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viernes, 4 de julio de 2014

La Matanzas de Carilda Oliver Labra


Carilda Oliver

La Matanzas de Carilda Oliver Labra


Jenny Hernández Suárez
4 de julio de 2014

Sí, vive en una ciudad bohemia, marcada por los ríos y el mar, en la que la celebridad de poetas cubanos de siglos precedentes aún permanece intacta a manera de hito y escudo para las presentes generaciones.
Ella, la ciudad, inspira entre sus hijos un ¿sentimiento?, ¿pasión?, ¿nostalgia? que responde  al término de “lo matancero”, “lo matanceril” o, simplemente, “matanceridad”. Palabras que sin bien tratan de expresar la esencia misma de quienes viven y sueñan en las riberas del Yumurí y el San Juan, también han encontrado críticas y revisiones. En lo fundamental, no se ha llegado a un consenso, y sobre el tema aún ronda la ambigüedad.
Carilda Oliver Labra –matancera, miembro de la Academia Cubana de la Lengua Española y Premio Nacional de Literatura– encarna uno de esos personajes sin los cuales resulta imposible dialogar sobre la matanceridad. Su obra, en especial su Canto a Matanzas, la distingue como una de sus hijas más fieles, feliz de encontrarse aquí, en la ciudad pequeña en la que, sin embargo, puede respirar a toda Cuba, desde su residencia de siempre: Calzada de Tirry 81.
¿Cómo percibe aquello que describimos como matanceridad?
No lo puedo definir, o mejor, ¡eso! no se puede definir. Hay una Matanzas mucho más profunda que la que observamos a diario, y ésa resulta más ardua de precisar y delimitar.
¿Por qué nunca ha abandonado la ciudad?
Precisamente por eso, por la matanceridad. Y lo afirmo aunque no haya esclarecido el término. Creo que también en eso influye mi carácter, no soy muy cosmopolita ni aventurera. La única aventura que disfruto es aquella que se relaciona con los seres humanos.
Se cuenta que carece de inspiración fuera de Matanzas… ¿cuánto hay de verdad en esa aseveración?
Entre los primeros países que visité se encuentra la República de Bulgaria. Y a los cinco o seis días de estar allí, sentí una angustia especial, una nostalgia. Escribí un soneto, no me quedó bien. Entonces me preguntaba qué le faltaba. Y la respuesta era muy simple, le faltaba lo más importante: “poesía”. Sencillamente le faltaba Matanzas.
Puede que sea un complejo, una obsesión muy particular que responda a mi imaginación.
¿Qué puede tener Matanzas como para preferirla con respecto a otras partes del mundo?, tampoco lo puedo discernir. Porque en Matanzas faltan muchas cosas que sí existen en otras partes del mundo. Sin embargo, yo no las reclamo. Lo que me es vital lo tengo aquí, pero no me preguntes qué es, porque no lo sé.
Se ha dicho de Matanzas que es la ciudad que le faltaba al orbe. Otras personas, más bien extranjeros, me han comentado que no parece cubana. Yo, la verdad, tales afirmaciones no las puede discutir, porque Matanzas y Cuba me resultan lo mismo. Cuando digo Cuba recuerdo a Matanzas, cuando digo Matanzas sé que no puedo vivir sin Cuba. Desconozco dónde radica exactamente el encanto.
¿Siempre estuvo presente la “matanceridad” en su obra?
Siempre, siempre… porque es lo de uno.
¿Cuál de sus textos es el más completo en cuanto a esta relación…?
Es Canto a Matanzas… y no precisamente por su excelencia, sino porque aborda distintas facetas de la ciudad y los distintos modos de quererla. Resulta el más importante con respecto a otros, y no lo hice con tal propósito. Nació solo.
Sin embargo, el hecho de vivir lejos del epicentro cultural del país, ¿limita?
Creo que sí. Incluso tengo unos cuantos libros inéditos…
Matanzas, por su parte, ¿cuánto aporta a Carilda?
¿Qué sería de mí sin Matanzas, sí no puedo vivir lejos de aquí? Me aporta la vida.
Por ejemplo, me desespera no poder andar por sus calles, algo tan bonito e iluminador, y perderme en sus noches. Con esas acciones me parece que permanezco en la Tierra.
¿Podrá retribuirle la ciudad, sus habitantes, tanto amor? 
No espero ninguna retribución. Decía José Martí: Amor con amor se paga. En cambio, no espero cobrar. Sería agradable, desde luego, que lo quisieran a uno, pero es que en el amor no se puede ser tan especulativo. Fíjate que los grandes amores son así: amas y a veces no te aman, y pese a ello tú sigues amando.
Fragmentos de una entrevista realizada en el 2007 como parte de un proyecto vinculado a la matanceridad y sus protagonistas. Entrevistaron: Dianelys González, Mileysis Arencibia, Roxana Álvarez y Jenny Hernández.



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