domingo, 13 de diciembre de 2015

Joyce / John Huston / The Dead


James Joyce
John Huston
THE DEAD 
Por Alejandro Salgado Baldovino

Hace rato quería dedicarle un post o un especial a esta hermosa película que me gusta tanto. Esta historia tiene dos hitos, primero, es un relato original del gran escritor irlandés James Joyce. Un relato que hizo parte de una colección de otro 14 relatos, que se tituló “Dublineses”. La historia que adapta el filme, es uno de los 15 relatos, precisamente aquel que se titula “Los Muertos”. Que de paso, es el mejor de toda la colección. Y el segundo hito de esta gran historia, además del literario, es que en el año 1987, el gran director norteamericano John Huston, cerró su excelente carrera, filmando según en silla de ruedas y con cámara de oxigeno, la que sería su última obra. Precisamente la adaptación del relato “Los Muertos”, que se conocería como “The Dead” o “Dublineses”. 

“The Dead”, cuenta una historia, ambientada en Dublín, que inicia en una celebración familiar. En la primera parte del filme o en la mayoría del filme somos espectadores de esa reunión familiar, en donde desfilan diversos personajes, cada uno con sus detalles y características. Dentro de la reunión, encontramos a una pareja, Los Conroy, Gabriel y Gretta, quienes durante toda la cena pasan desapercibidos, se camuflan y se mezclan dentro de sus familiares, pero a medida que pasa el filme, la cámara se fija cada vez más en ellos, hasta su regreso nuevamente al hotel, en donde Gretta hará una gran revelación a su marido. 

El filme es relativamente corto, dura solamente 81 minutos. Pero en esos minutos, no sobra ni falta absolutamente nada, todo está a su perfecta medida. Huston, creo que nunca hizo un filme tan centrado en sus personajes como en este filme. Ya que hay otro protagonista invisible en el filme, así como en el relato de Joyce, y es la misma muerte. Tal vez, Huston quien ya se encontraba bastante avanzado de edad, alcanzó una gran sensibilidad en esa etapa y llegó a conocer y a saludar a ese viejo amigo que seguro lo rondaba mientras filmaba la película. Porque John Huston moriría el mismo año en que el filme es estrenado, el 28 de agosto de 1987 en Estados Unidos. Dejando su última obra maestra y su último gran aporte al cine. 

La película es preciosa, lírica, nostálgica y melancólica. La dirección, la música, la adaptación del guión, absolutamente todo funciona. Y los eslabones más importantes, los actores también están excelentes, encabezados por los protagonistas, la gran actriz Anjelica Huston, hija de John Huston, que la dirigió creo que dos veces, precisamente en dos de sus mejores interpretaciones y Donald McCann. Pero absolutamente todos brillan y se mezclan con el ritmo poético del filme. 

Y qué decir de ese magistral final, en donde vemos la reflexión de Gabriel sobre la confesión de su esposa. Un monólogo que engloba en sí la esencia del filme y del relato. La guinda del pastel para este paseo hacía nuestros más profundos y dolorosos recuerdos. Un filme imprescindible de uno de los más grandes directores norteamericanos. 













Donald, Anjelica Huston y John Huston 






FRASES DE LA PELÍCULA

Gabriel Conroy: “Que pequeño papel he representado en tu vida. Es casi como si no hubiera sido tu marido, como si nunca hubiéramos convivido como marido y mujer. ¿Cómo eras entonces? Para mí tu cara sigue siendo preciosa, pero ya no es aquella por la que murió Michael Furey. ¿Por qué siento esta oleada de emoción?, ¿Qué lo ha provocado?, ¿El recorrido en el coche?, ¿Que ella no respondiera cuando le besé la mano?, la despedida de mi tía, mi discurso estúpido, el vino, el baile, la música… 


Pobre tía Julia, esa mirada ojerosa en su cara cuando estaba cantando. Pronto ella también será una sombra, como la sombra de Patrick Morcken y su caballo. Quizás pronto me siente en ese mismo salón vestido de negro, con las persianas echadas y buscando en mi mente palabras de consuelo. Y sólo encontraré aquellas débiles e inútiles. Sí, sí, eso ocurrirá muy pronto.


Sí, los periódicos tienen razón. Hay nieve por toda Irlanda. Cayendo en cada trozo de la llanura central y en las colinas sin árboles, suavemente sobre los pantanos de Alen, y más lejos, hacía el oeste, cayendo suavemente sobre las olas oscuras, rebeldes y superficiales. Uno a uno, nos vamos convirtiendo en sombras. Mejor pasar valientemente a ese otro mundo, en la plena gloria de una pasión que apagarse y marchitarse tristemente con la edad. ¿Cuánto tiempo has guardado en tu corazón la imagen de los ojos de tu amado diciéndote que no deseaba vivir? Yo nunca he sentido algo así por alguna mujer, pero sé que tal sentimiento debe ser amor.


Piensa en todos los que alguna vez han vivido desde el principio de los tiempos, y en mí, transeúnte como ellos, entrando también en su mundo gris, como todo lo que me rodea. Este mundo sólido en el que ellos se criaron y vivieron, se desmorona y se disuelve. La nieve cae, cae sobre ese solitario cementerio donde Michael Furey está enterrado. Cae débilmente sobre el universo y cae débilmente como en el declive de su último final, sobre todos los vivos y los muertos”



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