Jaime Manrique
TRES POEMAS
EL CIELO ENCIMA DE LA CASA DE MI MADRE
Es una noche de julio perfumada de gardenias-
La luna y las estrellas brillan
sin revelar la esencia de la noche-
A través del anochecer
-con sus gradaciones cada vez más intensas de ónix,
y el resplandor dorado de los astros, de las sombras-
mi madre ha ido ordenando su casa, el jardín, la cocina.
Ahora, mientras ella duerme,
yo camino en su jardín.
Inmerso en la soledad de esta hora.
Se me escapan los nombres
de muchos árboles y flores,
y había más pinos antes
donde los naranjos florecen ahora.
Esta noche pienso en todos los cielos
que he contemplado y que alguna vez amé.
Esta noche las sombras
alrededor de la casa son benignas.
El cielo es una cámara oscura
que proyecta imágenes borrosas.
En la casa de mi madre
los destellos de los astros
me perforan con nostalgia,
y cada hilo de la red que circunvala este universo
es una herida que no sana.
MAMBO
Contra un cielo topacio
y ventanales estrellados
con delirantes trinitarias
y rojas, sensuales cayenas;
el fragante céfiro vespertino
oloroso de almendros y azahar de la India;
sobre las baldosas de diseños moriscos,
con zapatillas de tacón aguja,
vestidos descotados y amplias polleras;
sus largas, obsidianas cabelleras
a la usanza de la época;
perfumadas, trigueñas, risueñas,
mis tías bailaban el mambo
canturreando, “Doctor, mañana
no me saca usted la muela,
aunque me muera de dolor”.
Aquellas tardes de mi infancia
cuando mis tías eran muchachas y me pertenecían,
y yo bailaba cobijado entre sus polleras,
nuestras vidas eran un mambo feliz
que no se olvida.
ELEGÍA AL CISNE
para Grace SchulmanRecostado en una silla playera
Me conmueve la humildad del océano,
las distancias que ha recorrido
para despoblarse en rizos espumosos a mis pies.
En la pleamar, iridiscentes serpientes ondulantes
se forman bajo la epidermis aguamarina.
El cielo es una resplandeciente bóveda escarlata;
al atardecer primaveral, un clisé perfecto.
En el caluroso resplandor del sol poniente,las imágenes serenas, apacibles, despojadas de toda urgencia.
La paz de este dócil sosiegome induce a cerrar los ojos,
y el viejo cisne blanco
que contemplé ayer en el crepúsculo aparece.
Lo veo lanzar su cuello hacia el cielo,
Abriendo su pico brevemente
para agujerear mi corazón
con un canto desolado.
Y, en la oscuridad circundante,
Escucho el desesperado abanicar de sus plumas despeinadas
cuando zarpa hacia la mortaja purpúrea de su suerte.
Jaime Manrique Ardila
Nació en Barranquilla en 1949. Recibió el Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus por su libro "Los adoradores de luna" (1976). En español ha publicado también "El cadáver de papá" (novela, cuentos y traducciones de poesía norteamericana), "Notas de cine", "Confesiones de un crítico amateur" (recopilación de reseñas y ensayos críticos sobre cine escritas entre 1974 y 1978) y "Mi cuerpo y otros poemas" (1999). En edición bilingue ha publicado los poemarios "Scarecrow/Espantapájaros" (1990) y "My Night with Federico García Lorca/Mi noche con Federico Garcí Lorca" (1995) y en inglés las novelas "Colombian Gold" (traducida a varias lenguas), "Latin Moon in Manhattan" y "T wiilight at the Ecuator". En coautoría con Joan Larkin tradujo al inglés poemas de Sor Juana Inés de la Cruz "Sor Juanas’s Love Poems/Poemas de amor" en 1997. En 1999 aparece su libro autobiográfico "Eminent Maricones. Arenas, Lorca, Puig and me". Ha enseñado en el Programa MFA de Columbia University, en Mount Holyoke College, New York University, Eugene Lang College y The New School for Social Research donde ha sido escritor residente. Vive en la actualidad en Nueva York.
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