Vista del estudio de Antonio López en mayo de 2011, con el cuadro de la familia real. |
Antonio López termina dos décadas después
su retrato de la familia real
La obra será exhibida a fines de año en una exposición que prepara Patrimonio Nacional
Antonio López (Tomelloso, 1936) ha terminado el cuadro de la familia real que le fue encargado hace más de 20 años, ha confirmado a este diario el nuevo director de Colecciones Reales, José Luis Díez. Pero, como no podía ser de otra manera en esta novelesca empresa artística, la historia, que no el tiempo, ha acabado por pillar al pintor manchego. Cuando la obra ya estaba en el Palacio Real recibiendo sus últimos retoques, va el protagonista principal y abdica. De modo que el esperadísimo lienzo tuvo que ser rebautizado. Y así fue como pasó de llamarse La familia real a La familia de Juan Carlos I.
Con nuevo nombre o no, la obra está llamada a protagonizar El retrato en las colecciones reales, magna exposición en la que el ansiado cuadro verá la luz con motivo de una inauguración prevista para finales de noviembre o principios de diciembre. ¿Satisfará las enormes expectativas que ha suscitado durante años? Díez, uno de los pocos privilegiados que lo ha visto en carne mortal en las dependencias del Palacio Real, adonde llegó hace poco más de un año, está convencido de que sí. “Yo tenía miedo de encontrarme con algo que no estuviese a la altura, pero puedo decir que es un cuadro realmente importante”, afirma el experto. Sus dictámenes artísticos vienen avalados por 26 años de servicio como conservador jefe de pintura del siglo XIX en el Museo del Prado antes de que aceptase en enero su actual cargo.
Fue entonces cuando Díez empezó con cierta urgencia a preparar la muestra, comisariada por Carmen García Frías y Javier Jordán de Urries, conservadores de la casa. La pieza de Antonio López servirá para cerrar una exposición que propone un viaje por la monarquía española a través del modo en el que los artistas la representaron, desde aquel sublime Isabel la Católica, de Juan de Flandes (que solo puede ser contemplado bajo demanda en la oculta al público galería de pinturas del Palacio Real), hasta la última adición al catálogo de López, galardonado con el Príncipe de Asturias de las Artes de 1985 y gran pintor de la perfección o de la parsimonia, según se mire.
“Conozco bien el comienzo de un trabajo. Acabar no sé en qué consiste”, ha dicho en ocasiones el artista. López también declaró en su momento que le encantaría retratar a los actuales reyes, don Felipe y doña Letizia, aunque, bromeaba, “intentaría ser un poquito más rápido” en ese encargo. El artista descartó, en declaraciones a EL PAÍS, que la abdicación de don Juan Carlos, el 2 de junio, haya añadido presión a su trabajo. “Voy cada día de la semana, de doce a cinco de la tarde, sin pausa para comer, al Palacio Real. Hago lo que puedo con las dificultades que supone hacer un encargo. Lo difícil ha sido no cogerle inquina”. No obstante, el pintor no se arrepintió de haber aceptado este trabajo y confirmó que don Juan Carlos y doña Sofía no habían visto la obra.
El retrato grupal, realizado a partir de una foto de los anteriores reyes y de sus hijos cuando estos eran solteros, presenta a una familia hacia la mitad de su historia, en un momento de esplendor. Y se enfrentará en la última sala de la muestra, según ha podido saber este periódico, a aquel que de Juan Carlos I realizó Salvador Dalí y entregó (en fecha y forma) en 1979.
Cuando la exposición clausure sus puertas en abril de 2015, el cuadro pasará a formar parte del Museo de Colecciones Reales, cuya apertura se prevé para principio de 2016. Claro que esa es otra (ardua) empresa artística.
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