Dustin Hoffman
'La vida no está hecha para ganar'
Por Liliana López Sorzano / Los Ángeles
El Tiempo, 3 Feb 2012 - 11:02 pm
'Luck', la nueva serie de HBO que se estrena hoy domingo en Colombia, mira desde todos los ángulos el mundo de las carreras de caballos. Protagonizada por unos de los íconos de la historia del cine en Hollywood.
Dustin Hoffman encarna a Chester ‘Ace’ Bernstein, un exconvicto que siempre
estuvo involucrado en los terrenos oscuros del juego, el lavado de dinero y las
apuestas. Fotos Cortesía de HBO
Ace deja la cárcel con una clara idea en mente:
venganza. Dustin Hoffman se pone en la piel de este hombre de pocas palabras,
calculador, frío, intuitivo, que acaba de cumplir una pena de tres años por
haber estado involucrado en lavado de dinero, casinos, juegos y apuestas, y que
planea devolver atenciones a aquellos que lo traicionaron.
Luck es una mirada al mundo de las carreras de
caballos y una inmersión en la vida de cada uno de los involucrados en ellas:
propietarios, entrenadores, jinetes y corredores de apuestas, que entran en la
ecuación de poder, dinero, adicción y manipulación que se vive en una pista de
carreras. No hay introducción a los personajes, no hay nada masticado, el
espectador entra a este universo sin previa introducción y dispuesto a ponerse
al día. “Es un reto y eso es emocionante”, asegura Michael Mann, productor y
director de la serie de 10 capítulos que HBO estrena mañana a las 7:00 p.m.
Es la primera vez que Hoffman participa en una serie
de televisión, no sólo como actor sino como productor. Michael Mann observó la
trayectoria de Hoffman y concluyó que todos sus personajes habían sido
“reactores”, es decir, reaccionaban a una situación, a una circunstancia o a los
personajes que los rodeaban. Según Mann, este personaje es lo contrario, es
proactivo. “Él es el arquitecto, es el hombre con el plano en la mano, sabe
exactamente lo que está haciendo. Me pareció interesante que Hoffman
interpretara este papel, es un lugar interesante para un actor, es difícil, es
un reto”, asegura.
Impecable, con un vestido azul de paño ligero y
camisa azul celeste, Hoffman entra con un Bloody Mary sin alcohol en su mano y
con una sonrisa en la boca. Pareciera que las miles de preguntas que tendrá que
responder a los periodistas dejan intacto el buen humor con el que se
levantó.
Uno sopesa las cosas y hasta cierto punto puede
escoger o rechazar lo que quiere hacer y no tomar cualquier papel. Lo que una
“estrella” no anticipa es que va a terminar apoyando a los protagonistas porque
a la gente no le gustan los protagónicos con más de 70 años, a menos que carguen
una pistola o tengan alguna firma distintiva, como ser Sean Connery. Lo acepté
porque no es fácil conseguir un papel interesante como éste, tridimensional, y
enfrentarse a un guión tan bien escrito. Además, iba a estar bajo la dirección
de Michael Mann, con quien ya me había conocido en los setenta, en una película
llamada Straight Time (1978). Y la serie se filmaría en Los Ángeles, lo que me
permitiría hacer otras cosas. Fue la mejor de las alternativas. Tengo que
aprovechar esto antes de que termine como un dibujo animado (risas).
¿Quiere decir que a sus 74 años no le están
ofreciendo papeles?
Los hay, pero este es un rol protagónico
tridimensional. No suelen escribir ese tipo de papeles para gente de mi
edad.
¿Cómo se identifica con su
personaje?
Despertó tarde, y en eso me identifico. Una cosa que
Ace aprendió en prisión fue preguntarse en esos tres años: ¿qué demonios hice
con mi vida? Como padre, como persona en general. Sale de la cárcel buscando
venganza, pero siempre se está haciendo una pregunta: ¿es demasiado tarde?
Entonces, ¿siente que se despertó tarde para
algo?
Sí, claro. En la serie, por ejemplo, la persona que
va a la pista tiene que perder. Es como la vida. La vida no está hecha para
ganar. Uno pierde. Y después de un tiempo, la vida nos puede romper la cara. Uno
trata constantemente de encontrar una manera para mejorar las cosas. ¿Qué se
puede hacer? ¿Para qué son los propósitos de año nuevo? ¿Cómo puedo parar de
hacerme daño a mí mismo? ¿Qué demonios personales puedo dejar ir o debería
sacar? No sé si usted ha conocido personas llenas de demonios. A veces a uno le
pasa, y es gente aburridísima (risas). Creo que esa es la definición de
aburrido. Por eso recuerdo la frase del guionista David Milch, a quien le
preguntaron: “¿Cuál es tu definición de suerte?”, y el respondió: “Levantarse
por la mañana”.
¿Cuáles son sus demonios?
Están aquí. Han estado deambulando por este cuarto,
¿no se ha dado cuenta? Claro que están aquí, no fuimos fabricados para
entendernos. Todos los tenemos, hay variaciones de ellos. Creo que hay un
consciente y un subconsciente, y uno cree que el consciente es lo que nos
gobierna, lo que nos manda, pero realmente es el subconsciente.
¿Cómo ve lo que dijo Michael Mann sobre su
posición de actor como “reactor” y no como proactivo?
Tomar el papel de Ace era una oportunidad de
interpretar a alguien que se alejaba de mi propia historia como ser humano.
Siempre sentí que era un “reactor” y que yo gravitaba hacia ese estilo de
personajes. Tootsie no fue realmente un gran reto, a pesar de que me tocaba
interpretar a una mujer; en ese sentido, una mujer en los ochenta era una
“reactora”, estaba como situada en un segundo plano. Y creo que eso sigue siendo
así, en todo caso más de lo que debería ser. Lo que aprendí en ese entonces
gracias a mi asesora era que una mujer no decía “Déjame decirte algo” sino
“¿Puedo decir algo?”. Pedía permiso. Mi esposa me decía que lograba mis mayores
actuaciones entre tomas, porque la mayoría de los directores son maniáticos
controladores. Ellos son el marido y uno la esposa. Según su teoría, no he
interpretado a ningún hombre en mi vida (risas).
Hablando de directores: acaba de dirigir su
primera película, ‘Quartet’. ¿Qué tipo de director es usted?
Fue maravilloso poder mirar a los actores y que me
dijeran: esto no funciona. Yo les respondía: está bien, estoy de acuerdo. No
estamos acostumbrados a oír eso. Dirigir fue la parte más fácil, pero me
sorprendió cuán ingenuo era con respecto a lo que tiene que sufrir y vivir un
director. En todos estos años que he hecho películas no me había dado
cuenta.
¿Como qué, a qué se refiere?
¿Cuánto tiempo tenemos? ¿Cuánto tiempo se tardó en
preparar sus preguntas? Esa es la respuesta. A los directores se les pide y
exige hacer mucho más de lo que tendrían que hacer. Si uno trabaja tan duro como
puede y no quiere irse hasta que siente que está bien, entonces el tren va a
pasar antes de que uno lo tenga todo listo.
¿Por qué actores, directores y guionistas de
cine están migrando a la televisión si siempre ha sido al
contrario?
Estamos en la era dorada de la televisión por cable
y el mejor contenido está en este tipo de televisión. Atrae a todo tipo de
personas. Aaron Sorkin, que se ganó un Emmy por La red social, está haciendo una
serie para HBO. David Fincher también está en un proyecto para televisión. Es
sano; está bien que esté pasando. En la vida hay historias que no se pueden
contar en dos horas y no son para menores de 12. Los guionistas se dieron cuenta
de que tenían más control en televisión porque en las películas está todo
demasiado institucionalizado. Siempre he dicho: si eres guionista lo debes estar
haciendo por el dinero. Porque después de terminado el guión, 99% de eso será
tomado como un primer borrador. Entonces, si realmente te importa, ve a la
televisión.
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