonomía.
Cuando no existía la seducción soberana, eran las tradiciones y los padres quienes mandaban. Tan pronto como la seducción manda, los individuos son autónomos.
En algunos países latinoamericanos, los jóvenes comienzan a hacerse cirugías plásticas desde los 16 años con la ayuda de sus padres, eso forma parte de la seducción soberana contemporánea. ¿Qué piensas de ello?
Sí, la cirugía estética es una expresión de la seducción soberana. En el pasado existía la idea de que la belleza era un regalo de Dios, que no podías modificar la naturaleza, etc.
La cirugía estética tiene dos caras.
El lado negativo, cuando las jóvenes se obsesionan con los estándares de belleza que vemos en las estrellas o en las supermodelos. Esa forma de seducción se puede condenar.
Pero hay otros aspectos. Gracias a la seducción soberana, las mujeres pueden gustar por mucho más tiempo y pueden vivir con quien quieran.
Hay entonces un lado negativo y uno muy positivo.
Rechazo el maniqueísmo, me niego a que se diabolice la seducción, como se hizo durante el periodo del pensamiento griego y cristiano.
En mi libro quise corregir esta visión negativa de la seducción. La seducción es vida y si no hay seducción, no hay vida.
Hablando de estrellas y supermodelos, ¿es sano tener en las sociedades actuales como máximas figuras de la seducción a creaciones como la geisha en Japón y la estrella en Occidente?
En mi libro hablo de que en las sociedades desde hace milenios, han existido figuras que muestran cómo las sociedades se han esforzado en crear imágenes de ensueño, de extrema seducción, como las geishas en Japón o las estrellas o supermodelos acá (en Occidente).
No soy un moralista, pero creo que tener criaturas de ensueño no está mal.
La admiración y la belleza no son cosas negativas. Tener estrellas e ídolos de la música no es negativo, lo negativo es cuando la gente quiere imitarlos, cuando se vuelve patológico.
En tu libro también hablas de capitalismo y cómo ha hecho florecer una sociedad "neobárbara". ¿Cómo ha afectado el capitalismo a nuestra sociedad de seducción?
El matrimonio entre el capitalismo y la seducción es reciente. Se desarrolló principalmente en la década de 1950, a mediados del siglo XX.
Allí todo el sistema económico se convirtió en un sistema de embrujo, de gustar al consumidor, a través del marketing, de la publicidad, el diseño, la decoración de tiendas, la moda.
A partir de esa época, el día a día se convierte en un entorno de seducción. El mayor seductor del mundo no es una geisha ni una supermodelo, es el capitalismo.
El capitalismo ha difundido en nuestra vida cotidiana prácticas de seducción y objetos de seducción.
Aquí también hay cosas positivas y negativas.
¿Eres de los que cree que seducir y engañar están vinculados?
Sí y no. Seducir no es necesariamente engañar.
Por ejemplo, cuando una mujer se maquilla, quiere gustar. Es seducción. ¿Quiere engañar? No. No está engañando a nadie porque se ve que está maquillada.
Otro ejemplo es la publicidad. Cuando uno ve un comercial en la televisión, sabe que es publicidad y que está ahí para atraer al consumidor.
Hay prácticas de seducción que son engaños. Pero no toda seducción es engaño y por eso no quiero diabolizarla.
Vemos cómo en las nuevas generaciones la seducción ha perdido poco a poco su encanto, ¿a qué se debe esto?
Espera. Ha perdido su encanto, pero si nos referimos a algunas prácticas de los hombres, como la galantería.
Ahora las cosas van mucho más rápido que antes, cuando escuchas canciones de rap no hay seducción. Es violento y vulgar.
Estamos en una sociedad de transparencia y todo esto no entra en la lógica de la seducción.
Pero eso no significa que la seducción haya sido desplazada. Uno ve cómo las chicas jóvenes ahora se maquillan y se visten a la moda, todo esto demuestra que la voluntad de gustar y de seducir no ha desaparecido en absoluto. Es solo que las viejas formas han cambiado.
Pero considero que vivimos en una sociedad de seducción y no de anti-seducción.
En todas partes la tentación erótica se ha topado con prohibiciones y reglas sociales para impedir que los hombres y las mujeres cedan a sus deseos, ¿es esto contra natura?
Sí, por supuesto que es contra natura.
En el mundo animal no existe ninguna instancia social ni nada que intervenga para frenar la actividad sexual. Si la hembra se presta para el coito, va a pasar.
Pero en las sociedades humanas tradicionales esto no es así. La vida sexual es controlada desde fuera por la religión, la familia, las costumbres.
Y las mujeres, desde al menos la revolución neolítica, perdieron su antiguo poder a beneficio de sus hermanos, sus padres y la familia.
Es por eso que el movimiento de seducción de hoy, que va de la mano de la emancipación, me parece positivo.
Y finalmente, ¿cómo se logra eso de gustar y emocionar tan importante en las operaciones de seducción actuales?
(Risas). No soy un experto en seducción, sólo soy un teórico. Ahora incluso existen "coaches" de seducción que te enseñan a seducir, como sabrás.
Para responder a tu pregunta, me parece que ahora hay cosas como el humor, que ahora es considerado como un arma de seducción y antes no lo era.
Especialmente en los hombres, las mujeres reconocen que el humor en los hombres es algo que atrae.
Hay otra cosa, menos divertida: el dinero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario