sábado, 28 de diciembre de 2024

El graduado / Una seducción sin límites

 


Dustin Hoffman y Anne Bancroft, en una imagen de <i>El graduado</i>.

Dustin Hoffman y Anne Bancroft, en una imagen de El graduado


Una seducción sin límites

'El graduado', un filme que marcó a toda una generación


Rocío García 
6 de julio de 2006


Por mucho que vivas, nunca volverás a tener la oportunidad de rehacer esta escena y, sin embargo, la seguirás viendo en la pantalla por el resto de tus días". Dustin Hoffman nunca ha olvidado estas palabras que el director Mike Nichols le dijo durante el rodaje de El graduado en 1966, y ha confesado que le han perseguido desde entonces. Tenía 29 años, aunque pareciera todavía un adolescente, y era su primer trabajo para el cine. Junto a la seductora Anne Bancroft, entonces de 36 años, protagonizó uno de los idilios más famosos, cínicos y sexuales del cine de Hollywood. El graduado se convirtió en un enorme éxito, de público y de crítica. Mike Nichols consiguió un Oscar como mejor director en 1967. Dustin Hoffman se instaló ya en el estrellato. De Anne Bancroft ya nunca nadie olvidaría a esa Mrs. Robinson, una mujer madura atrapada entre el alcohol y las frustraciones, que consigue deslumbrar al joven graduado Benjamin Braddock (Dustin Hoffman). Junto a ellos, una jovencísima, tierna pero decidida, Katharine Ross. Sin olvidar esas potentes y sugerentes canciones compuestas e interpretadas por Simon y Garfunkel.

El graduado rompió todas las normas establecidas y marcó a toda una generación, gracias también a la banda sonora de Simon y Garfunkel. Fue una película que se atrevió a indagar sin tapujos en las relaciones extramaritales y en la seducción de una mujer madura con un jovencito confundido y desorientado, hijo de un socio de su marido, que no sabe cómo afrontar su futuro y salir del cascarón de una familia rica y conservadora que sólo busca el éxito profesional para su hijo.

"Señora Robinson, usted está intentado seducirme ¿no?", le dice un inocente y parado Dustin Hoffman posando su mirada en las bellas piernas desnudas de Anne Bancroft. Y ahí empieza toda una historia de encuentros sexuales entre un hombre y una mujer hasta que aparece la hija de ella, Elaine (Katharine Ross) y con ella el amor verdadero.

De El graduado hay muchas escenas inolvidables: la aparición de Benjamin Braddock con la escafandra regalo de sus padres por su 21º cumpleaños ante el regocijo de todos los amigos de la familia; las aguas cristalinas de una piscina en la que Braddock se sumerge para intentar escapar de ese futuro que otros han pensado para él; la figura de ese mismo joven bajo el triángulo que forman las piernas de la señora Robinson o la huida final y feliz hacia una vida propia.

Anne Bancroft, fallecida en junio de 2005 a la edad de 73 años, confesó en muchas ocasiones que el papel que interpretó en El graduado determinó su carrera más de lo que jamás había podido imaginar. Dustin Hoffman dijo una vez: "Nunca he querido que el público se tenga que creer algo que parece verdad, lo que quiero es que lo vivan como si estuvieran allí". Viendo de nuevo El graduado, efectivamente uno se traslada y vive esa confusión, esa inocencia, esas ganas de cambio de un joven que se deja seducir y sabe disfrutar en los brazos de una mujer aunque sea a costa de su bienestar emocional.

EL PAÍS 

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