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martes, 16 de octubre de 2018

Cuerpo para tres / Acercamiento a Mar de leva, de Octavio Escobar





UN CUERPO PARA TRES: Partitura De Un Vacío Compartido.
Acercamiento a Mar de leva de Octavio Escobar Giraldo





Por Óscar Mauricio Castañeda Morales 



El cuerpo no se defiende, es un cuerpo que no debe ser negado sino compartido, que invita al pecado y que en medio de la desolación de la condena eterna aparece como un barco al cual aferrarse en medio de un Mar de Leva. La realidad que trasciende la piel es el pretexto que sirve de cohesión para el desarrollo de la más reciente novela del escritor colombiano Octavio Escobar Giraldo; Mar de leva desencadena una historia en la que tres personajes  exteriorizan sus cicatrices emocionales al compás de una partitura que los lleva a involucrarse íntimamente. 

Es notoria la cercanía entre pecado y carne que se da en la sociedad prostituida por la agonía de la violencia que viene azotado a Colombia los últimos años. Unos y otros acuden al cuerpo como salvación, como expiación. El cuerpo como vehículo de encuentro y desencuentro actualiza el imaginario colectivo y pone en práctica el discurso corporal como puente al vacío; recíprocamente, el espacio común de los protagonista de Mar de leva se va convirtiendo en un cataclismo de sensaciones inacabadas y perennes. Ante el cuerpo de sí mismo, Javier delimita las sensaciones de su espacio vital, es el mundo del afuera plasmado en sus atormentadas manos, manos de padre que ya no ve, manos de deseo que crece, manos que hilan y rasgan su realidad.

La necesidad de fundar corpóreamente el imaginario del otro y poner en práctica la deshumanización del adiós, es lo que lleva a Mariana a ese travestismo de sentimientos, de identidades y de sexualidad. Octavio Escobar supone un mundo que no se cuenta en las reuniones sociales pero que se describe en el interior del marco de cada ventana. El mundo del día a día se desdobla en la visión sensualista de una ciudad del Caribe instrumentalizada por el escritor para relatar los testimonios de la experiencia de tres voces, que a manera de trípode, sostienen una obra que se distancia de preocupaciones morales y se desdibuja con cada pregunta que surge de los protagonistas; es así como Elena, Mariana y Javier se descubren en sus propios paisajes.

Al analizar los relatos presentes en Mar de Leva de Octavio Escobar se puede evidenciar que durante los últimos años se ha venido generando un interés por las experiencias que impliquen un moldeamiento a las realidades secretas del ser humano; se emplea la labor del escritor a favor de intereses íntimos que representan a su vez intereses sociopolíticos, económicos y de posicionamiento geográfico. Mar de Leva desentraña una moral soterrada que funda un cuerpo que se puede besar y odiar, un cuerpo que erotiza la mirada y el tacto, un cuerpo que se desnuda y se abandona.

La estructura familiar, su incidencia en los comportamientos y preferencias, la relación sexo-placer y deseo-pecado son el telón que anuncia las migajas que Octavio Escobar va dejando alrededor del relato y que abren escenarios de debate y análisis frente a la obra y su visión de cuerpo, moral y dolor.

En el intersticio de lo desconocido podríamos configurar un momento para degustar una novela que no se gasta y que no se olvida, al igual que Después y antes de Dios nos encontramos con Mar de Leva ante un espejo que va desempañando la imagen de lo íntimo. Octavio Escobar ha logrado contar las historias nacionales desde la periferia, no es necesario descubrir el horror en los personajes que revitaliza el imaginario mediático de los noticieros, lo que interesa realmente, es descubrir a qué sabe la agonía del anonimato, del desencuentro, de las pesadillas y de la perversidad que nos convierte en héroes. La lectura de Mar de Leva debe ser por tanto garantizada desde la inclusión de un marco narrativo verosímil, una inserción no sólo de elementos circunstanciales y anecdóticos sino conceptuales, en suma, la inclusión del mundo de la vida como un campo de experiencias posibles del ser en el mundo. El lector de esta novela debe entender que en su desarrollo temático el escritor nos devela una realidad aún más perturbadora que la misma relación incestuosa de sus protagonistas: nos desnuda los propios demonios, nos denuncia el despiste de Dios.






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