Mo Yan Premio Nobel de Literatura 2012 |
El "realismo alucinatorio"
lleva al chino Mo Yan al Nobel de Literatura
Redacción
BBC Mundo
11 de octubre de 2012
El escritor chino Mo Yan es el nuevo Premio Nobel de Literatura. "Con un realismo alucinatorio fusiona los relatos tradicionales, la historia y lo contemporáneo", aseguró la Real Academia Sueca al anunciar al ganador.
"Tiene una manera única de escribir. Si lees media página de Mo Yan, inmediatamente sabés que es él", dijo Peter Englund, presidente de la Academia, que también destacó que su estilo recordaba el realismo mágico de Gabriel García Márquez y también tenía reminiscencias de la escritura de William Faulkner.
Al mismo tiempo, agregó la academia, el escritor encontró un "punto de partida en la antigua literatura china y la tradición oral".
Mo Yan, que significa "no hables" en mandarín, es en realidad el seudónimo de Guan Moye. Lo eligió para su primera novela, aseguró en un discurso que dio hace un tiempo en una universidad de Hong Kong, porque le servía para recordar que, siendo él tan franco, era conveniente no hablar mucho en China.
Mo, quien junto al japonés Haruki Murakami era uno de los favoritos a llevarse el premio este año, nació en una familia de campesinos en la ciudad de Gaomi y dejó la escuela durante la Revolución Cultural para trabajar en una fábrica de aceite.
A los 20 años se unió al ejército y comenzó a escribir en 1981, cuando todavía era un soldado. Tres años después, comenzó a enseñar en el departamento de Literatura en la Academia Cultural del Ejército.
El autor goza de una inmensa fama en su país, es uno de los más traducidos y conocidos, aunque también ha sido objeto de críticas por supuestamente no defender a otros autores perseguidos.
Censura y polémica
Pero Mo también ha sufrido la censura. Por su novela "Fengru feitun" ("Pechos grandes y caderas amplias", 1995), polémica por su contenido sexual, el ejército le obligó a escribir una autocrítica y debió retirar su obra, informa la agencia de noticias EFE.
"Siempre hay ciertas restricciones a la escritura en cada país"
Mo Yan, en 2010
"Siempre hay ciertas restricciones a la escritura en cada país", le dijo hace un par de años a la revista Time. Pero para Mo, esos límites podían terminar siendo una ventaja al hacer que el autor deba "ceñirse a la estética de la literatura".
En Occidente, el escritor es conocido por su novela "Sorgo Rojo", donde se centra en las dificultades de los campesinos en el comienzo del régimen comunista en China.
El autor recibirá su medalla el próximo 10 de diciembre, junto con un cheque de U$1,2 millones.
Es la primera vez que un chino residente en su país gana el Nobel de Literatura, premio que fue recibido por europeos en cuatro de las últimas cinco oportunidades. En el año 2000 lo obtuvo Gao Xijian pero residía en Francia y tenía nacionalidad francesa.
Este viernes se dará a conocer el Premio Nobel de la Paz y el próximo lunes el de Economía.
MO YAN SEGÚN SCIAMMARELLA |
Mo Yan y la tradición china
Por Jesús Ferrero
El País, 12 de octubre de 2012
Hasta el siglo XX la novela en China nunca fue un género prestigioso, actitud que sorprende al lector occidental que haya tenido el placer de adentrarse en las grandes, inconmensurables y prácticamente inabarcables novelas chinas del siglo XVIII como El sueño del pabellón rojo(que Borges calificó de “novela infinita”), El erudito de las carcajadas, Viaje al Oeste, (las tres traducidas al español), Historia de los tres reinos, yA orillas del agua (quizá la mejor novela china de todos los tiempos). Sorprenden en estas novelas sus bifurcaciones en torno a un eje central elástico como el bambú, sus cientos de personajes, y la naturalidad caótica con que se va deslizando la narración. Sin olvidar que fue un siglo del que también surgieron narraciones mucho más comedidas y breves como los admirables Relatos de una vida fugitiva de Shen Fou.
En el siglo XIX la narrativa china decae por un efecto de saturación de su propia mecánica inabarcable, que la oponía frontalmente a la poesía, más sintética, más elíptica, más penetrante, más musical y filosófica. La poesía era considerada, desde la época clásica, el género más elevado y venerado por los chinos, y de hecho algunas de sus obras más universales son poemarios.
En el primer cuarto del siglo XX la narrativa china empieza a resucitar mirando a Occidente y modernizándose. El primero que hizo la criba a una forma de narrar fue Lu Xun, que fue para China lo mismo que Mishima para Japón: la occidentalización del discurso narrativo, buscando una forma de argumentar más geométrica y racional y evitando las bifurcaciones desmedidas y los discursos infinitos. Digamos que Lu Xun puso tasa a tanto desvarío.
Luego vino el “naturalismo” socialista con novelistas como Mao Dun, sin olvidar que la narrativa socialista era ya un occidentalismo. Por raro que parezca, para China fue una manera de entrar en un movimiento internacional que sobrepasaba su milenaria autarquía cultural.
Superado el maoísmo y los excesos de la revolución cultural, apareció una generación puente, que hizo de vínculo entre el realismo socialista y el presente, a la que pertenece Mo Yan.
Se ha dicho hasta la saciedad que en Mo Yan la influencia occidental se hace muy patente. Él mismo lo ha dicho. No lo pongo en duda, pero creo al mismo tiempo que Mo Yan ha sabido aprovechar lo mejor de las grandes novelas chinas (como Murakami ha hecho con la tradición japonesa). En algunas de sus grandes, grandísimas novelas como La república del vino y Grandes tetas, amplias caderas se detectan muchas influencias occidentales, pero también se observa una recuperación de la narrativa tradicional china, y de hecho son obras que por su vastedad, su abundancia de personajes, su invocación al caos y sus bifurcaciones se parecen más a los grandes clásicos del XVIII que a Joyce, a Proust, a Kafka o al realismo mágico del boom.
Hace años conocí en Pekín a Mo Yan, y me pareció un hombre de una ironía ejemplar que sabía sobrellevar con gran paciencia y afabilidad los odios que provocaba entre sus compatriotas, que al igual que los españoles, adoran al dios de la envidia por encima de todas las cosas. Recuerdo que en las dos o tres horas que estuve con él y con otras personas, sus colegas chinos no hicieron más que criticarlo. Prefiero no imaginar lo contentos que deben de estar ahora que le han dado el Nobel. Por descontado que se lo merece. Al fin y al cabo la Academia Sueca no es que haya sido demasiado generosa con los escritores chinos.
Mo Yan (pseudónimo literario de Guan Moye) acaba de recibir el Premio Nobel por una obra de “realismo alucinante que combina los cuentos populares, la historia y la contemporaneidad”. Desde Gaomi (en la provincia de Shandong), Mo Yan comenzó a reaccionar al premio que le ha sido otorgado. Aquí reproducimos algunas de sus primeras declaraciones y las impresiones que otras personas han tenido, para echar luces sobre la obra de este narrador.
Notas Bio-bibliográfica por la Academia Sueca
“Con una mezcla de fantasía y realidad, de perspectiva histórica y social, Mo Yan ha creado un mundo que en su complejidad recuerda a los de escritores como William Faulkner y Gabriel García Márquez, tomando al mismo tiempo como punto de partida la tradición literaria china y la cultura narrativa popular”.
Mo Yan reacciona desde Gaomi
“Al saber que me concedieron esta recompensa, me sentí muy feliz…Voy a esforzarme más en la creación de nuevas obras. Quiero trabajar más para agradecérselo a todo el mundo. [...] Sin embargo, creo que este premio no lo es todo. Creo que China tiene numerosos autores con mucho talento. Su brillante producción merece también ser reconocida en el mundo[...] ganar no representa nada [...] Continuaré trabajando duro, gracias a todos.”
Paula Izquierdo retrata a Mo Yan en una entrevista en ABC Cultural el día 24 de mayo de 2008
“un hombre alto, elegantemente vestido y cuyos gestos suaves y espaciados producen una gran sensacion de placidez. Se trata de uno de los autores mas celebrados en China y muy conocido en Europa. Sobre el sentimiento que le llevo a escribir «Grandes pechos, amplias caderas», una historia que discurre a lo largo de todo el siglo XX en un lugar recondito de China, Mo Yan explicaba que quería rendir homenaje «al universo femenino en un país aún hoy regido por hombres»”.
Claudio Magris publicó en nexos un texto sobre Mo Yan donde comenta la novelaSorgo rojo
“como en la gran épica clásica, el narrador desaparece, es uno nadie y cien mil, es la vida misma anónima, desgarradora y desgarrada, es el campo de {Sorgo rojo} que se tiñe de sangre y de atardecer. Mo Yan, diría Kafka, es uno de esos grandes cuya lectura golpea como un puño y abre, con una desgarradura, un nuevo horizonte.”
Francisco Solano reseñó la traducción al español de Grandes pechos, amplias caderas de Mo Yan en 2007
“Víctima y superviviente, Shangguan Lu representa la brutal transformación de China; nace en el feudalismo de la crepuscular dinastía Qing, que aún obligaba a las mujeres a llevar los pies vendados, y morirá, casi ciega, en la aldea en que nació, convertida en un gran centro urbano de taxis amarillos. [...] Como en una exhuberante alegoría, que resuena en el mismo título, Mo Yan concentra en la mujer china la esencia de un país simultáneamente opulento y paupérrimo que se prolonga por su capacidad de sustentar con su propio cuerpo a sus hijos. La novela es más que un homenaje a la mujer; es la expresión de un asombro inmensurable. De ahí que las descripciones de mujeres sean extraordinarias, de una materialidad física que remite a Faulkner. Poco importa que a los varones se les relegue con un retrato más atolondrado y escueto. En novelas de esta envergadura los defectos, las desproporciones y asimetrías, son las burbujas de un caldo que hierve a la temperatura adecuada.”
Fernando R la Fuente reseñó así la novela Sorgo Rojo en mayo de 1993 en ABC
“de manera ejemplar en la línea “regeneracionista” que define a la más inquietante narrativa china. Contiene todos los elementos característicos de una novelística basada en los modelos neorrealistas a los que se ha añadido un cierto pesimismo secular, contrario a los viejos postulados políticos del “socialismo real”, dictados por el poder. Mo Yan escribe, de este modo, la novela de su propia identidad desde un ámbito particularmente verdadero en la vida social china: la familia.”
José María Guelbenzu reseña La República del Vino de Mo Yan en 2011
“La escritura de Mo Yan se basa en el uso de los símbolos, como es tradición en la literatura china (el pequeño demonio, el niño de piel escamosa…) y en una sobreabundancia de imágenes que se suceden sin interrupción. Su sátira -sobre el poder, la corrupción, la obsesión por la comida y la bebida, la estructura social china, la burocracia y la Administración, la picaresca de los cargos políticos…- es no sólo demoledora sino que se apoya además en una falta de delicadeza en todo conforme a la vivencia de los personajes. [...] El resultado es un libro tan divertido como aparentemente incoherente que, sin embargo, mantiene con enorme habilidad la esencia del prolijo relato: el absurdo de la existencia en un país sometido a un control total y la fluencia de la vida dentro de semejante encerrona.”
Paul Mason reseña Grandes pechos amplias caderas (uno de sus diez librosfavoritos para entender china)
http://registropersonal.nexos.com.mx/?p=3507”Al comienzo de Grandes pechos amplias caderas, los campesinos intentan enterrar cuerpos en una fosa común; pero una parvada de cuervos los atolondra: los campesinos poseen tan poca fuerza y tan pocas herramientas que ni siquiera pueden realizar la básica tarea humana del entierro. Una vez que haya leído Mo Yan, usted podrá entender el terrible peso de la historia y de la naturaleza hostil que se extiende a lo largo de la ruta de todos los que buscan el progreso social en China. [...] Mo no es el único “realista mágico” de la literatura moderna en China ; pero la manera como maneja los deslizamientos entre realidad y surrealidad es el más diestro, el más doloroso. Él es más una suerte de Pynchon que de García Márquez y – a fin de cuentas- no es como ningún otro de los grandes autores vivos.
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