Fotografía de Zena Holloway |
Lucía Rivadeneyra
OLEAJES
Los
paranoicos son como los poetas. Nacen así.
Además,
interpretan siempre su realidad en el
sentido de
su obsesión, a la cual se adapta todo.
Luis
Buñuel
I
Cómo
olvidar el mar
si
todos los días
entre
olas de popelina
me
empapa
la
salobre blancura
de
tu orgasmo
II
Si
tu lengua
me
arranca óleos marinos
por
qué no pintas
mis
jadeos
III
El
lenguaje de tu cuerpo
en
mis adentros
me
hace imaginar naúfragos
con
la piel desollada
IV
Por
las noches
tus
besos arenosos
marcan
en mi cuerpo
una
Vía Láctea
Al
amanecer
el
mar se la ha tragado
y
sólo conservo
en
testimonio
el
olor de la resaca
V
Antes
de dormirte
imagíname
sentada en una roca
con
las piernas abiertas
frente
al crepúsculo
rodeada
de algas y cangrejos
Después
si puedes
duerme
VI
El
único amuleto tibio
vigía
de esta cama
es
un reloj de arena
que
mide nuestro tiempo cotidiano
pero
cuando mide el tiempo de mis ganas
pierde
la cintura
VII
Hay
tormenta en el mar
total
oscuridad
barcos
perdidos
envuelta
en brisa
me
acuesto a la deriva
a
esperar
tu
cuerpo
lleno
de brújulas marinas
VIII
Si
fuera una sirena
y
te tuviera frente a mí
le
pediría a un pulpo
que
me estrangulara
IX
¡Anda!
buzo
perenne
sumergido
en mi cuerpo
en
busca de oxígeno
y
de perlas
¡Anda!
eclípsame
con la luna
X
Sorprendida
como
mariposa en mar abierto
miro
tu sexo
Luego
siento entre mis piernas
un
caballito de mar
que
se desplaza incansable
hacia
mi encuentro
Otros poemas
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