Pasos
Idioma original: inglés
Título original: Steps
Año de publicación: 1969
Valoración: Muy recomendable (según para quién)
Como filólogo, o como crítico, o como hablante, o como lo que sea, voy a proponer la inclusión en el diccionario de una nueva expresión: "hacer un Izas"; y la definición correspondiente sería: "Hacer un Izas: 1. Comprar un libro de cuyo autor no sabes nada y del que nunca has oído hablar, atraído por algún aspecto determinado (título, portada, resumen, biografía), y descubrir después que es un librazo, y escribir una reseña para contárselo a todo el mundo". Bueno, pues esta reseña es "un Izas": no sabía nada de Kosinski, ni de su vida ni de su obra, me compré Pasos porque me llamó la atención el resumen de la contraportada, y después he descubierto no solo que el autor es famoso, sino que tiene mucha historia por detrás...
Sobre el autor: Kosisnki nació en Polonia en 1933, con el nombre de Józef Lewinkopf, en el seno de una familia judía que sobrevivió al Holocausto gracias a la ayuda de compatriotas dispuestos a arriesgar su vida para ocultarlos de los nazis. Ya con el nombre falso de Jerzy Kosinski, en 1957 consiguió emigrar a Estados Unidos falsificando cartas de destacados miembros del Partido Comunista. En América encontró distintos trabajos para salir del paso, hasta que consiguió el éxito y el reconocimiento como escritor. Sus últimos años estuvieron oscurecidos por la enfermedad, y por las acusaciones de falsificar su propio pasado y plagiar (o contratar a negros para que escribieran) sus primeras novelas. Se suicidó en 1991, dejando una nota que decía: "Voy a echarme a dormir un poco más de lo habitual. Digamos la Eternidad".
Sobre la obra: la contraportada del libro decía que "es una novela insólita,de una belleza aterradora que seduce desde la primera página por la voz misteriosa de su narrador, que bien podría ser el autor, y que relata las experiencias sensuales y sexuales con las que ha ido tejiendo su vida". Estoy de acuerdo solo en parte: es verdad que es insólita, que es de una belleza aterradora, pero el resto del párrafo da una impresión de unidad que tiene muy poco que ver con la novela (si es que puede hablarse de novela): después de leerla, uno no tiene la impresión de que se haya "tejido" nada, de que se haya construido ninguna personalidad, sino solo una voz, y una voz terriblemente desapasionada, fría y objetiva.
En realidad, Pasos está más cerca de ser una sucesión de sketches de contenido erótico y/o violento (solo unos pocos, muy, muy pocos, no se relacionan con la el sexo o la muerte) en los que el narrador participa casi siempre como protagonista o como observador (algunos de ellos son al parecer autobiográficos, como cuando el narrador trabaja como camionero ocasional, pero evidentemente no todos). El tono dominante en estas escenas es la brutalidad: los personajes rara vez demuestran ningún sentimiento positivo los unos por los otros; se utilizan, se engañan, se asesinan, se manipulan, se desprecian. Todo (el sexo y la violencia, principalmente) es un medio para lograr la propia satisfacción. Y la voz lo describe con una concisión y contención excepcionales.
Pasos no es una obra para todos los gustos: no hay trama, no hay personajes (salvo el desdibujado y des-psicologizado narrador), no hay final feliz ni detective que desenmascare al asesino (porque el asesino somos todos, en cierto modo). Algunas de las escenas son francamente duras, de esas que en una película te harían girar la cabeza (pero seguir mirando por el rabillo del ojo). Quien quiera leerla sabiendo esto, adelante, tiene mi bendición y mi recomendación.
Coda: Pasos todavía da para un último párrafo humorístico que demuestra lo volátil y lo arbitrario que es a veces este mundo de los libros en que nos movemos. La novela se publicó en 1969, y ganó el National Book Award ese año. Solo seis años más tarde, en 1975, un crítico de Los Ángeles copió 21 páginas de la novela y las envió a cuatro editoriales bajo seudónimo. Todas rechazaron publicar la obra. Persuadido por Kosinski, el mismo crítico repitió el experimento dos años más tarde, en 1977, pero esta vez envió el texto completo a 14 editoriales y 13 agentes. Y nuevamente fue rechazado por todas las editoriales, incluida Random House, que había publicado la novela de Kosinski en 1969.
Título original: Steps
Año de publicación: 1969
Valoración: Muy recomendable (según para quién)
Como filólogo, o como crítico, o como hablante, o como lo que sea, voy a proponer la inclusión en el diccionario de una nueva expresión: "hacer un Izas"; y la definición correspondiente sería: "Hacer un Izas: 1. Comprar un libro de cuyo autor no sabes nada y del que nunca has oído hablar, atraído por algún aspecto determinado (título, portada, resumen, biografía), y descubrir después que es un librazo, y escribir una reseña para contárselo a todo el mundo". Bueno, pues esta reseña es "un Izas": no sabía nada de Kosinski, ni de su vida ni de su obra, me compré Pasos porque me llamó la atención el resumen de la contraportada, y después he descubierto no solo que el autor es famoso, sino que tiene mucha historia por detrás...
Sobre el autor: Kosisnki nació en Polonia en 1933, con el nombre de Józef Lewinkopf, en el seno de una familia judía que sobrevivió al Holocausto gracias a la ayuda de compatriotas dispuestos a arriesgar su vida para ocultarlos de los nazis. Ya con el nombre falso de Jerzy Kosinski, en 1957 consiguió emigrar a Estados Unidos falsificando cartas de destacados miembros del Partido Comunista. En América encontró distintos trabajos para salir del paso, hasta que consiguió el éxito y el reconocimiento como escritor. Sus últimos años estuvieron oscurecidos por la enfermedad, y por las acusaciones de falsificar su propio pasado y plagiar (o contratar a negros para que escribieran) sus primeras novelas. Se suicidó en 1991, dejando una nota que decía: "Voy a echarme a dormir un poco más de lo habitual. Digamos la Eternidad".
Sobre la obra: la contraportada del libro decía que "es una novela insólita,de una belleza aterradora que seduce desde la primera página por la voz misteriosa de su narrador, que bien podría ser el autor, y que relata las experiencias sensuales y sexuales con las que ha ido tejiendo su vida". Estoy de acuerdo solo en parte: es verdad que es insólita, que es de una belleza aterradora, pero el resto del párrafo da una impresión de unidad que tiene muy poco que ver con la novela (si es que puede hablarse de novela): después de leerla, uno no tiene la impresión de que se haya "tejido" nada, de que se haya construido ninguna personalidad, sino solo una voz, y una voz terriblemente desapasionada, fría y objetiva.
En realidad, Pasos está más cerca de ser una sucesión de sketches de contenido erótico y/o violento (solo unos pocos, muy, muy pocos, no se relacionan con la el sexo o la muerte) en los que el narrador participa casi siempre como protagonista o como observador (algunos de ellos son al parecer autobiográficos, como cuando el narrador trabaja como camionero ocasional, pero evidentemente no todos). El tono dominante en estas escenas es la brutalidad: los personajes rara vez demuestran ningún sentimiento positivo los unos por los otros; se utilizan, se engañan, se asesinan, se manipulan, se desprecian. Todo (el sexo y la violencia, principalmente) es un medio para lograr la propia satisfacción. Y la voz lo describe con una concisión y contención excepcionales.
Pasos no es una obra para todos los gustos: no hay trama, no hay personajes (salvo el desdibujado y des-psicologizado narrador), no hay final feliz ni detective que desenmascare al asesino (porque el asesino somos todos, en cierto modo). Algunas de las escenas son francamente duras, de esas que en una película te harían girar la cabeza (pero seguir mirando por el rabillo del ojo). Quien quiera leerla sabiendo esto, adelante, tiene mi bendición y mi recomendación.
Coda: Pasos todavía da para un último párrafo humorístico que demuestra lo volátil y lo arbitrario que es a veces este mundo de los libros en que nos movemos. La novela se publicó en 1969, y ganó el National Book Award ese año. Solo seis años más tarde, en 1975, un crítico de Los Ángeles copió 21 páginas de la novela y las envió a cuatro editoriales bajo seudónimo. Todas rechazaron publicar la obra. Persuadido por Kosinski, el mismo crítico repitió el experimento dos años más tarde, en 1977, pero esta vez envió el texto completo a 14 editoriales y 13 agentes. Y nuevamente fue rechazado por todas las editoriales, incluida Random House, que había publicado la novela de Kosinski en 1969.
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