martes, 3 de octubre de 2017

Raymond Chandler / El largo adiós




'El largo adiós', de Raymond Chandler


Junto con Dashiell Hammett es el escritor de novelas negras de mayor prestigio y, probablemente, popularidad. Los dos, aunque primero Hammett, dignificaron un género que hasta entonces era, básicamente, pasto de los lectores de las revistas y las ediciones baratas de usar y tirar. Chandler tenía una formación más rigurosa y académica de lo habitual, pues pese a nacer en Chicago se educó en Londres y completó su formación académica en Francia y Alemania. Regresó a Estados Unidos y trabajó en diversos oficios hasta que en 1932, con 44 años de edad, y tras ser expulsado de la empresa petrolera en la que era ejecutivo, decidió dedicarse exclusivamente a la literatura. En 1954 publicó su novela más afamada y respetada, El largo adiós, que mañana podrá comprar el lector de EL PAÍS por tres euros, y en la que el protagonista volvería a ser su detective Philip Marlowe, un héroe romántico, hombre de honor y caballero escéptico, personaje central de toda su producción novelística. Esta obra, como la gran mayoría de las suyas, fue adaptada al cine, en este caso por Robert Altman, en 1973. Chandler fue uno de los escritores más vinculados a la industria de Hollywood y no sólo porque sus novelas se llevaron a la pantalla, sino porque él mismo trabajó para el cine en calidad de guionista. A él se deben, entre otras, las adaptaciones de Perdición, de Billy Wilder (1944), sobre la novela de James M. Cain, o Extraños en un tren, novela de Patricia Highsmith que llevó al cine Alfred Hitchcock en 1951.




El papel y la pantalla

Raymond Chandler ya había escrito cuatro novelas cuando empezó a colaborar con Hollywood realizando guiones. Su primer encargo fue la adaptación de una novela de James M. Cain. Billy Wilder dirigía el largometraje, que en España se estrenó con el título de Perdición. Wilder reconoció la calidad de Chandler pese a que eran incompatibles y Cain comentó: "Ésta es la única película basada en un libro mío en la que aparecen cosas que me hubiera gustado que se me ocurrieran a mí". El estreno del filme en 1944 fue un éxito. Perdición está considerada hoy como una de las obras cumbres del cine. Chandler también revisó el guión de El sueño eterno, escrito para Howard Hawks por un equipo del que formaba parte William Faulkner. Ese mismo año, Chandler terminó el guión original de La dalia azul, película dirigida por George Marshall con Alan Ladd y Veronika Lake como protagonistas. Extraños en un tren, de Hitchcock, yMisterio en la noche, de Lewis Allen, fueron las otras dos colaboraciones de Chandler con el mundo del cine en esta época dorada en la que los grandes escritores también hacían guiones.



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