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"EE UU lucha en México con la idea de Vietnam"
Barcelona 2 FEB 2010
Pelo cortado casi al cero, dedo índice que balancea por las estrechísimas aletas de la nariz antes de responder; rostro enjuto. Sí, con ese aspecto Don Winslow (Nueva York, 1953) debió de ser un buen detective privado -"fue circunstancial"- antes de dedicarse a la novela negra y convertirse con El poder del perro(Random House Mondadori) en el mejor retratista del México del narcotráfico. Es una novela de 719 páginas sobre la lucha de casi 30 años de Art Keller, agente de la DEA, contra los cárteles. Sobre esta "versión narco-mex de El padrino de Mario Puzo" y que lleva ya unos 75.000 ejemplares en España, habla su autor hoy en BCNegra.
Pregunta. Cormac McCarthy, Elmer Mendoza, usted... ¿Qué fascina tanto de este México de arena y droga? ¿La sensación de ser el último far west?
"La novela negra tiene y ofrece claves para entender el mundo actual"
Respuesta. Un poco, sí. Para Estados Unidos son 3.000 kilómetros de frontera común y una larga historia. Late siempre un factor de temor porque ocupamos zonas que originariamente eran de México.
P. Art Keller le da un pasado en Vietnam y salen constantes referencias a esa guerra y a las prácticas que ahí se dieron.
R. Es que Estados Unidos actúa contra la droga en México con la mentalidad con que luchó en Vietnam. No es casual que la guerra oficial contra la droga empezara cuando acabó la de Vietnam. Esa guerra comportó todo un movimiento contestatario social que el gobierno atribuyó en parte al uso de las drogas. Y aquí empezó una reacción y una sobrereacción que llevó a la guerra de las drogas; bueno, sólo contra algunas, las consumidas, cultivadas o comercializadas por negros, asiáticos o hispanos... No seamos inocentes: la guerra contra la droga lanzada por EEUU no existe, las drogas que de verdad matan, más que la heroína, son el alcohol y el tabaco, y ésas no se tocan.
P. En el libro plasma juego sucio entre la DEA y la CIA, entre policías mexicanos corruptos y no y una brutalidad fuera de toda lógica. ¿Cuánto hay de realidad en su novela?
R. Un 90%.
P. ¿Y va sin guardaespaldas?
R. Me entrevisté con capos de cárteles y me he documentado durante seis años y a nadie le mentí: dije que haría una novela; en realidad, en diversos círculos muy selectos todo lo que explico es información conocida. Es un retrato muy exacto de la realidad. No tengo miedo. Bueno, una vez. Me amenazaron. Fue una llamada. De un capo local.
P. Da la impresión que, ante las maniobras de la italiana o la rusa, la mafia mexicana es la menos sofisticada en todo.
R. Sin duda, es la más bestia; la mafia italiana respeta unas mínimas leyes internas... pero tengo la sensación de que es el mundo en general es el que es más duro y violento. La gente se siente más frustrada y impotente porque no tiene lo que quiere y entonces se cruzan las fantasías que rodean al crimen organizado, que puede conseguir lo que se quiera con sólo descolgar un teléfono. Ese es el atractivo de El Padrino y quizá por eso la novela negra vive este auge . Tiene y ofrece más claves para entender el mundo actual.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de febrero de 2010
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