Salustiano: «Para ver sexualidad en mi Cristo hay que estar enfermo. ¿El Cachorro es provocativo?»
El artista sevillano asegura en una entrevista que falta cultura artística en las personas que han criticado su cartel de Semana Santa y cuenta que a su hijo Horacio se le saltaron las lágrimas cuando vio la obra terminada: «Los dos nos hemos reído con toda esta polémica y estamos muy sorprendidos de la politización que se está haciendo del cuadro»
Salustiano García y su hijo Horacio con la polémica obra |
Salustiano García es un artista muy reconocido internacionalmente cuyas obras se exponen en museos y colecciones privadas de Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre otros países. Este pintor sevillano, que se considera un «emigrante de Sevilla», donde lleva 27 años sin hacer una exposición, cuenta que hizo una obra «menos amable que este Cristo» sobre la figura del Dalai Lama que fue elegida como cartel de una exposición mundial de 88 artistas, amadrinada por la actriz Sharon Stone. Se muestra sorprendido la enorme polémica creada en torno a su Cristo resucitado (cuya cara es la de su hijo Horacio, de 27 años) y que se haya convertido en asunto de debates más o menos sesudos en emisoras de radio y televisiones nacionales. La entrevista con ABC, de 20 minutos, se realizó por teléfono este domingo a mediodía, inmediatamente antes de una de Antena3 y de otra de Telecinco. En la Sexta también se está hablando largo y tendido, con abundancia de opiniones de «expertos», del controvertido cartel que anunciará la Semana Santa de Sevilla. No existen precedentes de semejante revuelo con una obra de este tipo.
-¿Considera revolucionario su cartel?
-No, para nada, aunque he leído y oído a gente decir eso. Es una obra amable que no quiere ser revolucionaria. Es dulzura y ternura, yo me muevo en ese territorio.
-¿Qué cree que esperaba el Consejo de Hermandades de Sevilla cuando le encargó a usted el cartel de la Semana Santa 2024?
-Cuando me encargaron el cartel, lo hicieron un poco temerosos porque saben que tengo una agenda internacional muy apretada y que tenía que posponer exposiciones para poder hacer esta obra. También creo que ellos pensaban que a través de Salustiano podrían internacionalizar el cartel de Semana Santa. Y parece que se ha conseguido, aunque no es como a mí me hubiera gustado.
-¿Esperaba que su obra provocara tantas reacciones, a favor y en contra?
Las favorables sí me la esperaba porque mi obra es amable, elegante y bella. Y, por lo general, gusta. Me han sorprendido mucho algunas críticas negativas porque, por una mínima cultura artística que se tenga, todo el mundo ha estado en iglesias y museos, y no hay nada en mi cuadro que no esté ya representado en obras de arte de hace un montón de siglos. Creo que la gente que ha hablado mal de mi obra. o que ha visto sexualidad en ella, necesita un poco de cultura artística. La escultura del Cristo Resucitado de El Greco lo representa completamente desnudo, con su pene y todo. Si esto se podía hacer en el siglo XVI, me llama la atención que no podamos mostrar a un Cristo como el mío, con su torso desnudo, en el siglo XXI.
-Hasta un independentista catalán como Gabriel Rufián, al que no le interesa demasiado Andalucía ni Sevilla, ha opinado sobre esto. No sé si lo ha leído en los periódicos.
-Me lo dijo mi sobrina, que había hecho algo, pero no he leído lo que ha dicho. No sé si estaba a favor o en contra.
-Parecía defender su obra pero para atacar a los toros y al atuendo de uno de los reyes magos de la Cabalgata de Reyes de Sevilla.
-Entonces parece que todo está en su sitio. Seguimos siendo España.
-Muchos piensan que usted ha sido fiel a sí mismo y que si alguien esperaba una postal de la Semana Santa es que no conoce a Salustiano...
-Absolutamente. Al principio pensé que lo que querían era un cartel pero luego me di cuenta de que esto iba más allá y de que el Consejo querían un cuadro y que ese cuadro fuese el cartel. Después de encargármelo, en los gimnasios, en los bares, en los restaurantes, en todos sitios por los que iba, me decían «¡Sé tú mismo!». No sé si alguien esperaba que yo copiara una imagen y le pusiera un fondo rojo: eso sería un cromo y lo podría hacer cualquiera. Yo he hecho esta obra con mucho respeto a quien me hizo el encargo. Es un encargo que los artistas regalamos a Sevilla. No es un cartel que se pague y para los artistas es un honor tener la confianza del Consejo de Hermandades y no puedes traicionar a quien te hace un encargo así. Yo no copio imágenes pero sí quería hacer guiños a algunas de las hermandades más emblemáticas de Sevilla, tanto al paño de pureza del Cachorro como a las potencias del Cristo del Amor.
-Los elogios han sido muchos para el cartel: dulzura, luz, pasión, color, el famoso rojo de Salustiano ¿Qué es lo que más le gustó de su obra cuando la terminó, si me lo puede decir?
-Cuando lo terminé y miré el cuadro, me emocioné. Se me pusieron los pelos de punta y pensé que había conseguido lo que quería. Y no es fácil siempre conseguirlo. A veces un cuadro se desboca como un caballo y uno tiene que coger las riendas y decir por aquí, esto es lo que yo quiero«. Cuando miré al cuadro, vi sobre todo los ojos de Cristo, a pesar de que el modelo era mi hijo. Hubo uno en el Consejo que dijo, al ver la obra, que invitaba a la oración. En broma decía a mis amigos: »¡Esto va a ser un icono!«. Y parece que va camino de convertirse en eso.
-Nadie se ha atrevido a discutir la calidad artística de su obra. Sin embargo, tanto en redes sociales como en una encuesta realizada por la web de ABC, ha recibido muchas críticas. El 87 por ciento de los lectores digitales de ABC que ha querido participar en esa encuesta considera que esa representación no es apropiada para un cartel de Semana Santa. ¿Cree que puede haber algo de razón en esas personas que valoran su obra de arte pero no el cumplimiento del encargo recibido?
-He visto muchos memes y la mayoría me han hecho gracia. Otros, sin embargo, tenían mala uva. La gente es libre de opinar lo que quiera. Hice una obra menos amable que este Cristo para una exposición sobre la figura del Dalai Lama, en la que participaron artistas de todo el mundo, y la obra le encantó al propio Dalai Lama. Recuerdo que estuve un año trabajando en eso y aquí sólo he tenido cuatro meses. Mis referentes fueron los carteles de la Semana Santa de Sevilla de los años 30, 40 y 50 del pasado siglo. Y yo creo que mi cartel es apropiado para anunciarla.
-¿Por qué?
-Porque este año estamos en el año 2024 y yo creo que un punto de vista nuevo pero respetuoso siempre le viene bien a las instituciones. Con respeto y con educación. Y con ternura, por supuesto. Ése soy yo. El cuadro es un mensaje de espiritualidad, amor y respeto. El Cristo que represento es bello, por supuesto, porque ya es un espíritu de Dios que va a ascender a los cielos. Esa piel que tenía de hombre, mancillada, herida, flagelada, se queda en la Tierra. A mí lo que me ha sorprendido de toda esta polémica es la politización de una obra de arte, decir que es de tal o cual partido, o de tal o cual tendencia sexual. Como si mi cuadro fuera de izquierdas. Es algo absurdo, tonto.
-El alcalde de Sevilla, que no es de izquierdas, ha elogiado públicamente su obra.
-Sí, él estaba allí. Carmen Lomana, que tampoco es precisamente de Podemos, me llamó para decirme que es un cuadro precioso que invita a rezar. Y la representante de Vox en Tomares también estaba encantada con el cuadro y me dio su tarjeta. El clero también estaba en la presentación y toda la cúpula de las hermandades. Le puedo asegurar que el aplauso fue tremendo y luego hubo una cerveza y yo no pude beber ni un buche porque todo el mundo quería felicitarme y abrazarme.
-Usted ha dicho que el cartel no enseña más piel que el Cachorro pero hay quien dice que su obra es más apropiado para anunciar el Día del Orgullo Gay. ¿Le han molestado esos comentarios?
-Esos comentarios ni me han molestado ni me han hecho gracia. La sociedad está tan politizada que se usa la homosexualidad como arma arrojadiza entre un partido y otro. Me parece que ninguno de estos argumentos están muy fundamentados pero sí creo que muchos de ellos son muy fundamentalistas. La postura y la desnudez de mi Cristo están en muchísimas obras de arte de hace siglos y el paño es lo suficientemente casto, de hecho se llama paño de pureza, y es una copia exacta del paño de pureza del Cachorro. Es un homenaje al Cachorro. Y mi Cristo, en efecto, no enseña más piel que el Cachorro. No es ni más ni menos provocativo. ¿Es provocativo el Cachorro? ¿Una fotografía del Cachorro podría ser un cartel del Orgullo Gay? El Cristo del Cachorro es un atleta de croquis. Los Cristos del XVII y del XVIII tienen una anatomía perfecta. Seguramente Cristo no estaría tan fuerte pero es una idealización porque la Iglesia siempre ha usado la belleza para convencer. A través de la belleza se puede ver más espiritualidad. Si nuestros Cristos o nuestra Virgen María fueran feos, no conmoverían tanto. Si a alguien el Cachorro le parece provocativo, entonces me parece que hablamos de una persona enferma que necesita ayuda.
-¿Se podría decir que Sevilla sigue siendo un poco rancia para el arte contemporáneo?
-No voy a hablar mal de mi ciudad, no me corresponde a mí hacerlo, pero sí quiero decir que soy un emigrante de Sevilla. Un artista contemporáneo que ha tenido que emigrar de su ciudad y que lleva 27 años sin exponer en Sevilla. Y expongo mis cuadros en galerías de todo el mundo, tienen obras mías gente como Barbra Streisand, el Dalai Lama o los presidentes del Guggenheim de Nueva York o del British Museum. Tengo una trayectoria indiscutible y soy un emigrante de Sevilla residiendo en Sevilla. No puedo decirle más.
-Para su Cristo resucitado ha elegido la cara de su hijo Horacio, de 27 años. ¿Por qué?
-Cuando me lo encargaron, buscamos modelos que tienen que cumplir una serie de requisitos. Y en este caso, estuvimos sondeando a agencias de modelos de todo el mundo, incluso contacté con un modelo australiano para que le hicieran una serie de fotografías allí. Pero de repente mi amigo Pepe Morán me dijo: «¿Y Horacio?». Le dije que Horacio tenía el pelo corto y no tenía barba, pero es verdad que eso se podía arreglar y que mi hijo tiene una mirada dulce. Que yo haya elegido un modelo ligeramente más joven que Cristo no me parece que sea para escandalizarse. A la Virgen María se la ha representado a veces con modelos de 15 años de edad.
-¿Qué le dijo su hijo cuando vio su obra?
-Me miró, tenía los ojos húmedos, y me dio un abrazo largo y apretado.
-¿Y de la polémica sobre la obra qué opina él?
-Nos reímos mucho. Los dos nos esperábamos ver la obra en la calle, que gustase y la gente comentase los carteles. Todo lo demás ha sido sorprendente. Horacio es un chico masculino, guapo, que hace su deporte, y lo están llamando de todo en las redes sociales. Él es heterosexual pero si fuera homosexual sería igual de guay. Somos una familia muy normal, alejada de toda polémica. Veíamos las imágenes en televisión, con su fondo rojo, y la gente hablando mal de la obra, y decíamos sorprendidos: «¡Pero, por favor, si es un cuadro precioso. Si es bello, si es amable...!»
-Esta ha sido una de sus primeras obras sacras, ¿será también la última?
-La primera obra que hice rojo fue una Anunciación, en la que yo hacía de ángel y mi esposa hacía de Virgen María. Luego pinté a Adán y Eva, embarazada de Caín. He hecho cuadros de niño Jesús con una galleta María en la mano y una copita de plata en la otra. Y varias anunciaciones que están todas en Alemania. La iconografía cristiana me interesa mucho y recuerdo que mi madre me me llevaba a los 5 años a la iglesia. Me pegaba horas allí, escaneaba las columnas, las volutas, las caras de los ángeles, los arcángeles, los pliegues, los dorados. Esa ha sido mi primera educación visual y por supuesto que ha impulsado mi trabajo artístico. Si me encargan otra cosa de este tipo, lo que pediría es más tiempo.
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