La escritora Betina González al recibir el premio Tusquets. / SAÚL RUIZ |
La argentina Betina González, primera mujer que gana el Tusquets de novela
'Las poseídas' aborda la angustia y rebeldía de un grupo de adolescentes en los años finales de la dictadura
LUIS PRADOS Guadalajara (México) 27 NOV 2012 - 18:30 CET
La escritora Betina González (Buenos Aires, 1972) se convirtió ayer en la primera mujer que gana el premio Tusquets de novela después de ocho ediciones con Las poseídas, una novela sobre la angustia y rebeldía de un grupo de chicas adolescentes durante la transición democrática argentina de los años ochenta.
El jurado, presidido por Juan Marsé e integrado por Almudena Grandes, Fernando Aramburu, Juan Gabriel Vásquez y Beatriz de Moura, directora de la editorial, destacó ayer al anunciar el premio en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara “la recreación poco complaciente del despertar sexual de la adolescencia y su actitud desafiante ante la herencia de los adultos, así como la atmósfera de un colegio religioso que acaba convirtiéndose en un trasunto sutil de un país que sale de la dictadura, todo ello contado con una escritura envolvente y original”.
Betina González definió Las poseídas como una “novela de iniciación” sobre la “pérdida de la inocencia”, cuando un grupo de chicas “descubren con horror lo que había ocurrido en el país”, los crímenes de la Junta Militar. “Aquellos años marcaron a mi generación, pero no es una novela sobre la dictadura. Ésta es el trasfondo y es la que le da al libro esa atmósfera de sombra y oscuridad”, añadió. “La dictadura es un pasado que no sea acaba. Estoy segura de que nuevas generaciones volverán a ella”.
La novela mezcla el género gótico y policial para describir el mundo cerrado de dos amigas atormentadas y e inadaptadas en un colegio religioso del norte de Buenos Aires. Escrita en primera persona y con un realismo “desenfocado”, Las poseídas recoge la “violencia sutil, intima” de aquellos primeros años de la transición. La novela comienza con un intento frustrado de suicidio adolescente y en sus primeras páginas se lee: “Tener 16 años en aquella época era tener un corazón de piedra, había que salir a romperlo todo”.
“El mundo de los adultos es el mundo de la decepción, del mal”, dijo ayer la autora, quien negó que se tratase de una obra autobiográfica aunque ella estudiase en un colegio católico, y destacó la escasez de novelas sobre adolescentes en la literatura en español. Entre sus influencias nombró a las voces mayores del boom latinoamericano de los años sesenta como Julio Cortázar y Gabriel García Márquez y la literatura de Estados Unidos, país en el que ha vivido en los últimos ocho años.
La directora de la editorial, Beatriz de Moura, destacó que la novela “se lee magníficamente” y que de inmediato “se accede al trama sin dificultad”. “Me gustó su título desde que lo vi, nos facilitó el trabajo”, añadió con humor.
Betina González escribió la novela cuando vivía en Pittsburg (EE UU), mientras estudiaba un doctorado en su universidad. Actualmente es profesora en la universidad de Buenos Aires, donde trabaja como investigadora en el área de Nuevos Medios y Literatura. En 2006 ganó el premio Clarín de Novela con Arte Menor, su primer libro. Próximamente publicará La conspiración de la forma, un libro producto de su investigación sobre textos menores del siglo XIX latinoamericano, que le valió el Premio lozano de la Universidad de Pittsburgh.
Con el galardón, la escritora argentina recibirá 20.000 euros y la publicación de su novela. Los anteriores novelistas premiados por Tusquets han sido Evelio Rosero, Élmer Mendoza, Sergio Olguín, Willy Uribe, Rafael Reig y Fernando Aramburu.
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