martes, 16 de septiembre de 2014

Ana María Rodas / Tres poemas

Annick Bouvier

Ana María Rodas
TRES POEMAS

Sin embargo
no todo está perdido.
Yo sigo viendo tus ojos en el sueño
…y así, te beso
—porque la imaginación es algo serio—
cada centímetro de piel.
Tu voz me eriza cada vez que la recuerdo.
Me conformo con eso.
Con la memoria de lo que no ha sido
con la experiencia negativa
de tu ausencia.
En vez de semen en las piernas y en la cama
hay una fila interminable de palabras.
No importa
además de ser mujer, soy poeta.

*


Amante nuevo:
quiero explicarte bien que entre tus ojos
y mis ojos
sólo hay deseo.
Que tu piel blanca a veces se oscurece
porque aquel que me marcó sigue aquí adentro.
Que quisiera decir tu nombre
y no puedo
porque al abrir la boca yo recuerdo
una cama distinta
otros labios bebiéndose mis pechos.
Y cuando lloro
y me prendo a ti con tanta fuerza
no es de alegría, amante.
Es de recuerdo.

*

Ya volví a saber
lo que es meterse en cualquier cama
con cualquier hombre
sin pedir ni dar nada, como muertos.
—Antes de ti, lo hacía
pero antes de ti yo no era nada—
Ahora aprendí
a regresar a casa, a lavarme con asco
a verme en el espejo
a encontrar en mis ojos cuánto te amo
y a sentir con el cuerpo cuánto te odio.


 









 



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