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viernes, 5 de noviembre de 2021

El feminismo negro de Paulina Chiziane

 


El feminismo negro de Paulina Chiziane

Adelto Gonçalves
3 de junio de 2007
Traducido por Àlex Tarradellas

Si la literatura escrita por mujeres es ya un mundo diferente, abordado por ángulos que novelistas y cuentistas masculinos difícilmente ven, imaginemos entonces lo que puede ser el mundo visto por una mujer africana, mozambiqueña, y aun más si está gobernado por costumbres y tradiciones que nos resultan ajenas. Ese extraño y mágico mundo es el que ofrece en sus libros Paulina Chiziane, la primera novelista de Mozambique.

De Paulina, la Companhia de Letras, de São Paulo, acaba de lanzar Niketche, uma história de poligamia [1], que la editorial Caminho, de Lisboa, publicó en 2002 y ya tiene una segunda edición. Nacida en 1955, en Manjacaze, en la provincia de Gaza, al sur de Mozambique, Paulina frecuentó estudios superiores de Lingüística en Maputo, pero no los concluyó. Actualmente vive y trabaja en Zambézia. Su estreno se dio en 1990 con la publicación de Balada de Amor ao Vento.

Después publicó Ventos do Apocalipse [2] (1999) y O Sétimo Juramento [3] (2000), todos en la editorial Caminho de Lisboa. A los 20 años, cantó el himno de la independencia mozambiqueño, gritó contra el imperialismo y el colonialismo y, después, con la guerra civil que arrasó el país, se desencantó. Por eso, sus libros no siempre hablan directamente de la guerra, sino de un país destruido, de la miseria de su pueblo, de la superstición, de los rituales religiosos y de la muerte.

La autora rechaza el rótulo de novelista y se define apenas como contadora de historias, inspirada en aquello que oyó, de la boca de los ancianos alrededor de la hoguera, durante su infancia y adolescencia. Niketche viene del nombre de una danza de iniciación sexual femenina de Zambezia y de Nampula, en el norte del país, región predominantemente macua, donde se encuentra la Isla de Mozambique, primera capital de las posesiones portuguesas de África Oriental y lugar de destierro del poeta Tomás Antônio Gonzaga (1744-1810), por donde también pasaron en diversas épocas Luís de Camões (1524-1580) y Manuel Maria de Barbosa du Bocage (1765-1805).

La novela cuenta la historia de amor entre Rami, mujer del sur y de clase social superior al de la mayoría de las mujeres del país, y Tony, alto funcionario de la policía de Maputo. Casada hace veinte años con todas las de la ley y madre de muchos hijos, Rami, despreciada por el marido, desconfía de que éste mantenga aventuras extraconyugales. Entonces, descubre que el marido tiene cuatro mujeres más y muchos hijos. Se dirige a la casa de cada una de las rivales, a veces sale cogida del brazo de ellas, pero, a fin de cuentas, traba amistad con todas hasta el punto de reunirlas a todas un día para darle a su marido una fiesta por sorpresa.

Sin embargo, la iniciativa despierta la ira de la suegra de Rami, para quien la monogamia es un sistema inhumano que margina una parte de las mujeres y privilegia a otras, «que da techo, amor y pertenencia a unos niños y rechaza a otros, que pululan por las calles». La suegra dice: «Mi Tony, al lobolar a cinco mujeres, ha subido a la cima del monte. Él es la estrella que brilla en lo alto y como tal se lo debe tratar. Y tú, Rami, eres la primera. Eres el pilar de esta familia. Todas estas mujeres giran a tu alrededor y te deben obediencia. Dales órdenes.»

Lobolo es el dote que el hombre da a la mujer al casarse, pero lobolar aquí también sirve para definir el acto de quien sustenta un hogar. Al conocer a sus rivales, Rami entrará en contacto con siglos de tradición y de costumbres, la crueldad de la vida y también con la diversidad de mundos y culturas que conviven en Mozambique. Es difícil entender estos pensamientos sin conocer la dimensión de la tragedia africana. En un país de pocos hombres -miles de ellos murieron en la guerra, muchos quedaron mutilados, otros tantos emigraron-, parece que las mujeres aceptan compartir a sus maridos unas con las otras, aunque la poligamia venga de tiempos ya perdidos, cuando los cultores del Islam bajaron a África y diseminaron sus creencias y costumbres.

En algunos lugares de Mozambique, como en la provincia sureña de Gaza, es común que la mujer atienda al llamado marido de inmediato, dejando todo lo que está haciendo. Sin embargo, cuando el marido llama, ella no puede responder de pie. También es difícil entender esta conversación sobre violencia en la familia: «Mi padre siempre golpeó a mi madre, pero ella nunca abandonó el hogar. Las mujeres antiguas son mejores que las de hoy, que se asustan con un simple azote.»

Para las seguidoras de Simone de Beauvoir y Flora Tristán, todo esto, ciertamente, parece extraño, pero es la forma que Chiziane encontró de denunciar el sufrimiento de las mujeres africanas, subvirtiendo los valores tradicionales. Eso no significa que comparta integralmente los valores de las feministas blancas. Tal civilización ya ha traído tanto sufrimiento a África que cualquier idea, incluso en un marco de valores humanitarios, siempre se recibe con desconfianza. Y no podría ser diferente.

Lo trágico es que las mujeres de Mozambique difícilmente oirán o compartirán el grito de Paulina, pues los escritores africanos escriben para el lector blanco de fuera de sus países que puede comprar sus libros, ya que, a causa de los altos índices de analfabetismo y de los bajos niveles socioeconómicos, las tiradas en los países africanos de lengua portuguesa son ínfimas, lo que no significa que en Portugal y en Brasil sean muy superiores.

Ya en Balada de Amor ao Vento (1990), su primera novela, Paulina cuenta la relación entre Sarnau y Mwando, de la juventud a la edad madura, sus alegrías y sufrimientos, hasta la separación dolorosa y el reencuentro. No obstante, antes de todo, trata del conflicto vivido por una mozambiqueña entre el mundo moderno y el mundo tradicional, el África arcaica, sus valores eminentemente machistas en que la mujer sólo existe para servir al hombre y constituir su objeto de deseo.

Paulina vivió en el campo hasta los siete años, cuando se trasladó para estudiar a los suburbios de Maputo, entonces la ciudad colonial conocida como Lourenço Marques. En el campo hablaba su lengua materna, el chope, y, cuando se mudó a la ciudad, tuvo que aprender el portugués en el colegio, mientras estaba obligada a hablar el ronga, la lengua nativa de Maputo.

Balada de Amor ao Vento recupera las historias que Paulina oyó durante su infancia, cuando se quedaba escuchando cómo la abuela contaba historias al lado de la hoguera. Uno de esos relatos es el Sarnau, la joven que descubrió que amaba a Mwando, un chico que estaba destinado a ser cura. El noviazgo, sin embargo, no prospera; cada uno se va por su lado y Sarnau acaba conquistando a una de las mujeres del rey de las tierras de Mambone.

Después de casada y bien casada, ella ve reaparecer a Mwando y vive otro romance. Perseguidos, acaban de nuevo separándose. Mwando, después de tener una relaión con la mujer de un cipayo (soldado), es deportado a Angola, donde pasa quince años plantando caña y café. Un hijo de Sarnau, engendrado por Mwando mientras ella era reina, acaba coronado rey, después de la muerte del presumible padre. Y, mientras, la madre se ve obligada a cumplir el destino de la prostitución para sobrevivir.

Éste es un libro feminista, pero feminista a la manera africana: no es una obra que desafíe el estatuto de la mujer africana o mozambiqueña. Además, usar términos como africana o mozambiqueña significa correr el riesgo de las generalizaciones. En el propio Mozambique hay flagrantes diferencias: el norte es una región matriarcal, donde las mujeres tienen más libertad, mientras que el sur y el centro son regiones patriarcales, extremamente machistas. Y la narrativa de Balada de Amor ao Vento ocurre en Gaza, la región más machista de Mozambique, donde la mujer, además de cocinar y lavar, para servir una comida al marido debe hacerlo de rodillas.

Por lo tanto, este libro aporta la mirada del feminismo negro, que es diferente del blanco, porque es mucho más trágico. ¿O alguien duda de que la mujer negra siempre ha estado mucho más oprimida y masacrada que la blanca, que vive del sudor de su propio rostro hace mucho tiempo, que responde por su propia familia desde épocas inmemoriales, aunque sea irracional discutir gradaciones de violencia?

Basta leer O avesso da memoria: cotidiano e trabalho da mulher em Minas Gerais no século XVIII, de Luciano Figueiredo (Rio de Janeiro, José Olympio/Edunb, 1993) para entender que el papel de la mujer -y, aún más, de la mujer negra- siempre ha sido olvidado en nuestros libros de Historia, como si la colonización y la ocupación del territorio brasileño hubieran sido resultado tan sólo de la acción del hombre.

Y que las pocas mujeres idealizadas por nuestra poesía arcádica del siglo XVIII, como Maria Dorotéia Joaquina de Seixas, Marília de Dirceu, de Tomás António Gonzaga, y Bárbara Eliodora, de Alvarenga Peixoto (1744-1793), sólo fueran incensadas por el romanticismo del siglo XIX porque eran blancas, mientras la negra Francisca Arcanuela Cardoso, que dio cuatro hijos a Cláudio Manuel da Costa (1729-1789) y le inspiró varios poemas, esté olvidada hasta hoy en día, no es fruto de la casualidad.

Tal como en África, la mujer negra en América también buscó sus propias estrategias de supervivencia, desempeñó papeles económicos, crió a los hijos y protagonizó muchas historias -que, con seguridad, están a la espera del talento de una Paulina Chiziane brasileña para contarlas como se cuentan historias en torno a la hoguera y seguir una tradición iniciada por la escritora de Maranhão, Maria Firmina dos Reis (1825-1917), la primera novelista negra de Brasil.

[1] Niketche: una historia de poligamia, El Cobre Ediciones, Barcelona, 2004. Traducido por Pere Comellas.

[2] Vientos del Apocalipsis, Txalaparta, Tafalla, 2002. Traducido por Marta Rosa Sardiñas y Tere Urra Vargas.

[3] El séptimo juramento, Takusan Ediciones, Barcelona, 2007. Traducido por Àlex Tarradellas.


NIKETCHE, UMA HISTORIA DA POLIGAMIA , de Paulina Chiziane, Lisboa, Editorial Caminho, 334 págs., 11,93 euros, 2002. São Paulo, Companhia das Letras, 337 págs., R$ 45, 2004.

www.companhiadasletras.com.br

BALADA DE AMOR AO VENTO, de Paulina Chiziane. Lisboa, Editorial Caminho, 151 págs., 7,56 euros, 2003. www.editorial-caminho.pt


Adelto Gonçalves es doctor de Literatura Portuguesa en la Universidad de São Paulo y autor de Gonzaga, um Poeta do Iluminismo (Rio de Janeiro, Nova Fronteira, 1999), Barcelona Brasileira (Lisboa, Nova Arrancada, 1999; São Paulo, Publisher Brasil, 2002) y Bocage – o Perfil Perdido (Lisboa, Editorial Caminho, 2003).

Dirección electrónica: adelto@unisanta.br

in Vértice nº119 (sept.-oct. 2004) y Storm nº18 (jul.-ago. 2004).

Fuente en portugués: http://www.storm-magazine.com/novodb/arqmais.php?id=285&sec=&secn

Véase esta página en Tlaxcala: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=2884&lg=es

Àlex Tarradellas es miembro de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala.

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