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jueves, 31 de octubre de 2024

La dana coge fuerza en Castellón mientras se busca a los desaparecidos en Valencia

 


Dos personas caminan por la V-31 en Sedaví (Valencia) junto a decenas de coches apilados contra el quitamiedos, este jueves.

Dos personas caminan por la V-31 en Sedaví (Valencia) junto a decenas de coches apilados contra el quitamiedos, este jueves.CLAUDIO ÁLVAREZVAREZ


Última hora de la dana, en directo | La dana coge fuerza en Castellón mientras se busca a los desaparecidos en Valencia

Aemet lanza aviso rojo en el norte de Castellón, naranja en el sur de Tarragona y amarillo en el sureste (Huelva, Sevilla, Cádiz y Extremadura) | Al menos 39 detenidos por actos de pillaje en centros comerciales en las zonas afectadas

El País, 31 de octubre de 2024

“Suny, la china”: la traductora de Han Kang, mi querida amiga

 


Sun-Me con su grupo del Nacional Buenos Aires (Archivo personal Sebastián de Amorrortu)
Sun-Me con su grupo del Nacional Buenos Aires (Archivo personal Sebastián de Amorrortu)


“Suny, la china”: la traductora de Han Kang, mi querida amiga

Sun-Me Yoon, la traductora al español del premio Nobel de Literatura, es graduada del Colegio Nacional de Buenos Aires promoción 1984. Aquí, uno de sus compañeros la recuerda con afecto y emoción

25 de octubre de 2024


La conocí con doce años. La conocí con dieciséis años. La conocí a los veinticuatro. Siempre la vuelvo a conocer. A los doce era una niña simpática y muy aplicada. A los dieciséis era una mujer y una amiga. A los veinticuatro era una emigrante que dormía en la cama junto a mi cama en una pensión de mala muerte, en la zona más sórdida de Madrid de 1990. Ella iba a estudiar y yo a trabajar.

miércoles, 30 de octubre de 2024

La pederastia de La Santa Madre Iglesia / “Me violaba y me limpiaba las lágrimas”

 


Foto familiar de Cristina Pérez, en brazos de su abuela, en el centro de la foto, que acusa al sacerdote Juan Carlos González de Suso de abusar de ella en los años setenta en el colegio de El Pilar. A su izquierda está su hermana Ana, que le ha ayudado en todo el proceso de denuncia ante la orden.
Foto familiar de Cristina Pérez, en brazos de su abuela, en el centro de la foto, que acusa al sacerdote Juan Carlos González de Suso de abusar de ella en los años setenta en el colegio de El Pilar. A su izquierda está su hermana Ana, que le ha ayudado en todo el proceso de denuncia ante la orden.

LA SANTA MADRE IGLESIA


Un caso de pederastia en el elitista colegio de El Pilar y una carta de perdón que nunca llegó: “Me violaba y me limpiaba las lágrimas”

Cristina Pérez sufrió abusos sexuales cuando era una niña en los años setenta por un cura marianista en Madrid. Lo denunció a la orden, que le prometió una carta de perdón y una reparación que nunca llegaron. Pérez murió hace un mes sin recibir justicia


JULIO NÚÑEZ
Madrid - 28 OCT 2024 - 23:30 COT

EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datosactualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.


En una pared de su casa en Minot, en Dakota del Norte (Estados Unidos), Cristina Pérez tiene un altar donde exhibe los logros personales que ella y su difunto marido Roger, un marine que participó en la guerra del Golfo, consiguieron a lo largo de su vida. Las medallas militares y varias fotografías de la pareja comparten espacio con la camisa repleta de insignias que Pérez vistió cuando trabajaba como bombera y conductora de ambulancias en el departamento de bomberos de Brookline, en Misuri. Solo quedaba un hueco libre que decidió tapar hace un año con un folio con los bordes garabateados y la frase manuscrita “CARTA DE LA IGLESIA”. Ese pedazo de papel guardaba el sitio donde iría, enmarcado, el último gran triunfo de Pérez: una carta oficial de la congregación de los marianistas de España donde le pedía perdón por los abusos que sufrió de niña a manos del sacerdote Juan Carlos González de Suso, fallecido en 2014, durante los años setenta en Madrid. El provincial de la orden, Iñaki Sarasua, le garantizó en noviembre de 2023, poco después de que Pérez le denunciase su caso, que la misiva de perdón no se demoraría mucho y le aseguró que paralelamente llegarían a un acuerdo para pagarle una reparación económica. La carta nunca llegó. Pérez murió el pasado 3 de este septiembre en el hospital de Minot por culpa de una repentina y breve enfermedad respiratoria. Tenía 56 años y, como decenas de víctimas de pederastia clerical, jamás encontró justicia.

Su hermana Ana, la persona que animó a Cristina a denunciar su caso y la elegida por ella como su representante legal en el proceso de reparación, no ha tirado la toalla y lucha para que la compensación económica y la carta de perdón lleguen a la casa de Pérez. El mes pasado, comunicó a la orden la triste noticia de la partida de su hermana y su intención de seguir con el proceso de reparación. “El abuso afectó a toda la familia y es transgeneracional, con lo que la reparación se repartiría ahora entre las hijas de Cristina”, explica Ana. Los marianistas fueron rotundos: “Ni la carta de perdón ni la reparación económica tienen sentido ya, una vez que Cristina ha fallecido”.

Pared de la casa de Cristina Pérez en Minot, donde esperaba colocar la carta de perdón de la orden de los marianistas por los abusos que sufrió en Madrid.
Pared de la casa de Cristina Pérez en Minot, donde esperaba colocar la carta de perdón de la orden de los marianistas por los abusos que sufrió en Madrid.

EL PAÍS acompañó a Pérez durante el último año de su vida. Este periódico ha tenido acceso a las grabaciones de varias de las reuniones entre esta víctima, su hermana Ana y los altos cargos de la orden, y a los correos electrónicos que se intercambiaron. Al final de este proceso, que se fue demorando, Pérez quería publicar su historia en este periódico para animar a otros afectados a contar su caso y dar a conocer las dificultades que las víctimas de abusos deben enfrentarse para ser reconocidas como tales y recibir una indemnización.

Capítulo 1: Un infierno en los barrios de Retiro y Salamanca

Pérez nació a finales de 1966 en una familia en el barrio de Retiro, en Madrid. Su madre se quedó viuda tres años después de que Cristina naciera y tuvo que sacar adelante a siete hijos. Los tres chicos mayores cursaban estudios en el colegio para niños Santa María del Pilar, centro hermano del que había en el cercano barrio de Salamanca, Nuestra Señora del Pilar, coloquialmente conocido como El Pilar y donde se educaron varios de los grandes líderes de la Transición y el mundo empresarial: el expresidente José María Aznar, el exministro Alfredo Pérez Rubalcaba o el periodista Juan Luis Cebrián. Ella iba a otro centro educativo y, según su versión, los abusos se produjeron tanto en el colegio Santa María del Pilar como en el Nuestra Señora del Pilar, además de en la casa de ella.

En ese ambiente, un día, apareció por su casa el sacerdote González de Suso, el párroco del colegio. Así lo contaba Pérez en una videollamada con este periódico:


—Se ofreció a ayudar a mi madre dándole clases particulares por las tardes a mis hermanos mayores. Venía a casa mientras mi madre trabajaba. Los sentaba en la cocina y les obligaba a estudiar y no levantar la cabeza de los libros. Tenía una sonrisa contagiosa, a veces iba vestido de negro y otras de normal. Siempre me traía una piruleta y, por eso, yo tenía ganas de que viniese por las tardes.

Los primeros recuerdos sobre los abusos se tornan lejanos en la mente de Pérez. Mientras sus hermanos hacían los deberes, relataba Pérez, el cura le cogía de la mano y se la llevaba a una habitación. “En esos momentos me decía que quería ser muy amigo mío, pero que tenía que ser una cosa solo entre nosotros. Yo no sabía qué era un secreto a esa edad. Él me repetía que trabajaba con Dios y la virgen María. Poco a poco fue tocando mis partes íntimas por encima de mis braguitas de perlé”. Con el tiempo, sigue el relato de Pérez, fue tocándola más y más. “Empezó a enseñarme su pene y me amenazaba diciéndome cosas como: ‘Si lo dices le quitarán tus hermanos a tu madre’ o ‘si lo cuentas, a tu madre la pueden matar. Luego, más adelante, cuando yo era un poquito más mayor, empezó a violarme en un cuarto aislado que había en casa. Recuerdo que me dolía mucho. Si lloraba mientras me penetraba, me volvía a amenazar”, describía a este periódico.

González de Suso era un tipo importante en el barrio, querido y admirado por los vecinos. No daba clase, sino que era el párroco de la capilla levantada en el colegio donde, además de dar misa durante el horario escolar, oficiaba la eucaristía los domingos para los vecinos del barrio.

El sacerdote marianista Juan Carlos González de Suso, vestido de civil en una fotografía realizada en 1979.
El sacerdote marianista Juan Carlos González de Suso, vestido de civil en una fotografía realizada en 1979.CECIDA

Las agresiones, contaba Pérez, se alargaron durante años, tanto en su casa como en la habitación del sacerdote, en el colegio al que iban sus hermanos y en El Pilar. Pérez recuerda que el sacerdote la metía en “un coche negro con una raya roja” (un taxi de la época), le daba unos polvos para que los esnifara y la conducía a una sala donde la violaba “junto a otros hombres” que también estaban allí. “Me desnudaba, me violaba y me limpiaba las lágrimas mientras me decía que ‘con eso iría al cielo”.

Los marianistas españoles han recibido acusaciones de abusos contra 18 de sus religiosos, la mitad de los acusados impartían clase en en los centros que la orden tiene en Madrid cuando sucedieron los hechos. Una de ellas hace referencia al colegio donde iban los hermanos de Pérez. La orden afirma a EL PAÍS que le dio credibilidad al relato de Cristina, pero no a todo. Afirma que en su única entrevista con ella nunca citó el nombre de los colegios donde el agresor le llevaba ni tampoco le contó la parte del relato donde fue abusada por otros hombres. “El relato se fue volviendo cada vez más inverosímil”, dice la congregación. En cuanto a la reparación económica afirma que “estaría abierta a asumir una reparación económica si, presentado el caso a la comisión de estudio de reparaciones recién creada para toda la Iglesia en España, esta viera justa y procedente una determinada reparación a sus descendientes”.

Cristina Pérez, a la izquierda, junto a su hermana Ana, durante el día de su comunión en la parroquia del Colegio Santa María del Pilar, en los setenta.
Cristina Pérez, a la izquierda, junto a su hermana Ana, durante el día de su comunión en la parroquia del Colegio Santa María del Pilar, en los setenta.

Pérez, ya con 13 años, se quedó a vivir con su abuela en Galicia. Regresó a Madrid tres años después y el padre Gonzalo de Suso ya no estaba. La orden lo había traslado a Cádiz, de la noche a la mañana. Aunque González de Suso ya no estaba en Madrid, el terror seguía, como una sombra, persiguiendo a Pérez. Su madre se volvió a casar con un diplomático norteamericano y, a mediados de los ochenta, se fueron todos a vivir a Ottawa, Canadá. En ese nuevo país, Cristina guardó en un rincón de su memoria, ocultos, las agresiones del padre Gonzalo de Suso hasta que conoció al amor de su vida, Roger Brogue.

Capítulo 2: Denunciar la pesadilla

Durante sus primeros años de casados, ya en EE UU, ni Pérez ni su marido Roger entendían por qué la depresión se enquistaba a ella como una sanguijuela. Decidieron que lo mejor era ir a un psicólogo y allí, en la consulta, el horror de su niñez comenzó a salir. “Los recuerdos fueron apareciendo poco a poco. Era como si llevara a cuestas una mochila y, cada vez que salía de allí, alguien me metía una piedra más”, explicó a EL PAÍS. Eran los años 2000. En ocasiones, su salud mental era tan débil que pasaba días enteros en la cama y se aferraba a los antidepresivos como su único salvavidas. Su hija Amanda, de 31 años, recuerda aquellos años como una línea dentada con picos de alegría y bajones abismales: “Un día me compré un vestido para un baile importante del instituto y fui corriendo a casa para enseñárselo. No la encontré y fui al baño. Me la encontré en la bañera, con una vía puesta en el brazo que la estaba desangrando lentamente”.

Pérez comenzó a contar, a muy poca gente, cosas de lo que había sufrido. En 2016, mientras trabajaba de técnica de ambulancia, acudió a una llamada de un niño de 12 años que había sido violado por su padre. Esto provocó en ella, a raíz de sus experiencias con González de Suso, una terrible crisis y nunca más pudo volver a trabajar.

Cristina Pérez, durante un día de trabajo, en el cuerpo de bomberos de Republic (Washington, EE UU).
Cristina Pérez, durante un día de trabajo, en el cuerpo de bomberos de Republic (Washington, EE UU).

Los años pasaron, su marido falleció en 2019 y el recuerdo de los abusos permaneció a solas con ella, hasta hace un par de años. Su madre, que entoces también vivía en EE UU, enfermó de demencia. Nunca había hablado de los abusos con ella. Pero un día, en el que Pérez la visitaba, soltó una frase:

—El padre Juan Carlos vivía con su madre en la calle Ibiza y hay que ir a buscarlo para llevarlo a juicio.

Su madre sabía algo de los abusos, pero Pérez no pudo sacarle más información debido al estado de demencia y llamó a su hermana Ana, que también reside en EE UU, le contó sobre el padre Juan Carlos y le preguntó si ella también sabía algo. Ana desconocía hasta entonces todo lo que le había hecho González de Suso y, de inmediato, fue su apoyo más cercano. Se convirtió en sus ojos, su boca y sus manos. Viajó a Madrid a lo largo de 2023 para investigar qué fue de González de Suso. Visitó los dos colegios de la orden en la capital, los lugares que su hermana recordaba donde el sacerdote la violó. La información sobre el sacerdote que Ana entregó a este periódico y la que reside en las hemerotecas y la web revela que la vida del sacerdote fue una sucesión de traslados.

González de Suso empezó como profesor marianista en 1948, en el colegio gaditano de la orden en Jerez de la Frontera. Tras pasar por el colegió de Santa Ana y San Rafael de la capital, llegó al de Cádiz donde en 1966 fue nombrado director. Un año después fue trasladado a la parroquia del colegio de Santa María en Madrid, donde entabló amistad con la familia de Cristina. En 1983, la orden lo envió de vuelta a Cádiz “por problemas de salud” y en 1985 a Valladolid. Regresó al centro de El Pilar en 1987 y allí estuvo siete años como profesor. Luego, hasta su jubilación, fue capellán en otro colegio de la orden en Madrid. Conocer que su agresor había muerto en 2014, le dio a Pérez la fuerza que necesitaba para dejar atrás el miedo y denunciar el caso.

Capítulo 3: La larga espera

Ana gestionó la primera denuncia ante el Defensor del Pueblo en septiembre del año pasado, que en ese momento se encontraba ultimando el informe sobre pederastia clerical que le había encomendado el Congreso de los Diputados. Paralelamente, entabló contacto con los marianistas para comunicar el caso. Organizó una videollamada con los responsables de la orden y su hermana relató lo vivido. En esa primera entrevista, en noviembre de ese año, la congregación le pidió perdón y acordaron poner en marcha el proceso de reparación. Lo que pedía Pérez eran tres cosas: una carta de perdón donde figurasen fechas y nombres de los afectados (ella y su familia) y verdugos (el agresor y los responsables eclesiásticos), una reparación económica de 800.000 euros (por los años en los que no pudo trabajar y los grandes gastos médicos y psicológicos) que integrase un viaje a España para reencontrarse con su país —que se había negado a pisar desde 1985 por miedo a su agresor— y terapia psicológica. Los marianistas, a través de su provincial, Iñaki Sarasua, se comprometieron a alcanzar un acuerdo sobre estas cuestiones y Pérez, a través de Ana, envió un borrador del modelo de la carta que ella deseaba.

Los marianistas eligieron a Eshmá, una organización externa de atención a víctimas, para que Pérez recibiera un acompañamiento psicológico, mientras que, paralelamente, gestionaban con Ana cómo iba a ser la carta de perdón y la reparación económica. Pero unos meses después, el provincial cambió de parecer y escribió a las hermanas para decirles que su “Consejo” le había dicho que lo ideal era que llegase al final del proceso, y no al principio. También acusaba a Ana de que el borrador era “una declaración de carácter legal”. “El único motivo para empeñarse en consignar todos esos datos sería querer utilizarlos después judicialmente de algún modo”.

El cruce de correos y reuniones siguió varios meses más, hasta junio de 2023, cuando un abogado y gerente de los marianistas les propuso que la reparación económica la revisaría una comisión independiente, la terapia psicológica únicamente beneficiaría a Pérez y la carta de perdón no incluiría a su familia. Pérez envió una contestación reclamando el formato de su carta inicial, pero tenía la sensación de que, próximamente, se haría justicia. La esperanza le acompañó hasta la cama del hospital donde murió dos meses después.

La salud psicológica de Pérez, pese a los altibajos del proceso con los marinistas, mejoró considerablemente gracias al optimismo de que sus peticiones se hicieran realidad. Empezó a salir de casa y pasó más tiempo con su familia. Amanda dice que ese último año fue maravilloso: “Tengo 31 años. Cambiaría los primeros 30 de mi vida por volver a vivir este último con mi madre. Es lo más duro, ahora era cuando mi madre estaba empezando a vivir”. Amanda es una víctima colateral de González de Suso, al igual que Ana. Los abusos que sufrió su madre incidieron en ella privándole de una infancia feliz. Por eso, considera que la respuesta de la orden de no dar la reparación y la carta es vergonzosa. “Aunque ella este muerta, importa. Lo que le ha pasado, importa. Lo que me ha pasado a mí, importa. ¡Todavía importa!”.


EL PAÍS 

El Vaticano pide garantizar a las víctimas de abusos la información de sus casos y que sean indemnizadas

 

El cardenal estadounidense Sean Patrick O'Malley presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, durante la rueda de prensa del Vaticano, este martes, para presentar el primer informe de la entidad.
El cardenal estadounidense Sean Patrick O'Malley presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, durante la rueda de prensa del Vaticano, este martes, para presentar el primer informe de la entidad.GUGLIELMO MANGIAPANE (REUTERS

El Vaticano pide garantizar a las víctimas de abusos la información de sus casos y que sean indemnizadas

El primer informe de la Comisión para la Protección de Menores es crítico con los procesos canónicos por ser “difíciles, lentos y fuente de continua victimización” y pide “agilizar y acelerar” las dimisiones

martes, 29 de octubre de 2024

De Einstein, Freud o Kafka a Spielberg o Phillip Roth: el influjo de la cultura judía en el mundo

 



Portada del libro 'Genio y ansiedad. Cómo los judíos cambiaron el mundo, (1847-1947), de Norman Lebrecht.
Portada del libro 'Genio y ansiedad. Cómo los judíos cambiaron el mundo, (1847-1947), de Norman Lebrecht.ALIANZA EDITORI

De Einstein, Freud o Kafka a Spielberg o Phillip Roth: el influjo de la cultura judía en el mundo

El ensayo ‘Genio y ansiedad: cómo los judíos cambiaron el mundo (1847-1947)’ plantea la preeminencia de esta comunidad en Occidente

Rumanía abre una grieta en el pasado

 


Prisión de Ramnicu Sarat, donde se confinaba a prisioneros políticos, en septiembre.
Prisión de Ramnicu Sarat, donde se confinaba a prisioneros políticos, en septiembre.CRISTIAN MOVILA (NYT)


Rumanía abre una grieta en el pasado

Tras años de silencio, la fiscalía investiga por genocidio a dos jefes de prisiones comunistas En los centros penitenciarios se torturaba a presos políticos durante la década de los cincuenta

Los horrores de las cárceles comunistas de Rumania

 

Rumanía
Niculina Moica en la entrada de la antigua cárcel de Jilava en Rumania.RAÚL SÁNCHEZ COSTA

Los horrores de las cárceles comunistas de Rumania buscan abrirse un hueco en el patrimonio universal de la Unesco

El Gobierno rumano quiere aprovechar el interés de Naciones Unidas por reconocer lugares que reflejan el sufrimiento para reaprender la historia y frenar el auge de ideas dictatoriales

Abusos sexuales bajo el techo de Juan Goytisolo

 



Monique Lange y Juan Goytisolo en 1964.
Monique Lange y Juan Goytisolo en 1964.ASUN CARANDELL (ALBUM)

Abusos sexuales bajo el techo de Juan Goytisolo

Mona Achache sufrió la agresión de la pareja del escritor y lo narra en ‘Little Girl Blue’. No reniega del afecto hacia el que fue su abuelo, pero sí del silencio que este le pidió

lunes, 28 de octubre de 2024

Leila Guerrero / Martín Caparrós: la teoría del todo

 


Martín Caparrós, fotografiado en su casa de Madrid en 2023.
Martín Caparrós, fotografiado en su casa de Madrid en 2023.CLAUDIO ÁLVAREZ

Martín Caparrós: la teoría del todo

No creo ser la única que aprendió de él cosas importantes: cómo mirar, cómo acomodar palabras, cómo lograr un estilo, cómo encontrar historias


LEILA GUERRIERO
25 OCT 2024 - 22:00 COT


Me gustan muchas cosas de él. La cicatriz de la cara, la cara, su prosa, su manera de intervenir en la conversación, las zancadas largas, la altura, la voz, el fraseo —cuando habla y cuando escribe—, su inteligencia, su mirada, cierta torpeza (estuvo a punto de incendiar mi comedor mientras preparaba una queimada), las casas que le conozco. Pero lo que más me gusta de él es que haya tenido la decencia de vivir en estos años en los que yo también vivo, que sea mi contemporáneo, encontrarlo acá o allá tantas veces. Sé que mueve la patita cuando está por atacar. Sé cómo se le opaca la mirada cuando se irrita con alguien. Una persona me dijo hace poco: “Tú, que eres su amiga del alma”. No, no soy su amiga del alma. Me hubiera gustado serlo. Conozco a varios de sus amigos del alma y sé lo que son para él. Pero es posible que, para mí, él sea lo que es para sus amigos del alma: alguien único. Compartimos mesas redondas, ferias, cenas, almuerzos, aviones, jurados. No creo ser la única que aprendió de él cosas importantes: cómo mirar, cómo acomodar palabras, cómo lograr un estilo, cómo encontrar historias. Nunca me dio una clase, nunca me hizo una sugerencia. Todo lo que me enseñó lo aprendí mirándolo vivir, escuchándolo hablar, sentándome a su lado y compartiendo risas secretas en reuniones serias. Me hice periodista rebobinando hasta el último de los párrafos de sus artículos en los años noventa, preguntándome: “¿Cómo hizo esta descripción, de qué manera y por qué glosa el habla de sus entrevistados?”. Leyéndolo aprendí la importancia de las comas y del punto y aparte; la diferencia de volumen que genera poner una frase entre paréntesis o entre guiones. Su último libro, Antes que nada, habla de su enfermedad —la ELA—,de la muerte y de la vida. La dedicatoria dice: “A los que me quisieron, para que aprendan a olvidarme”. Es tu primera enseñanza fallida, Caparrós. No creo ser la única que no lo va a aprender nunca.


EL PAÍS 




De posar en revistas de moda a pelear en la segunda guerra mundial, la historia de Lee Miller

 

 


La carrera de Lee Miller como fotoperiodista floreció en Londres durante los bombardeos de la BlitzLa carrera de Lee Miller como fotoperiodista floreció en Londres durante los bombardeos de la Blitz

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Una pionera del fotoperiodismo, documentó la devastación del Holocausto, brindando al mundo algunas de las primeras imágenes de esos atroces hechos

domingo, 27 de octubre de 2024

Tiroteado el vehículo que transportaba a Evo Morales en Bolivia

 

Evo Morales


Tiroteado el vehículo que transportaba a Evo Morales en Bolivia

El expresidente acusa a Luis Arce de intentar asesinarlo. El actual mandatario ha negado cualquier implicación y ha ordenado una “minuciosa” investigación

“De malas” / La respuesta del Mincultura a quienes no les gusta el Monumento a la Resistencia

 

Monumento a la resistencia en Cali y ministro de Cultura, Juan David Correa. | Foto: SEMANA, JORGE OROZCO/EL PAÍS

Confidencial

“De malas”: la respuesta del Mincultura a quienes no les gusta el Monumento a la Resistencia


Redacción Semana

27 de octubre de 2024

La propuesta de declarar el Monumento a la Resistencia de Cali como patrimonio cultural de Colombia sigue generando controversia. Esta nominación implica que la estructura, ubicada en el sector conocido como Puerto Rellena y erigida durante las protestas del paro nacional de 2021, sería reconocida como un bien de interés cultural de la Nación. Esto conllevaría la obligación del Estado de protegerla y transmitir su valor a las futuras generaciones.

Se levanta el paro minero en Norte de Santander

 


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Durante cinco días estuvo cerrado el corredor vial Cúcuta Pamplona - Bucaramanga, generando millonarias pérdidas económicas.

Publicado: 
Actualizado: 
Sábado, Octubre 26, 2024 - 05:42

‘La invitada’, de Emma Cline: narcótico e impecable retrato de una chica objeto

 



Portada de 'La invitada', de Emma Cline

La invitada

Emma Cline
Traducción de Inga Pellisa
Anagrama, 2024
296 páginas. 19,90 euros


‘La invitada’, de Emma Cline: narcótico e impecable retrato de una chica objeto

La segunda novela de la estadounidense es el retorcido ‘tour de force’ de una joven que saca provecho de su edad, y su cuerpo, mientras huye de un pasado aterrador y un presente desesperadamente incierto

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El presidente de Venezuela viaja a Kazan en busca de legitimidad, pero vuelve sin ingresar en el club de los países alternativos a Occidente y con una guerra abierta con Brasil que complica aún más su rol en la comunidad internacional


FLORANTONIA SINGERNAIARA GALARRAGA GORTÁZARJUAN DIEGO QUESADA