Su nombre suele estar en las quinielas de los premios Nobel de Literatura. Ensayista, poeta, dramaturga, cuentista y novelista, la autora neoyorquina ha publicado cerca de noventa libros, en los que ha abordado múltiples temas, desde el boxeo hasta el biográfico, y con especial pasión el género gótico. Qué fue de los Mulvaney es su última novela en España, una obra en la cual disecciona a la familia rural estadounidense de los años setenta y muestra sus debilidades y virtudes ante el infortunio.
Considerada por algunos críticos como una escritora de igual o mayor talento y profundidad que Norman Mailer, John Updike, Gore Vidal o Saul Bellow, Joyce Carol Oates es conocida en España por apenas un puñado de los 90 libros que esta escritora norteamericana ha publicado hasta la fecha: títulos como Blonde, su novela sobre Marilyn Monroe por la que fue finalista al Pulitzer en 2000; Zombi, una novela corta en la que Oates se mete literalmente en la piel de un asesino en cadena, oDel boxeo, su reflexión sobre este deporte. Afortunadamente, la editorial Lumen rectifica este desatino con la reciente publicación de Qué fue de los Mulvaney, una implacable disección de una familia estadounidense ejemplar de los años setenta que se enfrenta a un suceso, una violación, que la destruye lentamente pero del cual, finalmente, se recupera.
"Un escritor debe sospechar de las buenas críticas.Moby Dick, la mejor novela norteamericana, fue destruida cuando fue publicada"
"Se escribe sobre sucesos trágicos porque permiten dramatizar cuán fuertes pueden llegar a ser algunos individuos"
Además de estas obras, Oates es ampliamente respetada por libros tan inquietantes como Them, Premio Nacional de Literatura de EE UU 1970; Because it is bitter, and because it is my heart (1990), que narra la problemática relación interracial de dos jóvenes vinculados por un homicidio, o Agua negra(1992), escrita desde el punto de vista de la víctima y basada en el incidente de Chappaquiddick en el que pereció ahogada en extrañas circunstancias una joven a quien el senador Edward Kennedy llevaba en su coche. Y este año Oates ha publicado La fe de un escritor, libro en el que disecciona la técnica de escribir, y la novelaLa chica tatuada.
Entrevistada durante la Feria Internacional de Libro de Miami, Oates afirma que su intención en Qué fue de los Mulvaney, aparecida en Estados Unidos en 1996, era escribir sobre el complejo vínculo de una familia que está compuesta de individuos tan unidos que se definen a sí mismos por su relación entre ellos.
PREGUNTA. ¿Por qué decidió escoger a una familia ejemplar como los Mulvaney y situarla en un lugar lleno de nombres bíblicos?
RESPUESTA. La familia en esa época era un tema que me interesaba sobremanera y si la retraté como ejemplar es porque quería presentar algo más que una familia en sí, quizá el arquetipo de una familia bien de la época. En cuanto a los nombres, hay muchos lugares al norte del Estado de Nueva York que tienen nombres similares y pensé que eran significativos por la cualidad poética y simbólica que poseen.
P. ¿Considera que la novela es una historia de redención?
R. La mayoría de mis libros llevan a los personajes a través de una serie de experiencias y, luego, al resultado de las mismas; para algunos personajes hay una redención con respecto a sus acciones, pero no para todos. Algunos tienen que enfrentarse con tragedias, como en la vida real. En los Mulvaney la familia vuelve a reunirse después de un largo tiempo, pero para entonces, el padre, el patriarca, ya no está vivo.
P. ¿Era su intención presentar la forma de pensar sobre la violación de una época determinada?
R. Sí, la violación es una experiencia tan traumática como que te caiga un rayo. Es una tragedia, una experiencia que ilumina el carácter de la gente, que permite ver sus debilidades y sus virtudes. Una de las razones por las que se escribe sobre sucesos trágicos es porque permiten dramatizar cuán fuertes pueden llegar a ser algunos individuos . Tanto hombres como mujeres poseen una fuerza trágica mediante la cual maximizan el valor y la resistencia física, lo cual es algo que no sucede en la vida cotidiana.
P. Pero eso se da más en las tragedias griegas que en la vida real, ¿no?
R. No creo. En la vida real la gente cambia radicalmente algunas veces, como en casos de accidentes en los que algunas personas protagonizan actos heroicos. Un edificio se desploma y alguien saca a cuestas de entre los escombros a una persona que no conoce y se vuelve un héroe y le toman fotos como tal. Pero si el edificio no se desploma no hay forma de saber cómo reaccionaría ese individuo.
P. En Qué fue de los Mulvaney, usted señala también la tragedia referida a los animales.
R. Sí, porque en las familias que tienen animales siempre existe la tragedia: los animales mueren antes que nosotros y sus vidas se extinguen ante nuestros ojos.
P. El libro también establece la importancia de los vínculos con la naturaleza de una manera muy especial y sentida.
R. Sí, eso proviene de mis experiencias en la granja en la que crecí, al norte de Nueva York. La conexión espiritual entre personas y árboles es muy emocional. Cuando pierdes árboles pierdes belleza, tranquilidad y protección.
P. Usted ha escrito novelas sobre asuntos tan dispares como Marilyn Monroe, asesinos en serie, familias. ¿Cómo elige sus temas?
R. De forma diferente en cada ocasión. Obviamente, en el caso de Marilyn Monroe existen referencias históricas, por lo que investigué sobre el tema, vi todas sus películas y leí todo lo que se había escrito sobre ella. En el caso de Zombi, se trata más de una obra planteada desde la imaginación: simplemente me vino la voz del personaje y escribí una novela corta. Así que existe un contraste entre un libro para el que investigas y otro que parte de la imaginación, y yo trato de alternar estas dos fórmulas.
P. Incluso escribió un libro sobre boxeo. ¿Cómo se le ocurrió?
R. Creo que es un tema atractivo para la gente porque los boxeadores son personajes muy crudos, y porque el deporte es difícil y cruel. A mi padre le gustaba el boxeo y me llevaba a ver combates cuando era una niña. El libro es mi memoria sobre el boxeo.
P. ¿Volvió al tema al descubrir en Mike Tyson, sobre el que ya había escrito, un atisbo de su declive como boxeador?
R. Tyson es un personaje trágico estadounidense, y no está acabado todavía. Lo conocí cuando tenía 19 años y tenía ya los ojos de una persona de 40. A la vez, era también infantil. De alguna forma, estos grandes atletas nunca crecen, están desvalidos y, en el caso de los boxeadores, solos. Tyson estuvo en reformatorios desde que tenía 10 años. Es una persona muy vulnerable. Vulnerable a ser manipulado por personas como Don King.
P. ¿Se llevó bien con él?
R. Mi marido era muy amigo de su mánager Jimmy Jake y salíamos de vez en cuando a cenar y él llevaba a Tyson. Primero escribí un artículo sobre él para la revista Life y luego cuatro o cinco para periódicos. Y seguí su carrera detenidamente. Norman Mailer y Pete Hamill han escrito sobre Mohamed Alí, y yo he escrito sobre Mike Tyson.
P. ¿Por qué decidió escribir una obra de no ficción como La fe de un escritor?
R. Quería escribir un libro sobre la técnica de escribir y lo que hice es mezclar la parte técnica con una biografía sobre la vida de un escritor, que discute mi pasado y los libros que me influyeron cuando empezaba a escribir.
P. ¿Cree que la visión autocrítica de algunos escritores está totalmente distorsionada?
R. Sí, muchos escritores no se pueden ver objetivamente, lo cual no tiene nada que ver con corregir la obra propia. Un escritor debe sospechar de las buenas críticas: muchos libros malos tienen buenas críticas. Por ejemplo, Moby Dick, que es probablemente la mejor novela norteamericana, fue destruida por la crítica cuando fue publicada. Y Scott Fitzgerald creía que una de sus novelas, Suave es la noche, era mucho más experimental que Finegan's Wake, de James Joyce.
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