martes, 30 de julio de 2019

Olga Cuéllar / 40 años ilustrando cuentos infantiles de Colombia

Olga Cuellar
Guadalajara, 2013
Foto de Triunfo Arciniegas

Olga Cuéllar: 40 años ilustrando cuentos infantiles de Colombia

Sus ilustraciones también protagonizan el logo de Libro al viento y de las tortas Cascabel.
Carlos Restrepo
26 de julio de 2019

Un príncipe aburrido con su riqueza decide un buen día dejarlo todo para irse de incógnito, vestido de campesino con una flauta, a recorrer las poblaciones de su reino. Con el paso de los años, cuando llega la vejez, recuerda su palacio e intenta regresar a ver a su hermano, pero la senilidad le impide recordar el camino.

Olga Cuéllar rodeada de algunos de sus personajes de cuentos infantiles.
Foto:
Abel Cárdenas/EL TIEMPO
El Viaje del príncipe, de Octavio Escobar, es uno de los tantos cuentos que han divertido a los niños, ilustrado por Olga Cuéllar, quien celebra 40 años de trayectoria artística, con el reconocimiento de ganar el diseño del estand de Colombia para la reciente Feria del Libro de Bolonia (Italia), uno de los encuentros mundiales más importantes para la literatura infantil y juvenil.El universo de personajes y animales de esta artista no solo ha llenado los libros suyos y de reconocidos colegas como John Fitzgerald Torres, Celso Román o Pilar Lozano, sino que ha adornado cajas de tortas y ha protagonizado reconocidos logos.
Olga Cuéllar
Bogotá, 2016
Foto de Triunfo Arciniegas


Cuéllar es la creadora de imágenes como la del Festival de Literatura Infantil y Juvenil de Bogotá, la de la edición conmemorativa del Día Mundial del Correo y ha ilustrado muchas de las publicaciones de Libro al Viento.



Precisamente, en esa gran selva llena de animales que embelleció el pabellón de Colombia en la feria italiana, y frente al cual muchos de los visitantes se tomaron fotos, se reconocen varios de los animales que, durante 10 años, adornaron las latas de las tortas Cascabel, cuyo logo también diseñó Cuéllar.




Olga Cuéllar


Cuéllar en el pabellón de Colombia que diseñó la Feria del Libro de Bolonia (Italia).
Foto:cortesía de la autora
Aunque se considera bogotana, a donde llegó de dos años, nació por casualidad en Ipiales, Nariño, porque la carrera militar de su padre los obligaba a moverse de un una ciudad a otra.



La ilustradora cuenta que desde niña su carácter un tanto rebelde en el colegio la llevó a refugiarse en el dibujo y en las artes en general. “A mí me gustaba hacer y armar cosas. Me gustaba pintar, dibujar, hacer escultura”, recuerda.




De allí que su primera opción profesional fue Bellas Artes, en la Universidad Nacional, en donde se presentó varias veces, sin tener la fortuna de pasar.




Entonces decidió dedicarse a otra de sus pasiones: los niños. Se formó como pedagoga infantil en la Universidad Pedagógica Nacional, y aunque alcanzó a trabajar en colegios como Mi Pequeño Mundo, La Carreta y Canturriando, muy pronto supo que los suyo era la ilustración.




Olga Cuéllar





Cuéllar es la autora del logo del programa de lectura distrital Libro al viento. Varios de los libros gratuitos también han sido ilustrados por ella.
Foto: Cortesía de la autora
Su talento para dibujar y pintar desde joven, junto con su amor por libros como Alicia en el país de las maravillas, la llevaron a estudiar un tiempo Diseño Gráfico en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en donde fue profesora. Sus primeros dibujos fueron para libros escolares, antes de saltar al universo de la literatura infantil.




“El primer libro que ilustré fue de unas fábulas de Rafael Pombo por el que nunca me pagaron; me lo tumbaron. Lo peor es que todavía lo venden esos descarados”, anota con ese humor y positivismo que siempre le pone a la vida.


Ilustración de Olga Cuéllar



Sobre su método de trabajo, anota que prefiere hacerlo a mano, como en las viejas épocas. “Otras veces hago la línea a mano y le pongo el color a la ilustración en el computador”, dice.

Ha sido testigo del desarrollo de la ilustración en el país, al lado de otros colegas reconocidos como Ivar Da Coll, que vivieron en carne propia aquellas épocas aciagas cuando el ilustrador era un convidado de piedra en los libros infantiles. Todos los aplausos y los derechos se los solía llevar el autor, mientras que al ilustrador solo le reconocían una suma puntual por sus dibujos.

Con los años, los ilustradores entendieron la importancia de ser también autores de sus propias historias. “Con Ivar hemos tratado de dar esa lucha para que el autor de la imagen sea reconocido como coautoría, y así ganar regalías por los libros”, sigue.


Olga Cuéllar




Durante 10 años, la cajas de las tortas Cascabel se embellecieron con las ilustraciones de Cuéllar.
Foto: Abel Cárdenas
Ya suma 13 libros propios, sin contar todos los más de 50 que ha ilustrado a otros compañeros. Entre ellos se destacan Saltarines, Siete de la noche y la serie Los animales me enseñan, la cual incluye el cuento Los opuestos, que juega con las emociones y está ilustrado con animales de Colombia. 




“Ese se ha utilizado en talleres en zonas de conflicto, y es maravilloso cómo los niños acaban exteriorizando sus tristezas y sus traumas para sanar”, anota la artista. Precisamente, Cuéllar también dicta talleres a lo largo y ancho del país, para maestros y niños. Esto le ha permitido palpar de primera mano la realidad social.




La no guerra, aunque sigamos todavía en conflicto, luego de la firma de la paz, cambió la vida de mucha gente, como lo vi en varias bibliotecas que visité. Por fortuna, los niños tienen la ventaja de que siempre juegan”, comenta.

Además, acaba de publicar Jugarretas, con SM Ediciones, que son tiras cómicas para niños, las cuales recuperan las tradicionales bromas que se hacían antaño, como la llamada telefónica o timbrar y salir corriendo.



Olga Cuéllar




'Jugarretas' es uno de su libros más recientes.
Foto: Cortesía de la autora
Entre sus proyectos futuros, Cuéllar quiere reactivar la colección Pesadillas de brujas –que cuenta la historia de cinco divertidas brujas–, en la que apela a la psicología inversa del imaginario de este tipo de personajes míticos en la literatura. Este proyecto, incluso, se está pensando sacar en formato digital interactivo.




“Como a los niños los asustaban con ellas, y todavía pasa, a mí se me ocurrió que las brujas fueran las víctimas de los niños. Entonces, en mi serie, ellas se asustan con su crueldad y sus bromas. Pero además, los ratones y los gatos se burlan de las brujas”, explica la autora.



Ilustración de Olga Cuéllar
Con esta colección, Cuéllar también fue pionera de los llamados ‘libros silentes’ o sin palabras para bebés y niños. “Mis brujas no tenían texto. Las solas imágenes le contaban la historia al niño”, anota.

Por lo pronto, la mente inquieta de esta artista y escritora no parará de seguir enriqueciendo ese mundo imaginario de los niños, con brujas, príncipes, animales y seres maravillosos, como diablitos y duendes, que también está esculpiendo en porcelanato.





Olga Cuéllar




La artista en su taller de creativo.
Foto: Abel Cárdenas


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