martes, 16 de octubre de 2012

Tacones / Uso y abuso

Manolo Blahnik sin tacones
Diseño de Manolo Blahnik

¿Por qué nos empeñamos en abusar de los tacones?

Las españolas somos, junto a las británicas, las mujeres que más centímetros de tacón llevamos a pesar de los peligros que supone para nuestra salud.

Victoria Beckham, siempre subida a unos tacones.
Foto: Cordon Press

Diseño de Manolo Blahnik


Las británicas son las europeas que más centímetros de tacón llevan. Ahora se entiende mejor el fenómeno local de las escuelas para aprender a andar con tacones que tanto triunfa en Londres. Justo por debajo de aquellas inglesas tras la estela de Victoria Beckham están las españolas; y tras ellas: danesas, alemanas y francesas. De las italianas, el estudio -realizado por una marca de tiritas que teóricamente no se despegan nunca- no dice nada, aunque el indicador Anna del Russo podría sugerir de qué pie calzan.
Puede parecer que si británicas y españolas somos tan sacrificadas como para aguantar tacones de más de 8 centímetros de media -eso quiere decir que las que se plantan en los 5 centímetros se compensan con las muchas que pasan de los 10,- es porque son -somos- más bajas que alemanas y francesas. La estadística (más concretamente el Eurostat) sitúa a las féminas nacidas en España y Gran Bretaña (de más de 15 años) en torno al 1.62; a la altura de francesas  -aunque Valérie Trierweller o Emmanuelle Alt y su séquito rompan la regla- y cinco décimas por debajo de las alemanas. Aunque de eso nada. ¿Acaso Elle MacPherson o Cameron Diaz, con su más de 1'80 de estatura, renuncian al privilegio de verse todavía más estilizadas? Ahí está hecha la trampa. Tan probado está que perjudican seriamente la salud como que, los tacones, favorecen y alargan

Diseño de Manolo Blahnik
Además, a que la moda dicte que o descalzas o con zuecos porque la tendencia de los tacones kitten o las planaformas aparece y desaparece como el Guadiana, tampoco ayuda nada que se hable del tacón como símbolo de liberación y de poder. Aunque justamente hay quien se empeña en probar -y no cualquier mindundi con ganas de echar cuentas, aunque lo parezca, en este caso la Asociación Americana de Ortopedia- que cuanto más bajo el tacón, más inteligente la mujer. Según esta organización, el 58 % de las mujeres consultadas en su investigación, que aseguró llevar zapatos bajos para ir a trabajar, tenía estudios superiores; dato que le bastó para concluir -con el agua de su propia laguna científica al cuello- que "las mujeres que van planas al trabajo están académicamente mejor preparadas que aquellas que prefieren los tacones". 
Complejos y extravagancias aparte, el Journal of Applied Phisiology publicó un informe el pasado enero advirtiendo de que calzar tacones habitualmente puede alterar de forma crónica nuestra manera de caminar. Las conclusiones de esta institución, que considera el tacón un elemento contra natura, se basan en un estudio llevado a cabo en un grupo de casi 4.000 mujeres que certificó haber llevado tacones de mínimo cinco centímetros, durante 40 horas a las semana, en los dos últimos años.
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Y aquí es donde entra en juego el factor del uso continuado. Ese es el que produce daños irreversibles en rodillas, caderas, columna, tobillos, y especialmente: el tendón de Aquiles. Según informes de la Escuela Española de la Espalda (EEDE) "los tacones altos crean una sobrecarga excesiva en la parte anterior del pie, ya que obligan a los dedos y al antepié a soportar todo el peso corporal desatando el desgaste de estas articulaciones. Nuestra espalda también sufre; al aumentar la altura entre el talón y el suelo, el peso del cuerpo se proyecta hacia delante y favorecer la aparición de dolores además de provocar otras patologías de las rodillas y musculares."
La altura ideal de los tacones, se sitúa entonces, según han barajado varios estudios llevados a cabo en Universidades Españolas, entre los 2 y los 4 centímetros visto que en ese punto es donde la presión repartida entre el retropié y el antepié, es equitativa. El grado de inclinación máximo que debería alcanzar el pie es de 14 grados. Y mejor si va reforzado con plataforma o es una cuña. 

zapato tacon manolo blahnik imbratahi
Diseño de Manolo Blahnik
El remedio, en este caso, no es aquí peor que la enfermedad, y a imagen y semejanza delas pautas recomendadas para adquirir una postura correcta al sentarnos, hay podólogos que aconsejan hacer ejercicios para descongestionar la zona. Aparte de recomendar que aquellas que van subidas en alzas a diario empiecen a hacerlo en días alternos. Casi todos coinciden asimismo en que hay que practicar estiramientos de tobillo y tendón de Aquiles tres veces al día aguantando un minuto y medio por pie. Incluso hay tablas corriendo por ahí con calentamientos específicos para amortiguar su impacto sobre nuestro cuerpo.
De todos modos, a las que os parezca más estético lo de las suelas arqueadas siempre os quedará el consuelo de que ir planas es casi tan malo como pasarse con la altura y estrechez de los tacones. Y es que ya lo dijo el arquitecto Bernard Rudofsky aunque solo fuera en el título de una de sus obras: el cuerpo humano, de fashion no tiene nada.


1 comentario:

  1. me ha encantado!
    personalmente no soy muy fan de los tacones. Soy una mujer de flats.
    Pero joder, que bien nos vemos cuando los usamos!

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