Frank Báez
ENTREVISTA
Frank Báez
“La poesía sólo es poesía”
Por Luis Martin Gómez
Frank Báez tiene un aire de Pablo Neruda post moderno: Elefante manso de movimientos suaves y ojos bondadosos. Pero la semejanza es sólo física; en poesía difieren, pues Frank parece más cercano al estadounidense Walt Whitman o al dominicano Domingo Moreno Jimenes.
Poesía diferente la suya, que puede gustarnos o no pero jamás dejarnos indiferentes. Sus versos molestan, encantan, irritan, seducen, sustentados en una propuesta estética provocadora, y nutridos con signos cotidianos que conmueven por su transparencia y simplicidad.
El autor está consciente que sus poemas son como fogaraté que producen ronchas (al lector y la crítica) y lo admite en Autorretrato, trabajo que abre su poemario Postales, ganador del Premio Nacional de Poesía 2009.
LMG En ese texto todo el mundo te golpea, Frank, menos un policía, quien hace una reverencia cuando escucha tus poemas; ¿cómo lograste conciliar verso y macana?
FB Ese poema con el que me presento a los lectores, al estilo de las obras del siglo XIX, revela que el poeta recibe muchos atropellos, vejaciones que te llevan a cuestionar, bueno, si eso le sucede al poeta, qué no le pasará al libro; pero la intención del texto es transmitir que a pesar de los golpes, de los contratiempos, puedes seguir escribiendo poesía. Lo del policía es un recurso para dar a entender que la mía no es una poesía maldita sino una que cualquiera puede entender y disfrutar.
Frank Báez no tiene, como otros, pose de poeta, y no cree que el poeta sea un ser divino con características sobrenaturales; lo deja establecido en Damen, citando a John Keats al decir que “no hay nada menos poético que un poeta”.
FB Pienso que el poeta es sencillamente un medio, que el poeta no es la poesía, sino simplemente alguien que prepara la fiesta para que la disfruten otros. Es mi visión de la poesía, mi propuesta estética, pero también en ese trabajo planteo la función de la poesía en los tiempos modernos, hablo del papel del poeta en la actualidad, de lo que hay que hacer para que la poesía se lea. Estoy convencido de que al final la poesía sólo trata de la poesía.
Trasvestis, diyeis, surfistas
En la poesía de Frank Báez viven y mueren personajes no tradicionales que forman parte de lo que él llama mitología urbana: Trasvestis que transmutan en Marilyn Monroe, diyeis exaltados que rozan la divinidad, surfistas que escriben con olas poesía que luego el mar recita. En ocasiones, el poeta, demiurgo travieso, crea personajes y hasta un género musical, como la bachata metal.
FB Ese poema (Bachata metal) surge de un sueño y tiene una deuda evidente con el científico y político estadounidense Benjamín Franklin, inventor del pararrayos, pero también se explica porque yo tengo una banda musical que se llama El hombrecito en la que mezclamos poesía y música, por ejemplo, bachata con heavy metal, dos ritmos sin relación aparente.
“…y el bachatero se movía en la tarima con su guitarra que le había bendecido/ un brujo de Bonao y el público gozaba y aplaudía/ y tarareaba las canciones hasta que del cielo rodó un rayo/ que le dio de lleno al bachatero y su guitarra y los prendió/ como un arbolito de Navidad/ Y así, hijos míos, fue que se inventó/ la Bachata Metal”.
LMG Llama la atención que el trasvesti que se desdobla en la malograda actriz Marilyn Monroe, en el poema Marilyn Monroe en Santo Domingo, aconseja al lector hacerse la prueba del VIH, con lo que das una función social al poema, adicional a su natural propósito estético del que hablabas.
FB El mensaje es como un (spot) comercial que tiene el poema, a mi me gusta mucho eso; sobre lo del sida, hay varias referencias en el poemario a esa plaga de esta época que se ha llevado a muchos artistas importantes, como el poeta costarricense Felipe Granados, quien presentó en Costa Rica la primera edición de mi poemario Postales.
Whitman, Mir, Del Cabral
Frank Báez no puede ocultar sus influencias ni busca hacerlo. Whitman brota aquí o allá como verdolaga, incluso metido en la cartera de la Marilyn Monroe dominicana.
LMG ¿Homenaje o deuda?
FB Ambas cosas. A Whitman, poeta de la democracia, la poesía latinoamericana le debe muchísimo; de Whitman sale Borges, por un lado, que es la versión intelectual, y por otro, Neruda, que es el lado sensual. Pero también es un homenaje a los poetas dominicanos que considero “whitmanianos”, como Manuel Rueda, Pedro Mir y Manuel del Cabral.
Con esa patente de corso expedida por sus maestros tutelares anda este poeta que vive una realidad distinta a la de las luchas ideológicas y no siente nostalgia del aquel mundo que no conoció pero al que tal vez reinterpreta, sin saberlo, porque las carencias vuelven como las estaciones y el abuso fijó residencia en estas tierras que ya han olvidado soñar.
Escribe como entiende le toca hacerlo y eso es valentía, cualidad escasa en los tiempos que corren. Y se ha sobrepuesto con honor a las insinuaciones maliciosas sobre la validez de su premio. Tiene a su favor la paciencia de quien todavía espera que toque suelo la pelota que lanzó una vez mientras jugaba en el parque de su barrio.
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