viernes, 6 de mayo de 2016

Últimas tardes con Teresa / La chica del descapotable cumple cincuenta años




Primer plano de Susan Holmquist para anunciar un producto de belleza.
Primer plano de Susan Holmquist para anunciar un producto de belleza. GIANNI RUGGIERO.

La chica del descapotable cumple cincuenta años

La fotografía de Oriol Maspons para el libro 'Últimas tardes con Teresa' crearía una de las portadas icónicas del libro español contemporáneo. Su protagonista, una modelo danesa

Carles Gámez
6 de mayo de 2016

Si hubiera que hacer un ranking con algunas de las portadas que han señalado la historia del libro español en los últimos cincuenta años, en la lista no faltarían entre los primeros lugares algunos de los títulos que creó el diseñador Daniel Gil para el sello Alianza Editorial. Tampoco las portadas que en su momento realizó el malogrado Diego Lara para la colección Nostromo de Alfaguara o las históricas cubiertas en amarillo y negro que el diseñador y pintor Jordi Fornas creó para la colección de novela policiaca La Cua de Palla de Edicions 62.
Cuando se cumple medio siglo de la aparición de la novela Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé, un aniversario recordado ampliamente en las páginas culturales, la portada de la novela, la fotografía de una muchacha rubia sobre un descapotable realizada por el fotógrafo Oriol Maspons, sobresale en este grupo de imágenes icónicas alimentadas por el paso del tiempo. “Aunque en sus portadas no figuraba ninguna autoría gráfica, la editorial Seix Barral respondía a la personalidad y el estilo de su editor Carlos Barral” señala el diseñador e historiador del diseño gráfico Enric Satué. “En Seix Barral no había una figura de la envergadura pongamos por caso de un Daniel Gil como en Alianza, pero pudo contar con el apoyo gráfico de fotógrafos como Oriol Maspons y sus portadas acabarían influyendo otras editoriales como fue el caso de Esther Tusquets y Lumen, que las imitaría para su colección Palabra e imagen encargando a diferentes fotógrafos, el mismo Oriol Maspons, Ramon Masats, Xavier Miserachs, Cèsar Malet o Colita, fotografías tanto para la portada como el interior”.







Susan Holmquist en el año 1967 en la sala Bocaccio para la presentación de una colección de la diseñadora Mary Quant.ampliar foto
Susan Holmquist en el año 1967 en la sala Bocaccio para la presentación de una colección de la diseñadora Mary Quant.


Si bien la fotografía de Oriol Maspons ha quedado guardada en la memoria gráfica y sentimental, no lo ha sido tanto la de su protagonista, la modelo Susan Holmquist, una joven de origen nórdico catapultada gracias a un concurso de belleza celebrado en Palma de Mallorca que en su momento formará parte de ese estilizado círculo de rostros femeninos que renovaron la imagen de la mujer en la publicidad y la moda española. El fotógrafo y publicista Leopoldo Pomés es uno de los artífices de esta renovación popularizando los rostros de Teresa Gimpera, Romy (Carmen Romero), Margaret Peters, la cantante Nico o la mítica figura de Margit Kocsis sobre un caballo blanco para el brandy Terry. Testigo- y agente- de esos años creativos será Gianni Ruggiero, un joven fotógrafo milanés que llega a Barcelona contratado por el periodista Luís Bettonica para fotografiar las colecciones de alta costura española del instituto creado para su promoción. Junto con la modelo Susan Holmquist, en aquel momento su compañera sentimental, firman algunos de los anuncios más llamativos de esos años como la campaña para la cerveza Estrella del Sur con la modelo mostrando su desnudez. “Si visualizamos- señala Ruggiero-la imagen de la mujer española de 1965 y la comparamos con la de Susan Holmquist como “modelo galáctica” del anuncio de cerveza Estrella del Sur en una marquesina de publicidad de ese mismo año, veremos que hay una ruptura total”.







Portada de 'Últimas tardes con Teresa'.
Portada de 'Últimas tardes con Teresa'. ORIOL MASPONS


“Recuerdo- comenta Gianni Ruggiero- que la fotografía para la portada del libro de Últimas tardes con Teresa se hizo con el coche que Susan se había acabado de compra en Milán con los primeros ingresos importantes que había tenido como modelo”. “La figura de la joven de la portada del libro - señala Satué- sin duda respondía a uno de los mitos de la España de los años sesenta, el de la belleza nórdica, por otro lado, la fotografía aérea realizada por Maspons representa una perspectiva muy atractiva y de carácter inédito, ya que desde arriba, con excepción de Dios, ningún humano puede mirar. Maspons dio en la diana creando un “lote” muy seductor, uniendo la belleza física de la joven modelo y el poder de atracción de la máquina, el flamante descapotable. Si a todo eso añadimos la fuerza evocadora del título de la obra, la composición no puede resultar más acertada”. Y concluye. “No será el único ejemplo en que una fotografía de Maspons se manifiesta como un libro abierto”.
Cincuenta años después, en una España encorsetada por la censura franquista la figura de Susan Holmquist sobre un descapotable blanco proyectó esa imagen de fantasía y libertad que hizo soñar a muchos lectores con la protagonista del libro del Marsé, aquella Teresa que gracias a la lírica serratiana se transformaba sólo unos años después, en un sexy y fugitivo “Conillet de vellut” (conejito de terciopelo) traspasando el nombre de la modelo del imaginario literario a la mitología pop.

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