Fotografías de Eadweard Muybridge |
Ambrose
Bierce
UNA CARRERA
INCONCLUSA
James Burne
Worson era zapatero, habitante de Leamington, Warwickshire, Inglaterra. Era
propietario de un pequeño local, en uno de esos pasajes que nacen de la
carretera a Warwick. Dentro de su humilde círculo, lo estimaban hombre honesto,
aunque algo dado (como tantos de su clase en los pueblos ingleses) a la bebida.
Cuando se emborrachaba, solía comprometerse en apuestas insensatas. En una de
tales ocasiones, harto frecuentes, se ufanaba de sus hazañas como corredor y
atleta, lo que tuvo como resultado una competición contra natura. Apostaron un
soberano de oro, y se comprometió a hacer todo el camino a Coventry corriendo
ida y vuelta; se trata de una distancia que supera las cuarenta millas. Esto
fue el 3 de septiembre de 1873. Partió de inmediato; el hombre con quien había
hecho la apuesta -no se recuerda su nombre-, acompañado por Barham Wise,
lencero, y Hamerson Burns, creo que fotógrafo, lo siguió en su carro o carreta
ligera.
Durante varias millas, Worson anduvo muy bien, a paso regular, sin
fatiga aparente, porque poseía, en verdad, gran poder de resistencia, y no
estaba tan intoxicado como para que tal poder lo traicionara. Los tres hombres,
en su carruaje, lo seguían a escasa distancia, y, ocasionalmente, se burlaban
amistosamente de él o lo estimulaban, según se los imponía el ánimo.
Súbitamente -en plena carretera, a menos de doce yardas de distancia, y
mientras todos lo estaban observando- el hombre pareció tropezar. No cayó a
tierra: desapareció antes de tocarla. Jamás se halló rastro de él.
Tras permanecer en el sitio y merodearlo, presa de la irresolución y la
incertidumbre, los tres hombres regresaron a Leamington, narraron su increíble
historia, y fueron, al fin, puestos a buen recaudo. Pero gozaban de buena
reputación, siempre se los había juzgado sinceros, estaban sobrios en el
momento del hecho, y nada conspiró jamás para desmentir el relato juramentado
de su extraordinaria aventura; éste, no obstante, provocó divisiones de la
opinión pública en todo el Reino Unido. Si tenían algo que ocultar eligieron,
por cierto, uno de los medios más asombrosos que haya escogido jamás un ser
humano en su sano juicio.
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