Ray Loriga |
Ray Loriga gana el premio Alfaguara de Novela 2017
El autor es galardonado por su novela ‘Rendición’, presentada con el seudónimo del exfutbolista Sebastián Verón
Ferrán Bono
Madrid, 6 de abril de 2017
"Cuando camino por la calle y veo a alguien, ese también podría ser yo". Esta personal definición de la empatía de Ray Loriga es también la síntesis de su última novela, con la que el escritor madrileño retorna al primer plano del panorama literario. Con ella, con Rendición, acaba de ganar el premio Alfaguara de Novela en su vigésima edición, cuando el autor acaba de cumplir 50 años y cuando hace 25 años que publicó su primer libro Lo peor de todo. A veces, los números redondos cuadran. "Quiénes somos cuando nos cambian las circunstancias", añadió el autor este miércoles al mediodía, tras una comida en un hotel de Madrid, donde se dio a conocer el veredicto del jurado de uno de los galardones literarios más relevantes en español, dotado con 175.000 dólares (164.000 euros aproximadamente) y una escultura del artista canario Martín Chirino, y de mayor proyección en Latinoamérica.
Rendición es una distopía, una novela de ciencia ficción -"bueno, de ciencia tiene poco, de ficción", matiza el autor a este periódico-, una parábola de tintes kafkianos y orwellianos, con influencias del mexicano Juan Rulfo. En fin, Ray Loriga, nombre artístico de Jorge Loriga Torrenova, ha vuelto, aunque, en realidad, nunca ha dejado de estar ahí. Ha publicado novelas (Za Za, emperador de Ibiza fue publicada por Alfaguara en 2014), ha dirigido películas (como Teresa, el cuerpo de Cristo, de 2007) y ha escrito guiones, y ahora recobra el fulgor mediático que le acompañaba en la década de los noventa, cuando publicó libros como Héroes, Caídos del cielo o Tokio ya no nos quiere (1999) y su rostro podía pasar por el de una estrella del rock o un componente de la beat generation, acompañado por la que era su mujer entonces, la cantante Christina Rosenvinge, y empapado de las lecturas de Charles Bukowski, Raymond Carver o Jack Kerouac.
"Hombre, ha pasado tiempo y desde entonces no he parado de leer.. Y autores muy diversos. A Elías Canetti, a George Orwell, a Ezra Pound, a Giacomo Leopardi, a Jonathan Franzen... ", comentó ayer el escritor. Su entrada al salón donde se anunció el ganador del premio fue, como se dice, en loor si no de multitudes, sí de numerosos escritores, periodistas, editores y algún representante público (el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, estuvo en el aperitivo; el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, todo el acto). Algunos se levantaban para saludarle, la mayoría aplaudía. Se nota que es un tipo estimado.
Jugaba en casa, en su ciudad y en la de su equipo, el Real Madrid. Ray Loriga es un futbolero empedernido y no por casualidad entregó su original bajo el seudónimo de Sebastián Verón. "Es por Brujita Verón, un jugador argentino ya retirado que me gustaba mucho; era muy peculiar, y yo me tengo también como tal", explicó, encantado con el premio. "Yo he sido jurado del premio y sé que es limpio, no recibí indicaciones de la editorial, ni yo, ni nadie, creo, sabíamos quiénes estaban detrás de los seudónimos", añadió a este diario.
El jurado, presidido por la escritora mexicana Elena Poniatowska, destacó lo siguiente del premio: "Sin caer en moralismos, a través de una voz humilde y reflexiva con inesperados golpes de humor, el autor construye una fábula luminosa sobre el destierro, la pérdida, la paternidad y los afectos". Sin apenas referencias geográficas o temporales, Rendición es una novela "kafkiana y orwelliana" que "sorprende a cada página hasta conducirnos a un final impactante que resuena en el lector tiempo después de cerrar el libro", agregó Poniatowska, ella misma ganadora del Alfaguara en 2001 con La piel del cielo, al leer el fallo.
Y de qué trata la novela, en palabras del propio Loriga: "Trata sobre quiénes somos cuando nos cambian las circunstancias, cuando nos quitan las flores del jardín, cuando los muebles se han ido, cuando las situaciones han cambiado; quiénes somos de verdad, esa es la pregunta que me hago en el libro".
Así arranca la novela: "Nuestro optimismo no está justificado, no hay señales que nos animen a pensar que algo puede mejorar. Crece solo, nuestro optimismo, como la mala hierba, después de un beso, de una charla, de un buen vino, aunque de eso ya casi no nos queda (...)".
Rendición se impuso en una liza en la que habían concurrido 665 manuscritos, de los cuales 305 fueron remitidos desde España, 107 desde Argentina, 91 de México, 50 de Colombia, 48 de Estados Unidos, 23 de Chile, 21 de Perú y 20 de Uruguay.
Creado en 1964 y relanzado en 1998, por el impulso del fundador de Santillana y el que fuera presidente de Prisa Jesús Polanco y su hija Isabel, el premio Alfaguara ha acumulado en estas dos décadas dos millones de ejemplares vendidos en las dos orillas, con un marcado acento transatlántico. Entre sus ganadores, destacan Manuel Vicent, Sergio Ramírez, Eliseo Alberto, Elena Poniatowska, Laura Restrepo, Santiago Roncagliolo, Juan Gabriel Vásquez o Eduardo Sacheri.
El jurado ha estado en esta edición presidido por Elena Poniatowska, y compuesto por Eva Cosculluela, Juan Cruz, Marcos Giralt Torrente, Andrés Neuman, Santiago Roncagliolo, Samanta Schweblin y Pilar Reyes (con voz pero sin voto). Desde su primera edición, en 1998, han presidido el Alfaguara Carlos Fuentes, Eduardo Mendoza, Alfredo Bryce Echenique, Antonio Muñoz Molina, Jorge Semprún, Luis Mateo Díez, José Saramago, José Manuel Caballero Bonald, Ángeles Mastretta, Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Luis Goytisolo, Manuel Vicent, Bernardo Atxaga, Rosa Montero, Manuel Rivas, Laura Restrepo, Javier Cercas, Carme Riera y Elena Poniatowska.
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