 |
Amor en Times Square Foto de Triunfo Arciniegas |
Hanya Yanagihara
PASEOS Y CLASES PARTICULARES
Los sábados los dedicaba a trabajar, y los domingos, a pasear. Los paseos habían empezado por necesidad cinco años antes, al darse cuenta de que se había ido a vivir a una ciudad de la que apenas sabía nada; cada semana escogía un barrio diferente al que iba andando desde Lispenard Street; una vez allí cubría exactamente todo el perímetro y regresaba a casa. Nunca se saltaba el paseo dominical, a menos que el tiempo lo imposibilitara, e incluso ahora, que ya había recorrido todos los barrios de Manhattan, y muchos de Brooklyn y Queens, seguía saliendo todos los domingos a las diez de la mañana y no regresaba hasta que había terminado la ruta. Hacía tiempo que los paseos habían dejado de ser placenteros, y no es que no disfrutara de ellos; simplemente se dedicaba a pasear. Durante un tiempo tenía la esperanza de que los paseos fueran algo más que ejercicio, algo tal vez restaurador, como una sesión de fisioterapia de aficionado, pese a que Andy no estaba de acuerdo con él y, de hecho, los desaprobaba. «Me parece bien que quieras ejercitar las piernas, pero deberías hacer natación, no arrastrarte arriba y abajo por las aceras». A él no le habría importado nadar, pero no había ningún lugar lo bastante privado para su gusto y por tanto no lo hacía.