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jueves, 1 de noviembre de 2018

Élmer Mendoza / “El género amplía fronteras al ritmo de los delincuentes”




Élmer Mendoza: “El género amplía fronteras al ritmo de los delincuentes”

Referente de la narcoliteratura, el autor afirma que "la novela negra se desarrolla según los delincuentes afinan sus métodos"


BERNA GONZÁLEZ HARBOUR
29 ENE 2016 - 18:03 COT





Antonio Manzini.
Antonio Manzini.

Élmer Mendoza (Culiacán, México, 1949), catedrático de literatura y miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, logró convertirse en referente de la narcoliteratura con su primera novela, Un asesino solitario, en 1999. Es dramaturgo y cuentista, pero se le conoce sobre todo por sus thrillers y por su labor promotora de la lectura y su contribución a la formación de escritores. Mendoza, que responde a esta entrevista por correo electrónico, ha publicado, entre otras, las novelas El amante de Janis JoplinEfecto TequilaCóbraselo caroNombre de perro y El misterio de la orquídea calavera.
PREGUNTA. ¿Hay una nueva novela negra?
RESPUESTA. No es un género demasiado rígido, de tal suerte que trata el universo del delito que es amplio y propositivo, quizá más de lo que los novelistas esperamos. Esa amplitud es una lagaña que impide ver si hay una nueva novela negra; sin embargo, cuando se elimina el género ya creció. Para mí es un género innovador, justamente por eso es amplio y se adhiere a las novedades estilísticas con saciedad. Crece con el arte de la posibilidad.
P. ¿Ha ampliado fronteras, temas?
R. Claro, la novela negra se desarrolla según los delincuentes afinan sus métodos. Los delitos que resolvía Marlowe nada que ver con los de Filiberto García de El complot mongol o los que resuelven Bevilacqua y Chamorro. Los temas se han ampliado, del delito tipo tragedia griega al narcotráfico, la corrupción o espionaje industrial. Creo que los autores son más cuidadosos en cuestiones de estilo y eso implica una nueva frontera.
P. ¿Ha dado un salto de calidad?
R. Percibo que sí, los autores se toman su tiempo; todos conocemos la incertidumbre de dar por terminado un libro rápidamente; entonces la mayoría se toma su tiempo y cuida más los puntos finos del discurso. Desde luego, la calidad es superior. Los modelos de calidad, al menos en este tiempo, los establecen los escritores que no tienen prisa. Deciden un estilo y lo consiguen.
P. ¿Está influida por el lenguaje cinematográfico su literatura?
R. Sí, los recursos del cine son impresionantes. Mientras nosotros aportamos expresiones lingüísticas ellos nos comparten efectos. Afectar una conducta psicológica en este tiempo no es fácil, entonces en una película puede estar la clave. Además, el cine ha contribuido a formar una nueva memoria en el lector que los escritores podemos utilizar: La voz del Padrino, por ejemplo, o las gemelas de El Resplandor que están en todos los pasillos de los viejos hoteles del mundo. Para mí el cine es una fuente de ideas casi tan importante como el bar Don Quijote.
P. ¿Cabe la fantasía, la historia?
R. Cabe todo, son novelas totales. Todos somos hijos de Cervantes. Lea a Fred Vargas.
P. ¿Es un género social?
R. En la medida que trata de delitos reales, posee gran fuerza social. La novela negra es un divertimento que mantiene al lector en vilo. No es ingenua, es rara la que se inventa el delito central. Señala debilidades en la aplicación de la justicia e insiste en la esperanza de que un mundo mejor será aquel en que estemos conscientes de nuestras corruptelas, violaciones a las leyes y falta de respeto a los seres vivos, humanos o animales.
P. ¿Cómo definiría su estilo?
R. Mi estilo es el arte de la posibilidad. Empieza por no restringir el lenguaje y corrijo para que el discurso se escuche. Voy directo al plexo solar del lector y estimulo su memoria de tal suerte que se convierte en compañero emocional de mis personajes. En una atmósfera de sexo no me extraña que él o ella sean los que terminen empernados.
P. ¿Cuáles son sus referentes?
R. Leo a mis colegas y aprendo de ellos lo que debo hacer y lo que no. Algunos los estudio. Todos los días acudo a mis maestros con mis preguntas: Batya Gur, Fernando del Paso, Dashiell Hammett, Juan Rulfo, Manuel Vázquez Montalbán, James Joyce, Rubem Fonseca. Converso algunos minutos y aunque pocas veces entiendo sus respuestas, trabajo como si fuera un experto en todas las técnicas y conociera todas las historias.
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