viernes, 24 de noviembre de 2023

Sebastião Salgado / Entre la fama y la sospecha




Sebastião Salgado
Fotografía de Jean-Baptiste Huynh

SEBASTIÃO SALGADO: ENTRE LA FAMA Y LA SOSPECHA

La historia de Sebastião Salgado no podía ser más peculiar: Economista con doctorado dio un salto vocacional a los 40 años y se convirtió en una de las grandes súper estrellas en la fotografía documental contemporánea.



Sebastião Ribeiro Salgado nació en 1944 en Minas Gerais en Brasil. Junto con su esposa Lélia Deluiz Wanick se mudaron a São Paolo para que el futuro fotógrafo pudiera cursar su maestría en Economía. En 1969 cambiaron nuevamente de residencia a París para realizar su doctorado donde Lélia estudió arquitectura.
“Descubrí la fotografía por casualidad. Mi esposa es arquitecta, cuando éramos jóvenes y vivíamos en París, se compró una cámara para tomar fotos de edificios. Por primera vez miré a través de una lente – y la fotografía de inmediato comenzó a invadir mi vida.”[i]
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En 1971 se mudaron a Londres donde Sebastião trabajó como economista en la International Coffee Organization y comenzó a viajar al continente africano en comisiones para el Banco Mundial. Ahí realizó sus primeros trabajos fotográficos que fueron la razón para trocar, definitivamente, la práctica económica por la fotografía.
Inicialmente colaboró con la agencia Sygma (1974) haciendo historias en Portugal, Mozambique y Angola. Ingresó el siguiente año a la agencia Gamma realizando proyectos fotográficos en Latinoamérica, África y Europa. Para 1979 ya era parte de la legendaria Magnum Photos. Finalmente en 1994 fundó su propia agencia de imagenAmazonas, tal vez la más pequeña del mundo, dedicada exclusivamente a distribuir sus fotografías.
Sebastião Salgado Sebastiao Salgado 92Fred Ritchin, editor de imagen de la New York Times Magazine recuerda la siguiente anécdota de principios de la década de 1970:
“Salgado me envió una caja con estas fotografías desde París y yo las mostré por toda la ciudad de Nueva York a profesionales de la edición y curaduría. Estaba pasmado por las imágenes de personas muriendo de hambre, por su extraordinaria gracia ante la adversidad… […] Los editores juzgaron las fotografías demasiado perturbadoras para los lectores estadounidenses y no las publicaron en revistas. El público europeo fue más receptivo…”[ii]
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Su primer trabajo recibió una compleja mezcla de reacciones. La referencia de Ritchin es una muestra de la conmoción que provocaron imágenes de una África hambrienta y empobrecida, pero digna y sorprendentemente bella. Esta disonancia es una auténtica paradoja: situaciones terribles plasmados en el cuadro fotográfico con una finura y magnificencia sublimes. Sin embargo, como veremos adelante, esto se ha convertido para Salgado en un punto de ataques implacables.

Las tardanzas de Salgado

Uno de los ingredientes que dotan a las fotografías, siempre en blanco y negro, del brasileño con el esplendor que las caracteriza es la dilación con la que opera. Salgado no es un fotógrafo de “pisa y corre” que hace imágenes desde un helicóptero y pasa a la próxima locación. Labora con sosiego. Sus series suelen tomarle unos siete años de producción en decenas de países. Él mismo refiere sobre su ritmo de trabajo:
“Recuerdo que cuando hice las fotos del túnel paraWorkers, me acompañaba alguien de la empresa de construcción británica. Tras pasar dos días conmigo me dijo: «Sebastião, verte trabajar es como contemplar cómo crece la hierba.»”[iii]
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Una de las razones para esta parsimonia está en su involucramiento con la comunidad. “Nuestra historia es la historia de la comunidad, no de la individualidad. Ése es el punto de vista de mi fotografía y el punto de partida de todo mi trabajo.”[iv]Y agrega:
“…respeto y tengo cierto sentido de la comunidad y del ser humano. La fotografía está llena de simbolismo, es un lenguaje simbólico. Tienes que ser capaz de materializar todas tus ideas en una sola imagen. De alguna manera mi punto de vista –muy centrado en la social y en la comunidad- no es muy diferente de los conceptos básicos de la mayoría de las religiones.”[v]
Además, Salgado requiere tiempo, y mucho, para componer una narrativa coherente: “No vas y tomas una foto. Vas a construir una historia. A final de cuentas creo que los fotógrafos documentalistas somos gente a la que nos gusta contar historias.”[vi]

Los motivos de Sebastião

Los temas de este fotógrafo suelen poner en conflicto a ciertos observadores.
“A veces la gente no acaba de entender por qué he trabajado tanto sobre la hambruna en África y sobre la pobreza en América Latina, pero era lo que tenía en mente. Era mi vida. No me imponía en sus vidas, sino que era lo que yo estaba viviendo.”[vii]
Se entiende mejor su postura cuando explica:
“En Brasil, había estado muy metido en temas sociales y estábamos en una época de militancia política. Además llegamos a estudiar a Francia después de 1968. Todo era activismo, política, militancia y temas sociales. Convertirme en fotógrafo social y documental fue una evolución natural para mí.”[viii]
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El sobresalto inicial de los estadounidenses ante sus imágenes se contrastó con la respuesta europea mucho más favorable y en 1986 publicó su primer libro Otras Américas. Entre 1986 y 1992 realizó una de sus obras más importantes, Trabajadores, que lo colocó entre los fotógrafos de documentalismo de primer orden.[ix]
Inauguró el nuevo milenio publicando The Children yMigrations. En este último escribió:
Más que nunca considero que la raza humana es una. Hay diferencias de color, idioma, cultura y oportunidades, pero los sentimientos de las personas y las reacciones se parecen. Las personas huyen de guerras para librarse de la muerte, emigran para mejorar sus fortunas, construyen vidas nuevas en tierras extranjeras, se adaptan a las dificultades excepcionalmente gravosas.”[x]

Siempre economista

Sebastião Salgado Sebastiao Salgado 42El discurso de Salgado proviene, cómo él mismo lo admite, de la economía y la sociología pues
“…utilizando su práctica como economista como punto de partida para documenta el trabajo humano, también ofrece un estilo de imágenes monumentales y, en ocasiones, heroicas de su sujeto.”[xi]
Salgado exhorta al fotógrafo joven interesado en lo social:
“…tiene que meterse a fondo en sociología, antropología, economía, política y geopolítica para entender el marco en el que trabaja. Tiene que formarse una idea de la sociedad en general y del planeta en el que vivimos.”[xii]

Furia de Titanes

La obra de Salgado ha sido mundialmente reconocida y alabada. No ha faltado quien diga que “Él es una súper estrella en la tradición de Robert Capa, Chim y Henri Cartier-Bresson.”[xiii] También se ha escrito que
Sebastião Salgado Sebastiao Salgado 21“Su influencia en el fotoperiodismo actual y su función como modelo hacen de él, con total seguridad, la cámara más importante de la época. Es una especie de Cartier-Bresson de fines del siglo XX. Pero mientras que en Cartier prevalece el afilado cálculo del constructivismo, Salgado persigue las emociones.”[xiv]
Sin embargo las críticas a su trabajo han sido feroces:
“En una nota de página completa en el prestigioso diario francés LE MONDE, el crítico Jean-François Chevrier no dudó en descalificar el trabajo de Salgado acusándolo de hacer «voyeurismo sentimental» y de aprovecharse del sufrimiento de los demás para hacer arte. Esta acusación de hacer fotos a costa de la miseria de los otros se le ha reiterado a numerosos fotógrafos que se presentan como humanistas.”[xv]
Sebastião Salgado Sebastiao Salgado 89Parafraseando a Javier Ferreira, el fotógrafo podría convertirse en un coleccionista de la miseria ajena y un morboso recopilador de la crueldad y la injusticia para transfigurar al sujeto, morbosamente en objeto de contemplación artística.[xvi] Incluso se le ha calificado de frívolo y de dramatizar excesivamente el sufrimiento ajeno hasta convertirlo en un “esteta de la miseria.”[xvii]
Una de las figuras torales en la discusión y reflexión fotográfica del siglo XX, Susan Sontag, también arremetió contra Salgado:
“Una foto puede ser terrible y bella. Otra cuestión: si puede ser verdadera y bella. Este es el principal reproche a las fotografías de Sebastião Salgado. Porque la gente, cuando ve una de esas fotos, tan sumamente bellas, sospecha. Con Salgado hay otro tipo de problemas. Él nunca da nombres. La ausencia de nombres limita la veracidad de su trabajo. Ahora bien: con independencia de Salgado y sus métodos, no creo yo que la belleza y la veracidad sean incompatibles. Pero es verdad que la gente identifica la belleza con el fotograma y el fotograma, inevitablemente, con la ficción.”[xviii]
Como podemos recordar, Lewis Hine dotó de nombre y apellido a sus niños trabajadores para convertirlos en personas y no en objetos. Como anota Michael Kimmelman “Los nombres convierten a las personas en individuos.”[xix], Salgado es el protagonista de su obra donde se arguye que sus sujetos se convierten en mera escenografía del genial y épico drama salgadiano.
“En las fotografías espléndida –pero repetitivamente- compuestas, su dominio de la luz, estilo reconocible e incansable idealización abordan el escenario central dejando a los trabajadores en papeles segundones del drama en el que el fotógrafo es la verdadera estrella.”[xx]
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En septiembre de 1991 Ingrid Sischy escribió sobre Salgado que “Proveer de un tratamiento estético a la tragedia es el modo más rápido para anestesiar los sentimientos de aquellos que lo están presenciando.”[xxi] La crítica abunda en su artículo en The New Yorker[xxii]:
“Salgado está demasiado ocupado con los aspectos de composición de sus imágenes -y con la búsqueda de la «gracia» y «belleza» en la forma retorcida de sus angustiados sujetos. Y este embellecimiento de la tragedia resulta en imágenes que finalmente refuerzan nuestra pasividad hacia la experiencia de lo que revelan. […] La belleza es una llamada a la contemplación, y no a la acción.” [xxiii]
Adicionalmente, otros se quejaron de que “sus fotos son demasiado políticas y su política demasiado obvia.”[xxiv]
Tampoco se puede olvidar a esos fotógrafos recelosos (¿envidiosos?) frente a la impresionante capacidad de Salgado para financiar proyectos, promoverlos  y crear un círculo virtuoso que le ofrece el dinero necesario para trabajar durante siete u ocho años. Si Richard Avedon se enriquecía cobrando sumas exhorbitantes por un retrato sencillo y firmó el primer contrato por un millón de dólares con Vogue, parecía perdonársele porque estaba en el mundo de la moda. Pero ¿Se le perdona a un embajador de la Unicef como Salgado?  Algunos critican que Sebastião más que economista parece el gran hechicero del marketing fotográfico. Y también se le ha reprochado el viajar por el mundo haciendo fotografías de sujetos miserables con sus carísimas Leicas que podrían darle de comer durante un año a una comunidad rural entera en África.

Respuestas ¿o más preguntas?

La primera defensa que suelen esgrimir los defensores de Sebastião Salgado es que dota de dignidad a las personas en sus fotografías.[xxv]
Ahora bien, como indica Levi-Strauss, algunas de las críticas que recibe el brasileño se enraízan en las ideas de Walter Benjamin plasmadas en su ensayo The Author As Producer[xxvi] en donde habla de “el modo en que ciertos fotógrafos proceden para hacer de la miseria humana un objeto de consumo.”[xxvii] Empero la diatriba de Benjamin estaba originalmente referida a las obras derivadas de laNeue Sachlichkeit (Nueva Objetividad) específicamente al libro Die Welt ist schon (El mundo es bello) de Albert Renger-Patzsch. Levi-Strauss expone “Hay algunos fotógrafos contemporáneos herederos de la Nueva Objetividad, pero Salgado no es uno de ellos, y aplicar esta crítica a su trabajo es un despropósito.”[xxviii]
Por otra parte, del mismo trabajo criticado tan acremente por Sischy, el escritor uruguayo Eduardo Galeano expone: “La caridad, vertical, humilla. La solidaridad, horizontal, ayuda. Salgado fotografía desde dentro, en solidaridad.”[xxix]
El propio Salgado aduce que
“Los fotógrafos son comúnmente acusados de querer protagonizar, colocarse en evidencia, pero son testigos; muchas veces, los únicos testigos en el local. Esos dramas, queramos o no, son el espejo de la sociedad, y los fotógrafos llevan ese espejo a todos lados.”[xxx]
Sebastião Salgado Sebastiao Salgado 27Y agrega: “He trabajado con varias organizaciones benéficas durante años. Cuando hice mi primer reportaje en Nigeria, por ejemplo, trabajaba con la organización francés Comité Catolique contre la Faim et pour le Développement. También he trabajado mucho con Christian Aid en el Reino Unido y con Médicos Sin Fronteras en Francia. Pasé dieciocho meses en África con Médicos Sin Fronteras y se convirtió en mi vida.  Llegamos al acuerdo con Magnum de que un porcentaje de las ventas de cada foto iría a la organización. Soy también embajador de buena voluntad de UNICEF y he trabajado mucho con ellos. Hace poco he hecho un libro con UNICEF y con la Organización Mundial de la Salud sobre el esfuerzo para erradicar la polio.”[xxxi]
Y profundiza en su exculpación:
“Nunca me he puesto en el dilema moral de hacer o no una fotografía como «¿Tengo el derecho de fotografiar cuando tengo la muerte frente a mí, y el sufrimiento está delante de mí?» Nunca me hago estas preguntas porque ya me formulé las interrogantes fundamentales antes de llegar ahí. ¿Tenemos el derecho a la división de recursos que hay en el mundo? ¿Tengo el derecho a tener la casa que tengo, a vivir donde vivo? ¿Tengo el derecho a comer cuando otros no comen? Estas son las preguntas sustanciales.”
[xxxii]
Salgado siempre esgrime la necesidad de ocasionar la conversación, la reflexión.
Sebastião Salgado Sebastiao Salgado 34“La más interesante función de este tipo de fotografía es exactamente esta: mostrar y provocar el debate y ver cómo podemos seguir adelante con nuestras vidas. El fotógrafo debe participar en este debate. No creo que hagas esto porque eres bueno o malo, o porque tengas una misión. No lo haces por ninguna de estas cosas. Lo haces porque es tu manera de vivir. Y al hacerlo te importas tú mismo, te importan tus hijos, tu esposa, las cosas que más amas en tu vida. ¿Cómo puede el fotógrafo documental ayudar a consolidar la supervivencia de toda esta gente y asegurar la supervivencia para las próximas generaciones? Los fotógrafos documentales tienen una porción de responsabilidad –deben provocar una dialéctica. No vas a un sitio para crear buenas imágenes o cosas hermosas. No se trata de eso. Tú tienes tu propia manera de mostrarlas y el fotógrafo debe aplicar su propio modo de mirar.”[xxxiii]
4 RSobre Salgado, las palabras de Michelle Bogre son muy claras:
“Lo ame u odie, ya sea que piense que es uno de los fotógrafos más explotadores o más grandiosos en el siglo XX, no existe un fotógrafo activista que no haya recibido la influencia de Salgado y su mezcla única de pasión y política, su insistencia de que las personas no pueden ser reducidas a tópicos y su manera de combinar el ojo del artista con la mente del economista y el alma del reportero.”[xxxiv]
Las fotografías de Salgado son preguntas que nos hacen reflexionar sobre la belleza, su papel y responsabilidad. También nos llevan a preguntarnos qué hacemos nosotros con nuestra fotografía y qué potencialidades tiene. Alabado o criticado, algo es claro en la fotografía de Sebastião: el ser humano es el corazón de sus fotografías, incluso si se trata de la garra de una iguana. El brasileño lleva a la humanidad a cuestas y se cuela, irremisiblemente, en el visor de su cámara.

ocn_smallÓscar Colorado Nates es Profesor/Investigador titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México).
Es autor de los libros:
  •  Ideas Decisivas: 650 reflexiones fotográficas
  •  Fotografía 3.0 Y después de la Postfotografía ¿Qué?
  • Instagram, el ojo del mundo
  •  Fotografía de documentalismo social
  • Fotografía Artística Contemporánea
  • El Mejor Fotógrafo del Mundo.
Co-fundador de la Sociedad Mexicana de Daguerrotipia y miembro de The Photographic Historical Society(Rochester, NY).
Las opiniones vertidas en los artículos son personales y no reflejan necesariamente las posturas de la Universidad Panamericana.

Notas

[i] Barnett, Laura, Portrait of the arts: Sebastiao Salgado, photographer. Disponible enhttp://www.guardian.co.uk/culture/2012/feb/28/sebastiao-salgado-photographer Consultada el 16 de enero de 2013
[ii] (Traducida) Bogre, Michelle, op. cit. loc. 1598
[iii] Jaeger, Anne-Celine, Creadores de imágenes. Fotógrafos contemporáneosEdit. Océano, Barcelona, 2007, p. 80
[iv] Ídem
[v] Ídem
[vi] (Traducida) Light, Ken, Witness in our time: Working lives of documentary photographers, Segunda Edición (Kindle), Edit. Smithsonian books, Washington, 2010, Loc. 1728
[vii] Jaeger, Anne-Celine, op. cit. 78
[viii] Ibídem, p. 76
[ix] UNICEF Special Representative Sebastiao Salgado.Disponible en http://www.unicef.org/salgado/bio.htmConsultada el 17 de enero de 2013
[x] Sougez, Marie-Loup (coord.), op. cit. pág.  467
[xi] Freeman, Michael, La visión del fotógrafo. Edit. Blume, Barcelona, 2012 pág. 105
[xii] Jaeger, Anne-Celine, op. cit., pág 81
[xiii] Kimmelman, MichaelPHOTOGRAPHY REVIEW; Can Suffering Be Too Beautiful? 
[xiv] Koetzle, Hans-Michael, 50 fotografías míticas. Su historia al descubiertoEdit. Taschen, Colonia, 2012, pág. 277
[xv] Ferreira, Javier, Estética de la miseria. Disponible enhttp://www.elhalo.com.ar/articulo_salgado.htmlConsultada el 16 de enero de 2013
[xvi] Ídem
[xvii] Ídem
[xviii] Espada, Arcadi, La necesidad de la imagen: entrevista con Susan Sontag. Disponible enhttp://www.letraslibres.com/revista/convivio/la-necesidad-de-la-imagen-entrevista-con-susan-sontag Consultada el 16 de enero de 2013
[xix] Kimmelman, Michael, op. cit
[xx] (Traducida) Goldberg, Vicky, Light Matters.Writings on PhotogrpahyEdit. Aperture, New York,2010, pág. 181
[xxi] (Traducida) Bogre, Michelle, op. cit., loc. 1592
[xxii] Sischy, Ingrid, On Photography.
[xxiii] (Traducida) Sischy Ingrid citada por Levi-Strauss David. David Levi-Strauss: The Documentary Debate: Aesthetic or Anaesthetic? 
[xxiv] (Traducida) Bogre, Michelle, op. cit. loc. 1592
[xxv] (Traducida) Kimmelman, Michael, op. cit.
[xxvi] Benjamin Walter. “The Author As Producer”
[xxvii] (Traducida) Benjamin Walter citado por Levi-Straussop. cit.
[xxviii] (Traducida) Galeano, Eduardo citado en Levi-Strauss David. David Levi-Strauss: The Documentary Debate: Aesthetic or Anaesthetic? 
[xxix] (Traducida) Sischy, Ingrid Cit. Levi-Strauss David.David Levi-Strauss: The Documentary Debate: Aesthetic or Anaesthetic? 
[xxx] Sougez, Marie-Loup (coord.), op. cit. pág. 488
[xxxi] Jaeger ,Anne-Celine, op. cit., p. 78
[xxxii] (Traducida) Light Ken, op. cit., loc. 1695
[xxxiii] Ibídem, loc. 1706
[xxxiv] (Traducida) Bogre, Michelle, op. cit., loc. 1620



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