Dennis Lehane |
Dennis Lehane
Shutter Island
UN LIBRO AL DÍA
18 de abril de 2011
Idioma original: inglés
Calificación: Se deja leer
"Aquí todos flotan", piensa el lector de esta novela, recordando la frase del payaso más famoso de la literatura de terror (creado por Stephen King), al poco de empezarla. Flotar en el sentido de que todo el mundo está como una cabra, de que todo es muy raro, de que la narración es confusa, de que el autor estaba en un momento peculiar de su vida.
Este es uno de los libros extraños de Lehane, escritor de obras memorables como Mystic River o Cualquier otro día. Es bastante breve, y presta poca o ninguna atención, frente a aquellas, a la composición de la época o del estado general de la sociedad civil. Pero miento: quizá sí lo hace, pero exclusivamente de un lugar concreto (una isla) y de una sociedad civil específica (sus habitantes).
El argumento es sencillo: una paciente del Hospital Penitenciario Ashecliffe, para enfermos mentales graves (y peligrosos), se ha fugado. El problema es que, físicamente, de acuerdo con las condiciones de vida de los pacientes y las de seguridad, impuestas por los médicos, es imposible que se haya fugado. Además, el Hospital está en un islote. Así que las autoridades envían a los agentes federales Teddy Daniels y Chuck Aule para investigar. Y todo esto en una época indeterminada en la que no existían teléfonos móviles (el pleistoceno de la novela negra).
Lo que se encuentra Teddy, el protagonista, cuando llega, es un microcosmos sórdido y podrido, en el que conviven una serie de pacientes con profundas psicopatías, violentos, junto a un prácticamente marcial grupo de vigilantes y unos cuantos doctores muy extraños, oscuros, sibilinos. La atmósfera es misteriosa: el lugar es como el sueño de misántropo, lejano y cubierto de niebla; el clima es feroz, cambiante y riguroso; las comunicaciones son frágiles y, por supuesto, se pierden; los personajes siempre hablan como con doble sentido, como si al decir "hola" el lector interpretara, aun sin decirlo el autor, que han dicho "te vamos a joder". O algo peor. No es que sean, como suele decirse, "tíos chungos", sino que TODO es chungo.
El resto es, propiamente, el libro: la investigación avanza, los médicos ponen problemas para que los federales puedan seguir determinadas pistas, la mujer desaparecida esto, el terrible pasado del protagonista lo otro, los vigilantes son demasiado agresivos, huele como si fuera a revelarse un secreto... Mientras avanza la acción, el lector va conociendo una estupenda colección de locos perdidos y, poco a poco, Teddy va cayendo en una imparable pérdida de la razón, poseido por sus sentimientos de culpa, miedo y dolor. El final del libro es la clave y sin él nada tiene sentido.
La prosa es justita. Creo que Lehane escribe muy bien cuando se pone, pero en este libro no me deslumbra, no me lleva preso sin interrupciones como en otros casos. Me parece un poco atolondrada, dubitativa. Me tropiezo en el ritmo, me aburro con algunos párrafos, como si el narrador no prestara atención a lo que está contando. Pero entretiene, un rato.
La película me pareció que estaba bastante bien llevada, por cierto.
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