viernes, 12 de octubre de 2012

Rafael Reig / “Es muy difícil llegar a ser feliz o infeliz fuera de una familia, nada es tan intenso”

 

El escritor Rafael Reig (Tusquets Editores)
El escritor Rafael Reig (Tusquets Editores)

Rafael Reig

“Es muy difícil llegar a ser feliz o infeliz fuera de una familia, nada es tan intenso”


Rafael Reig presenta en Bilbao 'Lo que no está escrito', un 'thriller 'psicológico en torno a los rencores de una familia desmembrada


LEYRE PEJENAUTE
Bilbao, 8 OCT 2012 - 17:00 COT

La semana pasada, Rafael Reig participó en diversos actos del Festival de la Risa de Bilbao, donde coincidió con Tibor Fischer, un viejo amigo cuyo fino humor define como “pura rabia y crítica social”. En su estancia en la capital vizcaína también presentó su última novela, un thriller psicológico que invita a leer entre líneas bajo el título Lo que no está escrito.

Pregunta. ¿Cree que la literatura en clave de humor está infravalorada en España?

Respuesta. Sí, somos un país muy católico, si un libro es fácil de leer ya es sospechoso, porque leer por puro placer aún tiene connotaciones pecaminosas. Parece que tiene que estar justificado o aportar un beneficio espiritual y mientras no seamos un poco más paganos el humor no tendrá la consideración que debería como fuente de cultura, provocación y placer.

P. ¿Está extendida esa cultura fuera de nuestras fronteras?

El mundo está volviendo a la época de la Edad Media, al oscurantismo y a la servidumbre

R. Sí, el paganismo ya no existe. Creo que el mundo está volviendo a la época de la Edad Media, como decía Habermas, se está produciendo una refeudalización de la sociedad, un regreso a los estamentos, al oscurantismo y a la servidumbre.

P. Vaya panorama.

R. Sí, lamento no ser más optimista pero creo que de esta crisis saldremos, si salimos, convertidos en siervos.

P. ¿El género negro que usted tanto practica vale como crítica social?

R. Sí, creo que es la nueva picaresca del siglo XVI. Te permite rastrear toda la sociedad, desde las altas esferas a los bajos fondos. Así empezó en los años 20, como crítica a los excesos del capitalismo que estaba naciendo entonces. Hoy ese capitalismo está tan desmadrado que se ha quedado corto como crítica y lo siguiente va a ser el género de terror.

Todas las cosas que tienen una primera vez las he hecho en Madrid. Sí, es mi ciudad.

P. En su última novela, Lo que no está escrito, prueba con el thriller psicológico y juega con el lector hasta la última página.

R. Buscaba producir tensión e incomodidad en el lector, cierto, pero yo mismo estuve dudando hasta el final. Son unos personajes tan repelentes y a la vez tan parecidos a cualquiera de nosotros que en la primera versión los maté a todos al final, ¡a todos! Mi editor me dijo, ‘tío, trabájalo un poquito que parece una comedia bufa’. Pero otras partes son muy intensas.

P. Sobre todo en lo referente a los rencores familiares.

R. Con este libro quería confirmar la teoría de que la familia es una institución que funciona normalmente gracias al sacrificio de uno de sus miembros, como una religión primitiva. Y a la vez, que es muy difícil ser feliz o infeliz fuera de una familia, esa intensidad la tienen muy pocas cosas en la vida.

P. Los rincones de Madrid marcan la trama. ¿Se considera madrileño de adopción?

R. Aunque ahora vivo en Cercedilla he vivido más de 20 años en Madrid y todas las cosas que tienen una primera vez las he hecho en Madrid. Sí, es mi ciudad.

P. El escritor, al escribir, ¿se delata a sí mismo?

R. Desde luego. Ahora llevo un par de semanas viajando y en los hoteles siempre escribes delante de un espejo, en la típica mesa tocador. Es una sensación rara, porque realmente siempre estás escribiendo delante de un espejo. Lo que escribes te lleva a saber lo que preferirías no saber de ti mismo.

A mi me gusta mucho jugar al ajedrez y trasnochar de día.

P. En Lo que no está escrito dice: “No es el autor el que crea el libro, es el libro el que, para ser leído, exige un autor y lo construye a su imagen y semejanza”.

R. Creo que lo que garantiza el sentido de la novela es que hay un autor detrás. Las novelas son la vida pasada a limpio.

P. ¿Eso enseña en sus clases de literatura creativa?

R. Mas o menos. Les enseño que todo está escrito. Que en una novela todo encaja, todo tiene sentido, como un crucigrama completo.

P. En su novela aparecen a menudo, ¿es aficionado a los crucigramas?

R. No, me aburren. A mi me gusta mucho jugar al ajedrez y trasnochar de día.

P. ¿Se puede enseñar escritura creativa?

R. La gente va a clases de parto… ¡incluso los hombres!

P. ¿Qué materias imparte ahora mismo?

R. Enseño lectura, porque creo que el atajo es leer bien. A mis alumnos les doy grandes clásicos como Tolstoi y Kafka, los destripamos y vemos como funcionan por dentro. Escribir es una forma más atenta de leer. Si aparecieran mañana los dos primeros libros de la historia de la humanidad, en tablas de piedra, el segundo sería una copia del primero y solo el segundo sería literatura.

Rafael Reig. (Cangas de Onís, Asturias; 1963). Vivió en Colombia durante su infancia, y estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Madrid. Dio clases de literatura en Nueva York, donde se doctoró, y en varias universidades norteamericanas. Actualmente es profesor de la escuela de creación literaria Hotel Kafka, y colabora en diversas publicaciones. Con Todo está perdonado ganó el VI Premio Tusquets Editores de Novela en 2010. Es autor de las novelas Sangre a borbotones (2002, Premio de la Crítica de Asturias), elegida una de las cinco mejores novelas en español de 2002 por la Fundación Lara, Esa oscura gente (1990), Autobiografía de Marilyn Monroe (1992), La fórmula Omega (1998), Guapa de cara (2004), El crímen de Fuencarral (2001) y Hazañas del capitán Carpeto (2005), del ensayo literario Manual de literatura para caníbales (2006) y de la recopilación de artículos en prensa Visto para sentencia (2008). Su paso por el Festival de la Risa de Bilbao le ha servido para promocionar su última novela, Lo que no está escrito.

EL PAÍS


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