jueves, 9 de septiembre de 2010

Willem Dafoe / Las mujeres saben moverse mejor en Hollywood

Willem Dafoe retratado en Venecia. / XAVIER TORRES-BACCHETTA


WILLEM DAFOE
BIOGRAFÍA
"Las mujeres saben moverse mejor en Hollywood"

Con más de 80 películas a sus espaldas y su rostro grabado a fuego en la memoria del cinéfilo gracias a su trabajo en filmes como La última tentación de Cristo, Calles de fuego, Corazón salvaje, Nacido el 4 de julio o Platoon, Willem Dafoe (1955, Wisconsin) se puede permitir a estas alturas de su carrera hacer lo que le venga en gana, sin más explicaciones. Por ejemplo, regalar a su esposa, Giada Colagrande, directora de cine por más señas, un papelón en A woman, la última película de Colagrande.
Dafoe pasó como un cohete por el Lido, pero tuvo tiempo de hablar un rato de lo suyo... y de lo de su mujer.
Pregunta. Se ha hablado mucho estos días de la tendencia a que las mujeres directoras tengan mayor presencia en el mundo del cine, ¿cómo lo ve usted?

"No hay secretos en mi trabajo: debes servir a la situación y a la historia"
Respuesta. [Pausa] Bueno, lo que voy a decir es algo perverso: a medida que los directores pierden poder en el universo del cine, menos hombres se interesan por el trabajo y deciden encontrar alguna otra cosa. Sin embargo, las mujeres son más listas y saben moverse mucho mejor dentro del sistema hollywoodiense.
P. Tendrá una opinión de las dotes de mando de su esposa. ¿Qué tal la experiencia?
R. Muy fácil [sonríe], en serio, es duro porque ella sabe muy bien lo quiere. Por mi experiencia sé que es difícil que un director consiga que el filme que está haciendo sea como el que imagina; así que cuando trabajas con alguien con esa determinación es algo bonito y satisfactorio.
P. ¿Cuál es su actitud cuando se planta en un rodaje? ¿Le gusta colaborar o se siente mejor obedeciendo órdenes?
R. Para mí, el director siempre ha sido lo más importante. A veces, los directores mismos te piden que interactúes con ellos, otras veces solo quieren que ruedes lo que te dan y a un tercer grupo les gusta que transformes las cosas en el plató. Estoy abierto a cualquier colaboración, aunque muchas veces no dependa de mí como actor.
P. Lleva muchos años metido en el mundillo del cine. ¿Cómo se aproxima ahora a los papeles?
R. Como siempre, mi prioridad es servir a la situación y a la historia. No hay más secretos. No metas nada en el papel que no deba estar allí.
P. ¿Y la parte más complicada de su trabajo?
R. El gran desafío es encontrar el balance correcto y no dejarse seducir por la prosa.
P. ¿Puede hablar de su trabajo en John Carter of Mars, la primera película de Pixar con personajes de carne y hueso?
R. Sí, por qué no... Acabé de rodar John Carter of Mars hace un par de semanas. La dirige Andrew Stanton. Es una novela gráfica o una pieza épica de ciencia ficción, o como quieras llamarlo, escrita por Edgar Rice Burroughs. Un proyecto precioso.
P. ¿Y qué le ha tocado hacer?
R. Soy un guerrero marciano de tres metros de altura [risas]. ¿Sabes? Ha sido bastante increíble, porque obviamente he rodado con uno de esos trajes llenos de sensores. Pero al mismo tiempo hemos hecho secuencias enteras compartiendo escenario con personajes reales. Todo me ha parecido un desafío importante, el proceso posterior con las imágenes generadas por ordenador, el CGI, es fascinante y el hecho de complementar la actuación con tecnología es muy interesante. Colaboré con Andrew Stanton en Buscando a Nemo y es bueno en su trabajo, tan detallista, preciso y meticuloso. Cuando estaba doblando esa película hice muchas sesiones con él y te digo que sabe tratar con los actores. Es el hombre perfecto para el proyecto.
EL PAÍS



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