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jueves, 9 de agosto de 2018

Marie-José Tramini / Un collage en una caja

Marie-José Tramini


Marie-José Tramini

Un collage en una caja

Es el tiempo de celebrar los poemas que firmaba con seudónimo, la sombra que levitaba detrás del hombre al que se entregó en cuerpo y alma

JORGE F. HERNÁNDEZ
26 JUL 2018 - 19:59 COT


Habrá testimonios diferentes o divergentes, pero tengo ya grabado en piel que Marie José Tramini, diré mejor: MarieJo Paz siempre me habló con sonrisa. En la primavera de 1989, en una semana de homenaje al poeta Luis Cernuda, me hice amigo de MarieJo y Octavio Paz y a no pocos consta que fue la dama francesa, mexicanizada en no pocos gestos y palabras, la que fomentó, fertilizó y fortaleció mi amistad con ambos, hasta el Sol de hoy. Gracias a ella, se abrían espacios en la agenda del inmenso poeta –antes y después del Nobel, con o sin relación a los temas de la revista que dirigía— y gracias a ella, pude ser comensal de confianza en sobremesas donde los manteles olían a pólvora o a flores. Era una pareja ejemplar, pero es el tiempo de celebrar las cajas que hacía Marie Jo y los poemas que firmaba con seudónimo, la sombra que levitaba detrás del hombre al que se entregó en cuerpo y alma, la Musa con mayúscula del grandísimo Poeta y Ensayista que, cabellera rubia al vuelo, tenía una sensibilidad genuina y propia, una inspiración particular y un pequeño universo de símbolos y lentejuelas, hojas secas y postales diminutas que acomodaba en cajas como quien amueblaba los paisajes de la memoria, los recuerdos de toda una vida y el paisaje de la India.

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