Chirag Bangdel
Soledad
Todo lo que queda
es una titilante
lámpara de aceite.
Una noche oscura
y un templo solitario.
No hay peregrinos,
ni sacerdotes,
ni devotos.
Finalmente la deidad descansa
rodeada de flores en fermentación.
Poema
Blanca,
de un blanco perfecto.
Como el silencio de la noche,
expectante y nerviosa.
Fría como congelada.
Virgen e impecable.
La blanca hoja de papel.
¿Será mi poesía lo suficientemente buena para esto?
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