Foto facilitada por la editorial Alfaguara del escritor suizo Joël Dicker, autor de "La verdad sobre el caso Harry Quebert", que el próximo día 19…
06/11/2013 6:55 AM
Madrid, 11 jun (EFE).- La adictiva novela “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, del suizo Joël Dicker, desembarca la próxima semana en España, América Latina y Estados Unidos en español, uno de los 33 idiomas traducida desde el francés. “Ni en mis sueños más locos me habría imaginado algo así”, dice el escritor a Efe.
Y no es para menos: Dicker (Ginebra, 1985), que el próximo sábado cumple 28 años, es un recién llegado al mundo editorial.
Encumbrado con prestigiosos premios a la cima de la literatura francófona por su monumental y aplaudido “thriller” ambientado en EE.UU., pero que en realidad es una original mezcla de géneros, Dicker, de padres originarios de Francia y Rusia, no se esperaba “un éxito parecido”, insiste en conversación telefónica desde Ginebra.
Cosechó el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa 2012 y se quedó a solo un voto de hacerse también con el mítico Goncourt.
Sí que logró, por contra, el Goncourt de los Estudiantes y el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa de 2012. Además de ser número 1 de ventas en Francia, con 750.000 ejemplares vendidos.
Ejemplares que se siguen multiplicando a buen ritmo en su versión en rumano e italiano y que dentro de una semana, el día 19 de junio, está previsto que salga en español en España, en América Latina y en Estados Unidos, donde hay un importante mercado editorial hispano.
El hecho de ser publicado por Alfaguara en español y en otros 32 idiomas por otras editoriales en tantos países, que ni sabe cuántos, a Dicker le parece “muy impresionante”, pero también “virtual”, ya que apenas acaba de empezar la promoción internacional.
Lo más “divertido”, reflexiona este licenciado en Derecho que escribió su “best seller” mientras trabajaba en el Parlamento de Ginebra, es que compuso este profundo retrato de la sociedad estadounidense con la idea de darse “una última oportunidad” como escritor, “si no funciona -se dijo- me dedicaré a otra cosa”.
Y, al menos por un buen tiempo, no tendrá que hacerlo. Su libro fue el más cotizado en la Feria de Fráncfort de 2012. Las subastas de todo el mundo superaron a las que originara Harry Potter.
“La verdad sobre el caso Harry Quebert” es la segunda novela publicada de Dicker, pero, en realidad, es la sexta que ha escrito. Las otras cuatro fueron sistemáticamente rechazadas por editores.
Modesto y exquisitamente afable, Dicker vive “impresionado”, aunque con aparente calma, el giro radical que ha dado su vida desde que un octogenario editor francés sacó su novela en agosto pasado.
Se trata de Bernard de Fallois (1926), presidente de Éditions de Fallois, “el editor francés más importante”, dice Dicker sin disimulada admiración hacia este “hombre increíble”, “un ser humano absolutamente excepcional”, con el que habla “todos los días”.
“La suerte de mi vida es poder aprender el oficio que hago con De Fallois”, confiesa, convencido de que este atesora el “ingenio de la literatura y de la edición”, además de un “gran sentido del humor”.
A De Fallois, Dicker llegó de la mano de Vladimir Dimitrijevic, de la editorial suiza L’Age d’Homme, quien descubrió su talento tras leer el manuscrito de “Los últimos días de nuestros padres”, obra ganadora del Premio de los Editores Ginebrinos 2010.
Una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial publicada conjuntamente por las editoriales de los dos viejos amigos, a quienes Dicker no duda en tildar de sus “hadas madrinas”, aunque “desgraciadamente Dimitrijevic no está aquí para ver esto”, lamenta.
El editor suizo murió en el verano de 2011 a los 77 años de edad en un accidente de tráfico cuando iba de Lausana a París precisamente para ver a De Fallois.
Finalmente, “Los últimos días de nuestros padres” vio la luz en enero de 2012 y a principios del verano de ese mismo año el joven abogado suizo hizo llegar a De Fallois otro voluminoso manuscrito.
Era “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, un libro con todos los mimbres para ser el próximo acontecimiento literario global, en la estela de la trilogía Milenium o del niño mago Harry Potter.
Descrita como un cruce entre Stieg Larsson, por su hábil uso de los resortes del “thriler”; Nabokov, por la creación de una nueva Lolita; y Philip Roth, a quien Dicker admira tanto como a Roman Gary, Paul Auster, Jonathan Frazen o Gabriel García Marquez.
Con un padre profesor y una madre librera, a quienes dedica su exitosa novela, Dicker devoró todo tipo de libros desde su infancia.
Lecturas que le dejaron un poso poliédrico que rezuma en la riqueza de recursos de su estilo, marcado también por su pasión por la música -tocó la batería en una banda de jazz y otra de rock-.
Su inspiración viene también del cine, una industria con la que ahora está en conversaciones para una posible adaptación de su gran novela sobre los Estados Unidos de todos los excesos. Un país en el que pasó todos los veranos y del que ama sus “grandes espacios”.
Tanto como ama la “libertad” del oficio de escritor. “Hay que aguantar. El verdadero éxito es ser capaz de durar. ¿Soy escritor? Creo que podré responder dentro de diez años.”
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