Ilustración de Ana Juan para 'Otra vuelta de tuerca', de Henry James |
La línea de los miedos y los amores que une los mundos de Ana Juan
La artista celebra 30 años de oficio con una versión ilustrada de ‘Otra vuelta de tuerca', de Henry James, y el rescate de su libro ‘Amantes’. Dos obras donde el miedo y el amor se dan la mano
El miedo y el amor son divinidades hijas del mismo dios. Emociones nacidas de la ilusión y alentadas por los recuerdos y las fantasías. Ya sean vestidas de color o de blanco y negro como las recrea Ana Juan (Valencia, 1961) en dos aventuras literarias: Otra vuelta de tuerca (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), donde amplía el universo fantasmal de Henry James más allá de lo gótico, y Amantes (Contempla), con sus relatos pictóricos de sincretismo japonés para recordar diferentes clases de amor.
Con ellos, celebra tres décadas de actividad artística con más puntos en común de los que se ve. “Quizás, el nexo de unión sea que la autora solo ha conseguido vencer a sus miedos proyectándolos en sus imágenes...”, atina a decir la premio Nacional de Ilustración 2010, que desde 1983 crea mundos propios (Snowhite o Comenoches) y da visibilidad a los ajenos (en publicaciones como The New Yorker o EL PAÍS).
“Empecé a publicar poco después de acabar la carrera de Bellas Artes, donde felizmente no me había preparado para seguir la profesión de ilustrador. Sin embargo, me acerqué a este oficio por amor a los libros, pero siempre he andado inquieta buscando algo que nunca he podido definir, no he dejado de pintar, de esculpir, de andar metida en algunas aventuras al margen, pero cercanas a mi profesión. De los mil caminos que he seguido solo los libros me han acercado a mi sueño. De todos modos, quizá, algún día encuentre todo aquello que intuí en un principio, en la ilustración o en cualquier otro dominio, quizás entonces, nos demos la mano y nos digamos adiós”.
Hoy, dos obras condensan su trabajo. Y aunque parecen opuestas comparten un pasadizo secreto por donde van y vienen la incertidumbre, la sugestión, los fantasmas, la oscilación, la inquietud, los miedos, la ambivalencia y el vacío ruidoso y paralizante de los miedos y los amores.
“Tengo que agradecer a mi profesión que me permite releer libros que me gustaron en su momento y enfrentarme a ellos con otra actitud, permitiéndome estudiarlos. Del conocimiento nace el amor. Otra vuelta de tuerca es una de las mejores historias de fantasmas y las historias espectrales siempre están asociadas a la oscuridad y la noche, pero creo que este relato se desarrolla entre las brumas, las nieblas que invaden la imaginación y nos hacen ver nuestros propios espectros. De hecho, las ilustraciones no son, como sería de suponer, en claroscuros, hay color, colores que se asocian a la campiña inglesa y sus nieblas donde todo es posible”.
Un amor literario que ha sido ilustrado en dos líneas narrativas que complementan la obra de James, pese a que en un comienzo la invadió cierto escepticismo, al pensar en el gran número de versiones que se han hecho del relato, pero descubrió que había espacio para otra perspectiva.
“Son dos líneas diferentes de narración: en un primer lugar, las ilustraciones de las cabeceras de los capítulos siguen la narración del hilo argumental del libro, pero en clave simbólica, los personajes principales se convierten en felinos y ratones jugando al eterno juego del ratón y el gato. En segundo lugar, en el interior, las ilustraciones no hacen referencia a ningún momento puntual, intentan plasmar el ambiente inquietante de la historia. En ningún momento ambas narraciones se entrecruzan. Como se ha comentado sobre esta historia, su estructura es como un juego de cajas chinas donde siempre una de las puertas queda cerrada haciendo que nos preguntemos sobre el misterio que se esconderá detrás”.
Como en los amores que ella recrea en Amantes, el libro que publicó en 2001 después de un proceso de ocho años. Todo empezó en 1993 cuando vivía en París y el editor Mr. Tsutsumi, de la editorial Kodansha en Tokio, le propuso un libro con once historias de amor, narradas con ocho imágenes. Ahora lo recupera Contempla Edelvives (un nuevo sello de obras ilustradas que inaugura junto a Seda, de Alessandro Baricco, recreada por Rébecca Dautremer). La mayoría son historias suspendidas, donde el amor es más pasado-recuerdo y promesa-sueño que presente. ¿Después de 20 años de iniciado el proceso cabría una nueva historia?
“No creo. Pero cada historia de amor es única y diferente de cualquier otra por lo que podría desarrollar otras historias de amor hasta el infinito... Los amores son perfectos en el recuerdo”.
Y, como una fantasmal ausencia vigilante, aparece... ¿y qué son los miedos?: “Las trampas que nos construimos nosotros mismos”.
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