La vicepresidenta Francia Márquez vuelve a estar en el centro de la polémica tras las denuncias en redes del senador Jota P. Hernández, quien afirmó que la funcionaria habría gastado más de 1.700 millones de pesos en viajes oficiales.
Según Hernández, esos recursos, destinados a desplazamientos, arriendos y líneas telefónicas, contrastan con la escasa inversión en proyectos sociales que podrían beneficiar a las comunidades más vulnerables del país.
La denuncia de Hernández se viralizó rápidamente y encendió un intenso debate sobre el manejo de los recursos públicos en la Vicepresidencia. Para el senador, estas cifras reflejan un estilo de gobierno que estaría desconectado de las prioridades de la gente, mientras muchos proyectos prometidos aún no muestran avances concretos.
Aunque desde el Gobierno todavía no se ha emitido un pronunciamiento oficial frente a estas acusaciones, el tema ha prendido la discusión política y mediática.
Críticos sostienen que los gastos revelados son un “lujo innecesario” en medio de la crisis económica que atraviesa Colombia.
Defensores de Márquez argumentan que los viajes hacen parte de su agenda institucional y de representación internacional legítima.
Este caso vuelve a poner a la vicepresidenta en el ojo del huracán, alimentando la polarización y dejando abierta la pregunta:
¿Existe transparencia y eficacia real en el uso de los recursos públicos?
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