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sábado, 1 de mayo de 2021

Vivien Leigh / Bella, famosa y atormentada

 


Vivien Leigh: bella, famosa y atormentada


Al cumplirse el centenario de su nacimiento, sigue siendo considerada una de las artistas más bellas de todos los tiempos, por sus finas facciones y sus imponentes ojos verdes

12 DE JUNIO DE 2018

«Yo no soy una estrella, soy una actriz. Ser estrella es igual a tener una existencia falsa, vivir solo para los valores falsos y para la publicidad»

A finales del año 1911, Gertrude Robinson Jackje y Ernest Hartley contrajeron matrimonio en Calcuta, india. Ella era una joven de excepcional belleza, exótica, nacida en India, pero descendiente de irlandeses. Hartley había nacido en Yorkshire, Inglaterra, con raíces francesas; a los 22 años había emigrado a India y se convirtió en un próspero socio de una firma de corredores de compra y venta.


La pareja se instaló en una mansión en el elegante suburbio de Alipore, Calcuta, donde los vecinos eran europeos. A Gertrude se le malogró el primer embarazo de una niña, pero pronto volvió a quedar encinta y tomó precauciones. Como mujer muy espiritual que era, le pidió a su marido que le alquilase una casa en Darjeeling, en el Himalaya.

-Es un lugar saludable y místico desde donde podré observar el pico del Everest con sus nieves-, dijo.

Gertrude creía que lo que se desea con mucha fuerza se cumple y ansiaba con toda su alma tener otra niña. El 5 de noviembre de 1913, el cielo estaba más azul y despejado que nunca cuando ella dijo con convicción:

-Quiero que la hija que traigo en mi vientre adquiera la gracia del glorioso paisaje que estoy observando.

En ese instante comenzaron a desprenderse todas las hojas del árbol al cual estaba recostada y Gertrude pensó:

-Esto es una señal divina que me indica que mi petición será concedida.



Al atardecer, Gertrude dio a luz en su dormitorio a una hermosa niña: Vivian Mary Hartley, quien años más tarde se convirtió en una de las más grandes y bellas actrices de cine y de teatro, y tuvo la gracia que su madre había pedido. El mundo la conoció como Vivien (cambió la a por e) Leigh. Su padre, que había venido desde Calcuta para esperar su llegada, estaba feliz.

Un mes más tarde, los Hartley regresaron a su casa de Alipore, donde Gertrude pasaba largas horas con su hija en los jardines

-Nuestra Vivian no duerme mucho- notaron los Hartley. El problema del insomnio, que tanto altera los nervios, no les alarmó; sin embargo, en el futuro tuvo consecuencias.

En 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, las fuerzas armadas británicas enviaron a Hartley a Uttar Pradesh y después a unas barracas en Bangalore, y Gertrude lo siguió con su hija y un séquito de sirvientas instalándose cerca de él.

Cuenta el biógrafo Alexander Walker en su libro Vivien, The Life of Vivien Leigh, que como donde estaban no había colegios, Gertrude se encargó de la educación preescolar de su hija. En particular, de entrenarla en el poder de observar y memorizar.

Terminada la guerra, la familia regresó a Calcuta y Hartley volvió a su negocio.

A los 6 años de edad, la vida de Vivian dio un giro inesperado cuando sus padres la llevaron a Inglaterra y la internaron en el convento del Sagrado Corazón, en Roehampton, una zona rural en las afueras de Londres, y de inmediato ellos regresaron a India, donde vivían.

-Me sentí abandonada y presa sin saber lo que me iba a pasar viviendo tan lejos, con seres extraños- contó ella después.

Vivian compartió un dormitorio con 20 niñas de todas partes del mundo, que incluso no hablaban inglés. El convento no tenía calefacción y todas sufrían una gran tortura cuando el frío era intenso.

Al cuarto año, su madre la visitó, y a partir de entonces lo hizo una vez al año y su padre cada dos. Gertrude llegó a una conclusión bastante insensible y comentó:

-Vivian nunca me extrañó, porque yo siempre estuve a su lado. Ella tenía una foto mía debajo de su almohada.

Cuando Vivian no pasaba las Navidades con su padres acompañaba a las hermanas a los museos de Londres, galerías de arte y obras teatrales de Shakespeare. Era la más bella de la escuela y era considerada una alumna puntual, cortés y de finos modales. Su principal cualidad era la humildad.

Vivian participaba en las obras que se hacían en el colegio y decidió que quería ser actriz. Estudió ballet, violonchelo y piano.

El 7 de julio de 1927, cuando Vivian tenía 13 años, su educación en el Convento del Sagrado Corazón fue interrumpida por su padre, quien decidió embarcarse con su esposa y su hija en un gran tour por Europa, que duró cuatro años.

-Esto complementará muchísimo tu educación- le dijo.

Gertrude combinó la gira de su hija con internados en escuelas de la Riviera italiana y de la ciudad de París, donde la joven aprendió francés, italiano y alemán, entre otros idiomas.

Un día en Munich, almorzando en un restaurante con su madre, Vivian no le quitó los ojos de encima al joven camarero que las atendía. Repentinamente, ella le preguntó:

-¿Te gustaría ser besado?

Su madre la abofeteó.

En 1931, la educación de Vivian se había completado y ella regresó a Inglaterra para vivir en Londres, donde sus padres se habían instalado en una modesta comunidad, porque Hartley había descubierto que no era tan rico como pensaba.

Cerca de ellos vivían Clare y Hillary Martin, dos amigas de Vivian. Un día de febrero de 1932, las tres chicas salieron a dar un paseo y un apuesto jinete saludó a Hillary.

-¿Quién es él?- preguntó Vivian.

-Es el abogado Herbert Leigh Holman. Tiene 31 años y se educó en Harrows y en el Jesus College, en Cambridge.

-Es el perfecto hombre inglés. Me voy a casar con él- dijo Vivian.

-Holman está comprometido con Dulcie, la hermana de lord Mills– dijo Clare.

-Eso es porque él no me ha conocido todavía- respondió Vivian.

Pronto los presentaron en un baile. Holman quedó cautivado por los ojos de color esmeralda de Vivian y su sonrisa entre pícara e inocente. A los 18 años de edad, ella irradiaba una belleza fuera de lo común. Comenzaron a verse y Vivian le demostró que sentía una gran admiración por él.

Su padre permitió a Vivian que llenara la solicitud para entrar en la Real Academia de Arte Dramático (RADA) para tomar un curso de actuación. En mayo de 1932 ella hizo una audición para una escena de amor de la obra The Rivals y fue admitida.

Vivian comenzó a destacarse en todos los papeles que le tocó interpretar en las obras. Aunque tenía un defecto que tuvo que aprender a disimular: sus manos eran demasiado largas.

Holman le propuso matrimonio a su prometida Dulcie, pero esta no lo aceptó. Entonces se acercó más a Vivian y se casaron el 20 de diciembre de 1932, en la iglesia católica St. James Spanish Place, donde asistían muchas prominentes familias. Vivian tenía 19 años y Holman le llevaba 13.

Después de la ceremonia, ella dejó caer de su dedo su anillo de compromiso de oro y diamantes. Su madre lanzó un grito.

-Eso es de mala suerte. ¿Estás loca?

Los recién casados pasaron la luna de miel en Alemania y en Austria. A su regreso, en enero de 1933, se mudaron al apartamento que Holman tenía en Eyre Court.

Vivian había acordado con su esposo seguir estudiando en la RADA hasta diciembre de ese año. Pero el papel de ama de casa le aburría, y su deseo de ser actriz cobró más fuerza que nunca.

Cuando quedó embarazada, Vivian se vio obligada a hacer su última aparición en una obra de la RADA.

El 3 de junio de 1933 fue presentada socialmente en la corte del palacio de Buckingham, gracias a las conexiones que tenía su esposo con la realeza. La pareja buscó una casa grande que encontraron en la calle Little Stanhope.

Señala la autora Anne Edwards en su libro Vivien Leigh, que el 12 de octubre de 1933 a Vivian se le presentó un parto difícil con un mes de anticipación y fue internada en una clínica. Ella escribió en su diario una escueta frase: «Tuve una niña». La pequeña fue llamada Suzanne.

Al regresar a su casa, Vivian tenía la ayuda de tres empleadas, incluyendo una niñera. Pronto esta última relevó a Vivian en todos sus cuidados diarios a la bebé.

Sin informárselo a su esposo, Vivian posó para un famoso fotógrafo e hizo circular su portafolio en las agencias que buscaban talentos. En la película Things Are Looking Up obtuvo un papel con unas breves líneas. Gertrude cuidaba a Suzanne y su esposo casi no veía a Vivian.

En noviembre, ella conoció en una fiesta al agente John Gliddon, con quien firmó un contrato para que la representara y se cambió su nombre de bautismo por el artístico Vivien Leigh.

El 15 de mayo de 1935, ella se convirtió en una sensación al participar en la obra Mask of Virtue. En la audiencia del teatro Ambassadors estaban dos importantes hombres que cambiarían para siempre el curso de su vida: uno era el destacado director de cine de origen húngaro Alexander Korda y el otro el británico Laurence Olivier, el actor y director teatral más brillante en esa época, a quien Vivien había admirado en 1934 en la obra The Royal Family.

En su libro autobiográfico Confesiones de un actor, Olivier dijo que Vivien tenía el atractivo natural más perturbador que él había visto en su vida.

El 14 de agosto, Korda le ofreció un contrato cinematográfico a Vivien por cinco años, que ella firmó jubilosa.

En ese año, Vivien coprotagonizó la película Dark Journey junto a Conrad Veidt y Joan Gardner. Una noche veraniega de 1935, Vivien y su esposo salieron a cenar al Savoy Grill y en el vestíbulo se encontraron con Laurence Olivier y su esposa, la actriz Jill Esmond. Un amigo los presentó y las dos parejas compartieron la misma mesa. Al final de la cena, los Olivier invitaron a los Leigh:

-Tenemos alquilada una deliciosa casita en Burchetts Green. ¿Por qué no vienen a pasar el fin de semana con nosotros?

La proximidad de Olivier y Viven fue peligrosa para los matrimonios de ambos. En el de Olivier faltaba la pasión, y Vivien y Holman tenían poco en común.

Olivier ayudó a Vivien a prepararse para el papel protagónico en la obra El hipócrita feliz. Ella tenía 21 años y él, 27. Para entonces ya vivían un intenso romance.

El confesó posteriormente:

-Así comenzaron dos años de vida furtiva, de mentiras, de vernos a escondidas, de rápidas escapadas…

Vivien se enfermó gravemente de tuberculosis pulmonar cuando estaba interpretando a Ana Bolena en la producción Enrique VIII. Era el mes de junio de 1935.

-Creo que me voy a morir- le dijo a su madre.

La convalecencia fue larga y ella se quedó casi en los huesos y con una tos muy fuerte. Sin embargo, no dejaba de fumar un cigarrillo tras otro.

El productor Korda le anunció:

-Tú y Olivier protagonizaran Fire Over England. Durante la filmación, Vivien y Olivier aprovechaban los descansos y hacían el amor en sus camerinos.

Jill estaba embarazada y dio a luz a su hijo Tarquin, el 21 de agosto de 1936. Pero para entonces ya Vivien se había hecho indispensable en la vida de Olivier.

Vivien y Olivier rodaron Twenty-One Days Together, su segunda película juntos. Él se propuso convertirla en una actriz del teatro clásico y la introdujo en Hamlet. Un día decidieron terminar sus matrimonios y hablaron con sus parejas.

Cuenta el biógrafo Hugo Vickers en su libro Vivien Leigh, que Jill, con gran determinación fue a confrontar a Vivien a su casa, pero ante la presencia de la actriz se encontró desarmada y hasta nerviosa. Con la mayor naturalidad, Vivien le brindó champán y le confesó que pretendía casarse con Olivier. Después, le hizo una serie de preguntas sobre detalles domésticos.

-¿Cómo le gusta a Laurence que le cocinen los huevos?

A Holman se lo informó Vivien a través de una carta y él se sintió muy afectado.

A mediados del mes de junio, Vivien se mudó con Olivier a Durham Cottage.

En marzo de 1938, Vivien protagonizó Sidewalk of London junto a Charles Laughton y Rex Harrison.

Por esa época, el productor David O. Selznick estaba preparando la versión fílmica de la exitosa novela de Margaret Mitchell Gone With the Wind (Lo que el viento se llevó). Por demanda popular, Clark Gable había sido elegido para interpretar el personaje de Rhett Butler. El resto del elenco ya estaba designado, solo faltaba elegir a la actriz que haría el papel de Scarlett O´Hara.

Selznick había ido eliminando a cientos de candidatas. Vivien estaba empeñada en ganar el papel y dijo:

-Esperen y lo verán.

Vivien viajó a Estados Unidos para reunirse con Olivier, quien previamente había tenido una conversación sobre ella con el agente Myron Selznick, hermano de David.

Olivier fue con Vivien a la oficina de Myron y este la observó con interés. A última hora de la tarde los llevó a Culver City, donde David O. Selznick estaba quemando 150 hectáreas de viejos decorados para filmar la escena del incendio de Atlanta. Olivier vio a su buen amigo George Cukor, director original de la película, y a David.

Myron caminó hacia donde estaban Cukor y David, y señalando a Vivien le dijo a su hermano:

-Te presentó a Scarlett O´Hara.

Selznick se quedó contemplándola, y a la luz del resplandor de las llamas Vivien daba la impresión de ser la mejor Scarlett, con las mejillas encendidas, los labios entreabiertos, sus ojos verdes moviéndose de un lado a otro. Selznick dijo que iba a hcerle una prueba.

Mientras Mammy (la criada en la película) la vestía, Vivien interpretó la escena que le tocó, desafiante y vibrante, al contrario a otras actrices, que la habían hecho llorosas y sentimentales. El resultado le llegó como un regalo de Navidad el 25 de diciembre, cuando George Cukor le informó que había conseguido el papel, pero que tendría que practicar el acento sureño.

-El corazón se me desbocó- dijo Vivien, emocionada.

El 16 de enero de 1939, Vivien firmó un contrato por siete años con la Selznick International Pictures.

El rodaje de Gone with the Wind comenzó el 29 de enero de 1939 y terminó el 27 de junio. Clark y Vivien se detestaron durante toda la filmación, pero en su interpretación no lo dejaron traslucir y para el público se convirtieron en una de las parejas icónicas más clásicas de Hollywood.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Vivien y Laurence estaban preocupados por sus hijos, quienes estaban en Inglaterra. A finales de 1939, ella comenzó el rodaje de Waterloo Bridge junto a Robert Taylor

El 5 de enero de 1940, Vivien recibió la petición de divorcio de Holman, quien mencionaba a Olivier como corresponsable y reclamaba la custodia de su hija Suzanne. El 29, Jill Esmond codemandó a Vivien en su petición de divorcio contra Olivier.

Gone with the Wind recibió 10 premios de la Academia. Clark fue nominado como Mejor Actor, pero no ganó. Vivien sí obtuvo el Oscar como Mejor Actriz.

La película rompió todos los récords de taquilla con un éxito sin precedentes en la historia de la cinematografía y se convirtió en un clásico. Vivien, en su primera actuación en Hollywood, quedó inmortalizada.

Las sentencias de divorcio de ambos por fin fueron emitidas y el 31 de agosto de 1941, Vivien y Olivier se casaron por lo civil en el rancho de Ronald y Benita Colman, en Santa Bárbara, California.

-Nos prestaron un yate y pasaremos una corta luna de miel en la isla Santa Catalina-, dijeron.

En octubre, Alexander Korda, unió nuevamente a Vivien y a Olivier en el filme That Hamilton Woman. Atravesando mil dificultades, ellos se fueron en diciembre a Inglaterra. Olivier, quien era piloto, se incorporó a las Fuerzas Aéreas.

Jill fue a refugiarse a Hollywood con Tarquin, y Suzanne fue enviada a Vancouver, Canadá, con su abuela Gertrude.

En 1942, Vivien sufrió un aborto. Después se embarcó con Olivier en una gira por África para entretener a las tropas aliadas. En el invierno ambos adquirieron Notley Abbey.

-¡Es una casa de campo maravillosa!-, exclamó Vivien, feliz.

En 1944, ella trabajó en César and Cleopatra junto a Claude Rains. Estaba embarazada de nuevo, pero sufrió otro aborto. Vivien se deprimió mucho y, cuando pudo reincorporarse al trabajo, empezó a comportarse de manera agresiva.

-¡Corten- gritaba el director. Su estabilidad mental estaba afectada y no pudo regresar al rodaje hasta seis semanas después.

El 18 de mayo de 1945 empezó a trabajar en una obra de teatro , pero en agosto tuvo que abandonarla porque tuvo una recaída en su salud, por la tuberculosis.

Una de las películas más importantes que Vivien filmó fue Anna Karenina.

El 8 de julio ella acompañó a su esposo al palacio de Buckingham, donde a Olivier se le otorgó el título de caballero. En lo adelante, ellos fueron llamados sir y lady Olivier y Vivien conservó ese título hasta su muerte.

En 1948 acompañó a su esposo en su gira teatral por Australia y conoció al actor Peter Finch, con quien vivió un romance.

A principios de la primavera de 1949, Vivien le dijo a Olivier:

-Ya no te quiero… Es decir, te quiero, pero como a un hermano. Olivier quedó paralizado.

-¿Podremos seguir juntos?

-Sí, pero solo como socios o compañeros de trabajo-, respondió ella.

En octubre, en Londres, Vivien interpretó magistralmente el papel de Blanche DuBois en la obra teatral A Streetcar Named Desire (Un tranvía llamado deseo), de Tennessee Williams. Hollywood la contrató junto al actor Marlon Brando para protagonizar la versión fílmica dirigida por Elia Kazan. Un técnico del rodaje comentó:

-Marlon supo que Vivien estaba enferma de tuberculosis y se mostró muy considerado con ella.

A Streetcar Named Desire se convirtió en una obra maestra de la cinematografía. Marlon recibió su primera nominación al Oscar. Vivien también fue nominada como Mejor Actriz y ganó el premio.

Vivien siguió trabajando en obras teatrales y sufriendo peligrosas crisis depresivas.

En febrero viajó a Ceilán para filmar Elephants Walk junto a Peter Finch.

A los pocos días, el productor Cecil Tennant llamó a Olivier aterrado.

-Vivien ha perdido la cordura. Durante una escena comenzó a mezclar los diálogos de su papel con los de Blanche DuBois.

Olivier voló a Ceilán y la encontró con un ataque de furia. No quería trabajar.

Durante el vuelo que hicieron a California, Vivien sufrió otro ataque y se quitó la ropa y trató de tirarse fuera del avión.

A los actores David Niven y Stewart Granger les avisaron que «Vivien estaba muy enferma». Ellos fueron a su casa para ayudarla y la encontraron desnuda, balanceándose en la barandilla de la escalera.

En su segundo libro de memorias Bring on the Empty Horses, David Niven escondió la identidad de Vivien bajo el seudónimo de «Missee», pero Stewart Granger fue más directo en su libro Sparks Fly Upward y contó la verdad de esos hechos tan tristes. La situación era crítica y solo los paramédicos lograron calmarla inyectándole un narcótico. Vivien tuvo que ser reemplazada en Elephants Walk por Elizabeth Taylor.

Olivier llegó dos días después y el encuentro con Vivien fue patético. Ella le dijo:

-Estoy enamorada de Peter Finch.

Él se la llevó a Londres y la ingresaron en un hospital para enfermos mentales. Durante un tiempo recibió un tratamiento que incluyó electrochoques. Tras una sorprendente mejoría, en septiembre de 1954 Vivien protagonizó de The Deep Blue Sea.

El 6 de diciembre de 1957 ella asistió a la boda de su hija Suzanne y el 5 de diciembre del siguiente año, ésta la convirtió en abuela cuando trajo al mundo al pequeño Neville. En el verano de 1959, Olivier puso a la venta la casa de Notley Abbey.

-La que Vivien amaba más que él -contó un amigo- y eso le afectó mucho.

Para colmo, su padre Ernest Hartley murió la noche antes de Navidad. Mientras Vivien trabajaba en la obra Due of Angels con el actor John Merivale, éste se convirtió en su compañero sentimental. En mayo de 1960, ella recibió en Nueva York una carta de Olivier pidiéndole el divorcio y contándole que estaba enamorado de Joan Plowright, una actriz, casada.

En sus momentos de mayor desesperación, Merivale le ofrecía un amor muy sosegado y comprensivo.

-Ella decía que me amaba, pero seguía obsesionada con Olivier- contó él años después.

El 2 de diciembre de 1960 se dictó la sentencia de divorcio de Vivien y Olivier. Joan se divorció y el 17 de marzo Olivier se casó con ella. Vivien optó por aturdirse dando una gira teatral por Australia y América Latina.

El 18 de marzo de 1963 se estrenó en Nueva York Tovarish, una obra musical en la que Vivien bailó el charleston y con la que ganó el Tony. Pero en septiembre tuvo una crisis depresiva. Abandonó la obra y regresó a Inglaterra para recibir electrochoques de nuevo.

En junio de 1964 comenzó el rodaje del que sería su último filme: Ship of Fools.

En Nueva York, en mayo de 1966, Vivien protagonizó junto a John Merivale la obra Ivanov. En julio tuvieron que regresar a Londres, porque ella sufrió una aguda crisis maníaco-depresiva.

-Cada vez que toso, me duele el pecho-, decía extenuada.

Señala el autor John Russell Taylor, en su libro Vivien Leigh, que en junio de 1967 ella se instaló en su apartamento de Eaton Square y comenzó a perder peso y a escupir sangre. La tuberculosis le había afectado gravemente los pulmones. Su médico le prescribió unos medicamentos y reposo en cama.

El 7 de julio, Merivale la dejó sola durante unos minutos mientras Vivien dormía. Al regresar la halló muerta. Tenía 53 años. Olivier estaba internado en un hospital cuando Merivale le dio la noticia y solicitó que le dieran de alta para despedirse de Vivien. Al entrar en su cuarto, le pidió perdón por todo el daño que se habían hecho y le dijo que era «el gran amor de su vida».

La muerte de Vivien conmovió al mundo. Fue cremada según sus deseos y John Merivale tiró sus cenizas en el lago de Tickerage, detrás de su casa.

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