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sábado, 9 de septiembre de 2006

Georg Trakl / Bajando el sendero derruido


Bajando el sendero derruido

Cecilia Dreymüller
9 de septiembre de 2006


La poesía enigmática, marcada por la conciencia de la quiebra del mundo, y el lenguaje deslumbrante del malogrado Georg Trakl se aprecia en su libro póstumo Sebastián en sueños y otros poemas. El de un sucesor directo de Hölderlin y Rimbaud.


La poesía de Georg Trakl cumple la sentencia de Adorno sobre el arte como promesa de felicidad que se rompe. Es imposible, en su caso, abandonarse a la belleza del verso, al que aún invitaba, en la misma época, la poesía de Rilke. En Trakl pesa demasiado la conciencia de quiebra del mundo y una herencia tenebrosa; el horror asoma, con su máscara distorsionada. Trakl "desciende el sendero derruido" y no se permite solaz alguno: la naturaleza permanece muda, el amor es culpable, la religión no consuela: "Este tiempo respira lágrimas más oscuras, / perdición cuando el corazón del que sueña / rebosa de arrebol del crepúsculo,/ de la melancolía de la ciudad humeante; / un áureo frescor orea al caminante / al extranjero, desde el cementerio, / como si un cadáver delicado lo siguiese en la sombra".






SEBASTIAN EN SUEÑOS Y

 OTROS POEMAS

Georg Trakl
Traducción de Jenaro Talens
Galaxia Gutenberg/Círculo
de Lectores. Barcelona, 2006
503 páginas. 21 euros






MÁS INFORMACIÓN



Tras su temprana muerte en

1914 por sobredosis de cocaína, Trakl, cuya vertiginosa trayectoria literaria fue truncada por la Primera Guerra Mundial, dejó preparada para la publicación Sebastian en sueños, que completaría la escasa obra poética, empezada a publicar el año anterior. En este libro la dicción poética se ha depurado a la máxima sencillez; la visión del mundo, en cambio, se ha ensombrecido hasta límites extremos; algunos poemas, como 'Última nota' o 'Silencio', ya anuncian la decisión final. Aunque en el último año de su vida, emancipado de su familia, Trakl fue acogido entre los intelectuales austriacos, la relación incestuosa con su hermana Gretl, que se suicidaría tres años después, no dejó de atormentarle. En 'Septeto de la muerte', 'En la oscuridad' o 'Canción del que ha muerto', los recuerdos de la infancia, del sosiego del jardín nocturno, de las veladas musicales con la hermana, desembocan en deseos de muerte. El Trakl tardío es radicalmente terminal, enigmático y ardientemente inclinado hacia el más allá. Como último reducto de proyección queda la ensoñación: los delirios del alcohol, del opio o de la cocaína, que nutren las visiones del poeta. En los poemas de la última época, reunidos en el presente volumen, la experiencia con las drogas se expresa con evidencia: "Sobre negra nube, tú / cruzas ebrio de opio / el estanque nocturno, // todo el cielo estrellado".
Trakl es sucesor directo de Hölderlin, Baudelaire y Rimbaud: el tono litúrgico que anhela pureza se entrelaza con una prosa impregnada de sensaciones de asco en turbadores cuadros atmosféricos, cuya penetración racional fracasa ante la fuerza sugestiva de la libre asociación. Wittgenstein fue el primero en reconocer el desconcierto que provoca la obra de este poeta malogrado: "No llego a entender la poesía de Trakl, pero su lenguaje me deslumbra". Hacer justicia a este lenguaje deslumbrante, al ritmo del verso de Trakl, a sus pausas y vacíos, supone una dificultad considerable para el traductor. La labor de Jenaro Talens, probado traductor y estudioso de la obra de Trakl, ha dado aquí óptimos resultados. Su edición bilingüe se desmarca de las versiones publicadas en Hiperión, Visor y Trotta por una espléndida ductilidad y fidelidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de septiembre de 2006

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