jueves, 23 de julio de 2009

Carlos Drummond de Andrade / El culo, qué gracioso

Fotografía de Jeanloup Sielf
Carlos Drummond de Andrade
EL CULO, QUÉ GRACIOSO

El culo, qué gracioso.
Está siempre sonriendo, nunca es trágico.

No le importa lo que hay
al frente del cuerpo. El culo se basta y sobra.
¿Existe algo más? Tal vez los senos.
Aunque –murmura el culo– a esos muchachos
aún les queda mucho que estudiar.

El culo son dos lunas gemelas
en rotundo meneo. Anda por sí
en la cadencia mimosa, en el milagro
de ser dos en uno, plenamente.

El culo se divierte
por cuenta propia. Y ama.
En la cama se agita. Montañas
que se yerguen, se desploman. Olas batiendo
en una playa infinita.

Ahí va sonriendo el culo. Va feliz
en la caricia de ser y balancearse.
Esferas armoniosas sobre el caos.

El culo es el culo,
requeteculo.


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