Quintero: ¿de las urnas a la cárcel?

Pensó que si lograba la candidatura del Pacto, se salvaría de la cárcel. Pero el plan le falló.

Mauricio Vargas

18 de octubre de 2025

A punto de enfrentar un juicio por corrupción, acusado por la Fiscalía de peculado, interés indebido en la celebración de contratos y prevaricato por acción, y asediado por las escandalosas revelaciones contra su hermano Miguel, el exalcalde de Medellín Daniel Quintero renunció a participar en la consulta para elegir candidato presidencial del Pacto Histórico, el partido del presidente Gustavo Petro. Las encuestas internas del petrismo lo mostraban muy debilitado, una quincena de puntos por debajo de sus competidores Iván Cepeda y Carolina Corcho: sin duda eso lo acabó de decidir a tirar la toalla.

El juicio por corrupción se originó en el contrato para la compra de un terreno de 146.000 metros cuadrados, llamado Aguas Vivas, en una ladera entre Las Palmas y El Poblado. Modificaciones promovidas por Quintero y nueve funcionarios suyos en 2020, como el cambio del uso del suelo, elevaron el valor del predio de $ 2.700 millones a $ 48.000 millones, 18 veces más, para beneficio de sus dueños. Por el solo peculado, Quintero podría ser condenado a una pena de hasta 22 años de cárcel.

Esto es solo una muestra de la desbordada corrupción de su alcaldía. Fiscalía, Contraloría y Procuraduría profundizan en más de 650 hallazgos altamente sospechosos: aparte de Quintero, hay una veintena de funcionarios empapelados, seis de ellos presos. Para completar esta maloliente escena, el Canal Caracol y otros medios revelaron chats de Miguel Quintero, hermano del exalcalde, con amigos suyos, que dejan ver una red de corrupción que repartía puestos y oscuros contratos de la alcaldía de Medellín y del Área Metropolitana, y estaba a punto de apropiarse de un lujoso apartamento incautado a la mafia y que manejaba la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

Los indicios del veloz e injustificado enriquecimiento del hermano del exalcalde, por cuenta de la contratación en la capital paisa, llevaron esta semana a Federico Gutiérrez, actual mandatario de la ciudad, a declarar que “el robo que le hicieron a Bogotá los hermanos Moreno Rojas se queda chiquito en comparación con el robo de los hermanitos Quintero a Medellín”. Enfático, llamó “corruptos y miserables a quienes usan el poder y los recursos públicos para enriquecerse...”.

Las encuestas internas del petrismo lo mostraban muy debilitado, una quincena de puntos por debajo de sus competidores Iván Cepeda y Carolina Corcho: sin duda eso lo acabó de decidir a tirar la toalla

El retiro de Quintero de la consulta despertó la alegría de amplios sectores de la izquierda, que con razón lo veían como un paracaidista sin convicciones ideológicas, que aterrizó en el petrismo por puro oportunismo. El único triste es el presidente Gustavo Petro, que siempre ha apadrinado y protegido a Quintero, como lo ha hecho con varios hampones a quienes ha nombrado ministros, consejeros y embajadores. La consulta será votada el domingo entrante y debe decidirse entre Cepeda y Corcho, que, según los sondeos, van cabeza a cabeza.

Quintero no solo quedó fuera de la consulta, sino de todo juego para 2026. Según advirtió en Blu Radio la directora de la Misión de Observación Electoral (MOE), Alejandra Barrios, la Ley 1475 de 2011 impide que, tras renunciar a la consulta del Pacto, pueda presentarse en marzo a otra consulta o en mayo a la primera vuelta presidencial, ya sea por firmas o a nombre de otro partido. Al haberse inscrito en esa consulta, quedó como miembro del Pacto, y ya no podrá cambiar para estas elecciones. De hecho, su rostro irá en los tarjetones de la consulta petrista, pues ya estaban impresos.

En agosto, cuando sintió que las causas penales por corrupción lo arrinconaban, Quintero pensó que si lograba hacerse con la candidatura presidencial del Pacto, esa investidura lo blindaría e impediría que terminara en la cárcel. En buena hora para la democracia, el plan le falló. Alejado de la batalla electoral, al exalcalde solo le queda enfrentar a la Justicia y si, en el caso del lote de Aguas Vivas, es hallado culpable, prepararse para pasar una larga y merecida temporada tras las rejas.

EL TIEMPO