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sábado, 30 de noviembre de 2019

Theodor Kallifatides / Como si fuera el último libro

El escritor griego Theodor Kallifatides, retratado en mayo de 2018. 

 

Como si fuera el último libro

A sus 81 años, Theodor Kallifatides ha recuperado en la Grecia devastada por la crisis la necesidad de la escritura


Juan Cruz
30 de junio de 2019

Es verdad esta vez: quien toca este libro toca a un hombre. Pura fibra. El escritor se queda sin palabras, el teclado mudo. Es griego de la diáspora, desde 1964 vive en Suecia y en el idioma sueco. Y de pronto el silencio cae sobre Theodor Kallifatides, de 81 años. En su tierra natal resuenan secas la humillación y la pobreza. La Suecia socialdemócrata que lo acogió se enreda “en los tentáculos del comercio”. Su literatura, celebrada por miles, lo aguarda en un departamento que cae sobre él como una memoria sorda. Antes, donde se encontrara, lo hallaba el trabajo, la fertilidad era rutina. Su vida y su alma iban juntas al encuentro de la escritura.

Alda Merini / Tenemos nuestras noches insomnes…



Alda Merini

Tenemos nuestras noches insomnes…

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Los poetas claman la verdad,
podrían ser dictadores
y quizá también profetas,
¿por qué debemos oprimirlos
contra una pared ardiente?
Y sin embargo los poetas están inermes,
álgebra dulce de nuestro destino.
_________Tienen un cuerpo para todos
_________y una memoria universal,
_________¿por qué debemos extirparlos
_________como se arranca la mala hierba?
Tenemos nuestras noches insomnes,
miles de ruinas incómodas
y la palidez del éxtasis nocturno,
tenemos muñecas de fuego
así como Copelia
y tenemos seres hinchados de mal
que nos infectan el corazón y los riñones
porque no nos rendimos…
Dejémoslos con su lenguaje, ejemplo
de su vivir desnudo
nos sostendrá hasta el fin del mundo
cuando tomen las trompetas
y las toquen para nosotros.

Alda Merini
La tierra santa (1996)

Alda Merini / Vida de santa


Alda Merini

Alda Merini

Vida de santa

La italiana Alda Merini, poeta fundamental del siglo XX, relató hace tres décadas su paso por el manicomio en una mezcla de memoria y ensayo traducido ahora al español


Martín López Vega
25 de noviembre de 2019






Retrato de Alda Merini en su despacho en los años ochenta. Ampliar foto
Retrato de Alda Merini en su despacho en los años ochenta.  MONDADORI / GETTY IMAGES

Cuando tenía ocho años, Alda Merini (Milán, 1931-2009) perseguía a su padre para que le explicase el significado de la Comedia de Dante. Décadas después haría lo mismo con Pasolini para que le revelase el resorte de sus versos. Lo cuenta en Delito de vida, una biografía en teselas conversada con Luisella Veroli (Vaso Roto; traducción de Jeannette L. Clariond). Uno de los capítulos más famosos de la vida de Merini, una de las poetas fundamentales del siglo XX italiano, es su paso por el frenopático, relatado en La otra verdad (1986). En el prólogo que Giorgio Manganelli (tal vez el gran amor de su vida) escribió para la primera edición afirma que “no es un documento ni un testimonio de los 10 años pasados por la escritora en el manicomio. Es un reconocimiento, mediante epifanías, delirios, estrofas, canciones, desvelos y apariciones, de un espacio —que no un lugar— en el que en el vacío que dejan las costumbres y sagacidades cotidianas irrumpe el natural infierno y el natural numinoso del ser humano”.

Alda Merini / Cuerpo de amor / Reseña




Alda Merini
CUERPO DE AMOR

Declaración de amor


ÁNGEL RUPÉREZ
28 de agosto de 2010

Poesía. ¿Quién teme a la muerte? La poeta italiana Alda Merini (1931), coetánea de Quasimodo, sugiere en este libro que quien ama a Jesús, y cree en él, no puede temer a la muerte sino que, por el contrario, la solicita para encontrarse con el maestro que, siendo muy joven, supo sacrificarse por los demás. O, si no la solicita, la acepta de buen grado, sin dramatismos de ninguna clase, con un sentimiento de apertura al Ser trascendente en cuya entraña reside el Amor total, la única y real experiencia que justifica la existencia que, de lo contrario, estaría desposeída de cualquier sentido. "Danos la muerte para poder vernos... Un día Él nos dirá: deja tus alforjas y ven, ven por mí, para siempre". El misticismo que acompaña a estas convicciones se expresa mediante secuencias de versos o fragmentos en prosa de una sinceridad arrebatada, como si estuviera segura la autora de que, al decir una verdad importante, de fuerte raigambre personal e indiscutible evidencia experiencial, se evitara así el peligro de la locuacidad desenfrenada e inane. Ahora bien, puesto que emergen aquí y allá luminosas advertencias, plenas de significado y fuerza poéticos, con ese ímpetu que creíamos desterrado por antiguo y desacreditado, surge, al menos en mí, una simpatía creciente por esta declaración de fe, pues no otra cosa es este libro. Por otra parte, el Mal, que nadie puede explicar, tiene un contrapunto redentor, otra vez, en la figura del maestro, y no solo por sus enseñanzas, concebidas como antídotos radicales contra la perversidad criminal, sino por su misma muerte que es la negación de todas las muertes injustas, como la suya misma. Por tanto, no hay por qué temer a la muerte puesto que toda muerte es redimible, gracias a la propia muerte Jesús. Así es la fe, incluso para los que carecen de ella. Portentoso Jesús Humano y Pobre -y hasta Romántico-, pero, sobre todo, Hijo de Dios, que murió "cuando era música de su pasado del cielo", dice Alda Merini en este libro arrebatado, defectuoso, torrencial, concebido todo él como una declaración de amor, y que siempre huele a Verdad vivida, a necesidad que cuaja en momentos -ráfagas, rachas, fulgores- que son suficientes para salvar cualquier libro de la quema.


Cuerpo de amor

Alda Merini
Traducción de Jeannette L. Clariond
Vaso Roto. Barcelona-México, 2010
101 páginas. 10 euros

EL PAÍS


Alda Merini / La Tierra Santa / Reseña

Alda Merini

Alda Merini
BIOGRAFÍA
La Tierra Santa
Idioma original: italiano
Título original: La Terra Santa
Año de publicación: 1984
Valoración: Muy recomendable

Supongo que esto os ha pasado a muchos: hay un escritor que no conocéis, del que no habéis oído hablar nunca. Luego un día, alguien os lo nombra u os lo recomienda, y de repente está por todas partes: está en todas las librerías (antes también estaba, pero tú no lo veías), una cita suya encabeza este poemario, esa película está basada en una novela suya, aquel crítico escribió un ensayo sobre su obra... Algo así me pasó con Alda Merini: hace un año, no sabía quién era. La conocí porque una buena amiga italiana puso varias citas suyas en el facebook; después de eso, Alda Merini empezó a surgir espontáneamente aquí y allá, como si todo el mundo la conociera y me lo hubiera estado ocultando; así que cuando el fin de semana pasado encontré en una librería de Lisboa una edición bilingüe de esta obra, supe que tenía que comprármela.

viernes, 29 de noviembre de 2019

Realista, complejo, admirable Scorsese






Al Pacino, como Jimmy Hoffa, y Robert De Niro, que encarna a Frank Sheeran, en 'El irlandés'. En el vídeo, Boyero habla de la película.

Realista, complejo, admirable Scorsese

Si este es el trabajo de despedida del director italoamericano, lo habrá hecho a lo grande


Carlos Boyero
15 de noviembre de 2019

El definitivo testamento de ese italoamericano abarrotado de talento llamado Martin Scorsese sobre el tenebroso y paradójicamente muy seductor universo de la Mafia dura tres horas y media, metraje abusivo en demasiados casos. En mi caso, no me importaría que fuera más larga, ya que me siento hipnotizado de principio a fin, aunque en el arranque me sienta desconcertado por la digitalización de los rostros de los protagonistas (se desarrolla a lo largo de 40 años la afectiva, turbia y muy compleja relación entre el Don Bufalino, el killer irlandés Frank Sheeran, y el sindicalista Jimmy Hoffa). Y la parte final, hablando del ocaso, la devastación física y mental, aquello que Chandler al hablar de un largo adiós definió con lirismo y lucidez como “triste, solitario y final”, me parece uno de los grandes desenlaces de la historia del cine.

Pacino y De Niro / Dos octogenarios en plena forma


Pacino y De Niro, dos octogenarios en plena forma en el trabajo y el amor

Los actores deslumbran en la última película de Scorsese mientras sus vidas siguen tan agitadas como en su juventud. Compiten en lista de conquistas tanto como en nominaciones a los Oscar: 16 entre los dos


IGNACIO GOMAR
Madrid, 23 de noviembre de 2019

Podría parecer que es 1974 con Al Pacino y Robert De Niro acaparando todos los elogios de los críticas cinematográficos de todo el mundo, como ocurrió entonces con el estreno de El Padrino II, en la que compartían cartel. Cuarenta y cinco años después, ambos vuelven a ser los protagonistas de una de las películas más aclamadas del momento, El irlandés, de Martin Scorsese, donde sus interpretaciones han deslumbrado de forma unánime una vez más. Algo sí ha cambiado en todo este tiempo. Pacino tiene 79 años y De Niro 76, y sus vidas y trayectorias han pasado por todo tipo de circunstancias. Sin embargo, lejos de haberse aposentado en la tranquilidad que muchos esperarían a su edad, los dos actores más importantes de su generación han escrito en sus vidas personales un guion tan lleno de giros como los de sus trabajos más emblemáticos. De Niro vive una batalla judicial con su esposa, de la que se está separando por segunda vez, mientras Pacino disfruta desde hace un año de la última de una larga lista de relaciones amorosas, una israelí 29 años más joven que él.

El crepúsculo de los dioses / Por qué Al Pacino y Robert de Niro llevan 25 años malgastando su talento

Robert De Niro, Joe Pesci y Al Pacino

El crepúsculo de los dioses: por qué Al Pacino y Robert de Niro llevan 25 años malgastando su talento

‘El irlandés’, la última película de Martin Scorsese, reúne de nuevo en la pantalla a dos mitos del séptimo arte defenestrados, durante décadas, del primer nivel de Hollywood


Carlos Megía
11 de noviembre de 2019

Su condición de leyendas vivas es tan indiscutible como su trayectoria. Uno, Robert De Niro, es el mejor intérprete de la historia del cine según los datos de un estudio británico. El otro, Al Pacino, ostenta papeles inolvidables suficientes como para cimentar sobre ellos una fe religiosa. “Yo no creo en Dios, creo en Al Pacino”, repite un evangelizado Javier Bardem. Pero las últimas décadas no han sido fáciles para sus beatos. Pacino (Nueva York, 1940) y De Niro (Nueva York, 1943) se reencuentran de nuevo en la gran pantalla en El irlandés, lo nuevo de Martin Scorsese que se estrena el 15 de noviembre en salas y el 27 del mismo mes en Netflix. Considerada por la crítica como una de las mejores películas de lo que va de año y segura contendiente en la temporada de premios, también es vista como el canto de cisne de dos estrellas que llevan décadas malgastando su legendario talento en el purgatorio del streaming. Con una filmografía reciente repleta de thrillers policiacos con aspiración a sobremesa y comedias calificadas por algunos críticos como "cargantes", ¿qué han hecho mal los intérpretes este siglo para estar más cerca del Razzie [premios a los peores del año] que del Oscar?

Charles Brandt / Jimmy Hoffa / Caso cerrado




Charles Brandt
JIMMY HOFFA
CASO CERRADO

La desaparición en 1975 de Jimmy Hoffa, el poderoso jefe del sindicato de camioneros, que usaba su millonario fondo de pensiones para hacer negocios con la Mafia, sigue siendo un misterio que el FBI no ha logrado resolver hasta hoy. Charles Brandt dedicó cinco años al seguimiento de Frank Sheeran, ”el irlandés”, un asesino a sueldo a quien se atribuía la ejecución de Hoffa. De los cientos de horas de grabaciones de sus conversaciones con Sheeran ha surgido este libro fascinante en que los acontecimientos se narran en las propias palabras de este asesino a sueldo. Unas confesiones que nos ofrecen una insólita visión por dentro del mundo del crimen organizado y, lo que no es menos importante, de sus conexiones con el de la política, en especial con el entorno de la familia Kennedy. De hecho Sheeran sugiere que el motivo principal para la ejecución de Hoffa fue la amenaza que éste había hecho de contar lo que sabía acerca de la participación de la Mafia en el asesinato de J.F. Kennedy en Dallas

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jueves, 28 de noviembre de 2019

Sophie Marceau / Poesía en carne y hueso




Sophie Marceau

POESÍA EN CARNE Y HUESO



Francia es una de las naciones que mejor vende a sus estrellas, pero esta mujer guapa, elegante y sofisticada se vende por sí sola. Sophie Marceau nació en París el 17 de noviembre de 1966 y, con apenas 14 años, se metió al público galo en el bolsillo en La fiesta (1980), que tendría una secuela y le reportaría el premio César a la actriz más prometedora del país.

El irlandés / Hollywood da con el elixir de la juventud



Hollywood da con el elixir de la juventud

La técnica digital que permite quitar años a los actores entra en el cine de autor con ‘El irlandés’, de Scorsese, y plantea un debate más allá de la tecnología sobre el futuro de la interpretación


Los Angeles, 26 de noviembre de 2019

Los efectos especiales más difíciles de hacer en el cine son aquellos que todo el mundo sabe que son efectos especiales. Cuando la tecnología es parte del atractivo de una película, está en la conversación y es una de las razones para ir a verla, el espectador pone especial atención, a ver qué se nota, a ver dónde está el truco. En el caso de El irlandés, además, los efectos tratan de convencernos de que algunos de los actores más conocidos del mundo no tienen el aspecto que todos sabemos que tienen. El reto para hacerlo creíble es mayúsculo. El fenómeno cinematográfico del año no solo ha traído a la pantalla la nostalgia de Martin Scorsese, Robert De Niro, Joe Pesci y Al Pacino en una historia de mafiosos, también ha abierto una puerta al futuro de los efectos visuales, el maquillaje y la interpretación. En las salas también puede verse el otro gran ejemplo de la temporada: Géminis, en la que un Will Smith mayor se enfrenta a lo largo de toda la película con un Will Smith joven.

Robert De Niro y Al Pacino: “El irlandés’ completa nuestro círculo profesional”

Robert De Niro y Al Pacino: “El irlandés’ completa nuestro círculo profesional”

Los dos actores se reúnen con Martin Scorsese en otra historia de la mafia, ‘El irlandés’. En una entrevista en Londres confiesan que es difícil que vuelva a repetir en un proyecto parecido


GREGORIO BELINCHÓN
Madrid, 3 de noviembre de 2019




De Niro, Scorsese y Pacino, en Nueva York en septiembre. En el vídeo, tráiler de 'El irlandés'.  AP
A finales de los años sesenta, en 1968 o, más probablemente, 1969, Al Pacino bajaba con su novia por la calle 14 hacia el cruce de la Avenida B, en el East Village neoyorquino, cuando chocó con Robert De Niro. Literalmente. De Niro solo había actuado en un puñado de películas de bajo presupuesto. Pacino, tres años mayor, ya era una estrella en el teatro neoyorquino, tras su paso por el Actors Studio, y había trabajado en una obra con John Cazale, otro mito de la interpretación. En 1969 ganó su primer Tony. De Niro recuerda perfectamente el encontronazo. Pacino no es capaz de ponerle fecha al momento, pero sí que conocía la fama creciente de De Niro. Y define lo que sintió en aquel primer cara a cara: "Pensé que llegaría lejos. Tenía carisma. Era obvio".

Así es ‘El irlandés’ / La obra maestra de Scorsese


Así es ‘El irlandés’, la obra maestra de Scorsese

Claves de la película más crepuscular y dolorosa del director neoyorquino, en la que ha reunido a Al Pacino, Robert De Niro y Joe Pesci para contar uno de los grandes asesinatos de la mafia estadounidense


GREGORIO BELINCHÓN
Londres, 13 de octubre de 2019









Reproducir
Al Pacino y Robert De Niro, en 'El irlandés'. En el vídeo, el tráiler.
"Me han dicho que pintas casas". La frase, que titula el libro de Charles Brandt en el que se basa el guion de Steven Zaillian, valdría perfectamente para definir también la nueva película de Martin Scorsese, El irlandés. Por un lado, suena a algo inofensivo, casi elegante: pintura, casas. Alguien que escucha algo de otro. Sin más, ¿no? El irlandés es la película más mesurada de los títulos gansteriles del neoyorquino, que ha decidido derivar la electricidad habitual de su narración a sentimientos más soterrados. Por otro, ese "pintar casas" significa que era un asesino a sueldo, ya que al disparar a alguien el chorro de sangre del balazo mancha, pinta las paredes y el suelo del lugar donde se comete el asesinato. Es Scorsese. Habrá sangre.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Liudmila Petrushévskaia / El país




Liudmila Petrushévskaia

EL PAÍS




¿Quién podría decir cómo vivía, con su hija, en un apartamento de una sola habitación, aquella silenciosa mujer alcohólica, invisible para todos, que cada noche, por muy borracha que estuviera, ordenaba las cosas que su hija había de llevar a la guardería, para tenerlo todo a mano por la mañana?

Ella conservaba en el rostro huella de pasada belleza -cejas arqueadas, fina nariz-, pero la hija, en cambio, era una niña delicaducha, blancuzca y alta para su edad, que ni siquiera se parecía al padre, porque éste era muy rubio y con los labios de color rojo vivo. Habitualmente, la hija jugaba en silencio en el suelo mientras la madre bebía sentada en la mesa o echada en la cama turca. Luego se acostaba y apagaban la luz; se levantaban como si tal cosa por la mañana y, en medio de la helada y la oscuridad, corrían a la guardería.

Marie Modiano / “Quise evitar escribir, era inconcebible hacer lo mismo que mi padre”

Marie Modiano


Marie Modiano: “Quise evitar escribir, era inconcebible hacer lo mismo que mi padre”

La escritora y cantante, hija del premio Nobel de Literatura Patrick Modiano, publica ‘Distante’, un relato sobre la relación entre una joven actriz y un escritor maldito



Una mujer evoca sus veinte años: entre el encuentro en el Pont des Arts con un escritor norteamericano apenas mayor que ella y una interminable gira teatral donde vislumbra el lado opuesto de la escena. Distante es un inquietante relato tejido de recuerdos soñados, melancólicos o felices, de un amor de juventud. «He firmado mi primer contrato sin siquiera preguntarme si sería feliz con esos treinta y dos versos que declamar cada noche, durante más de un año, en diferentes ciudades europeas y francesas de provincias. Para mí, era un salvavidas, un medio de escapar gracias a un salario mensual fijo. Había que huir. Huir de París y los malos recuerdos de los últimos años que flotaban en el aire en cada esquina de cada calle, como las rapaces que vuelan a la altura del pecho, dispuestas a atacar en todo momento.»