Sei Shōnogan
Extrañas son las emociones de los hombres
Extrañas son las emociones de los hombres y extravagantes sus conductas. A veces un hombre abandona a una mujer bonita para casarse con una fea. Y si bien un caballero que frecuente el Palacio podría elegir a cualquiera de las más hermosas jóvenes de buena familia, muchas veces su elegida es alguien de posición tan elevada que no puede hacerla su esposa, y él, si realmente ha quedado impresionado por ella, languidece hasta morir.
Otras veces un hombre queda tan enloquecido por una mujer sobre quien tiene informes favorables que hace todo lo que está a su alcance para casarse, sin siquiera haberla visto.
No entiendo cómo un hombre puede amar a una mujer, a quien todos, incluso las de su mismo sexo, encuentran desagradable. Me acuerdo de cierta mujer, atractiva, de buen corazón y que además tenía una excelente caligrafía. Envió un bello poema al hombre que había elegido, y él le contestó con una nota pretenciosa, sin siquiera molestarse en visitarla. Ella lloró desconsoladamente, pero él, indiferente, se fue con otra mujer. Todos, aun aquellos a quienes el asunto no atañía directamente, se sintieron indignados ante conducta tan dura, y la familia de la mujer quedó muy apesadumbrada. Sin embargo, el caballero no mostró la menor compasión.
El libro de la almohada

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