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sábado, 27 de julio de 2019

Blade Runner 2049 / Más humano que los humanos


Blade Runner 2049, más humano que los humanos



Una continuación más que digna

23 DE ENERO DE 2018

Blade Runner 2049 se estrenó en octubre y parece que ya ha pasado toda una vida. Pero antes de hacer un análisis de la película de Denis Villeneuve, quise hace un repaso a la saga de Blade Runner. Primero con una entrada sobre la película de Ridley Scottamor y muerte en Blade Runner. A continuación el libro de Philip K. Dick que sirvió de inspiración, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Y, finalmente, también la aventura gráfica inspirada en la película, que amplió el universo de Blade Runner.


Para el enamorado de Blade Runner

Blade Runner 2049 lo tenía muy difícil. Los amantes de la película original la íbamos a enjuiciar con mucha dureza. No íbamos a perdonar que Ridley Scott prostituyera a la mejor película de ciencia ficción de la historia con una secuela de baja calidad. Pero se atrevieron a filmarla, y el atrevimiento ya es en sí mismo, un valor a destacar.
Aunque para muchos puristas el hecho de que hicieran una secuela ya era un crimen en si mismo, creo que Blade Runner 2049 ha sido una buena secuela. Por supuesto, decir que no ha estado a la altura de la Blade Runner original sobra. Muy pocas veces en la historia del cine, la secuela supera a su predecesora. Esta cinta no podía sorprendernos o emocionarnos como hicieron en su día Deckard y compañía, pero tampoco podía ser una copia de la original, al estilo de El despertar de la fuerza.
En mi humilde opinión, la historia ha sido interesante, el desarrollo del mundo de Blade Runner ha sido muy acertado, las actuaciones bastante buenas, la fotografía excelente, las reflexiones filosóficas presentes muy interesantes y, si hay un aspecto quizás mejorable, es la banda sonora que, sin ser mala, está a años luz de la original de Vangelis. Es mi opinión, por supuesto.



Pero los nuevos espectadores...

Es verdad que donde ha tenido más problemas Villeneuve ha sido a la hora de conquistar al nuevo público que no vio la cinta original. Los llamados millenials están fundamentalmente acostumbrados a otro tipo de cine, con un ritmo más acelerado, como la vida que ellos mismos viven. Las nuevas generaciones tienen menos paciencia en los productos audiovisuales. Quieren más inmediatez.
Y desgraciadamente, también nos han acostumbrado a un cine menos reflexivo, donde no haya que complicarse mucho con reflexiones y pensamientos. El fracaso de Madre! creo que va en la misma dirección.
No obstante, conviene recordar que para su época, la Blade Runner también fue un fracaso comercial y sólo después fue convirtiéndose en una película de culto.

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K el replicante

Aconsejo que, antes de ver Blade Runner 2049, por supuesto se vea la película original, pero también los tres cortometrajes que se rodaron antes del estreno de la secuela. Aunque no son de obligado visionado, sí ayudan a contextualizar la historia. Especialmente el primero, de animación, fechado en mayo de 2022, que me recordó mucho a lo mejor de los Animatrix de Matrix.
K es un replicante que trabaja como blade runner. Su misión es eliminar a los replicantes rebeldes, sobre todo modelos Nexus-8. Él pertenece a una nueva generación de replicantes creados por el multimillonario Niander Wallace, Nexus-9, programados para obedecer sin cuestionar a sus amos humanos.
Tras enfrentarse a uno de los Nexus-8 fugitivos, K descubrirá los restos de una mujer que había muerto al dar a luz. Un análisis de los mismos revelará que se trata del cuerpo de una replicante, Rachel, que en 2019 se había fugado con el blade runner Deckard. La policía encargará a K que localice y asesine a ese niño nacido de una replicante.



Menos poesía

Ciertamente, Blade Runner 2049 no cuenta con la poesía que acompaña a su predecesora. Esa poesía musicalizada por el genial Vangelis. Siempre oscura, a veces misteriosa, bulliciosa o vacía, romántica, mágica... No quiero decir que no tenga su propia poesía, sobre todo a través de su magnífica fotografía. Pero, digamos, tiene menos capas de profundidad.
Una gran virtud de esta secuela es que nos amplía el universo fuera de Los Ángeles. Vemos otros lugares con una gran coherencia visual, pero sin repetir, sin hacer un "corta y pega". El desierto y Las Vegas, las granjas, o el orfanato donde trabajan esclavizados cientos de niños. Una imagen terrorífica del futuro que también se da en muchos países del presente.
Otro detalle importante es que se notan los años transcurridos entre 2019 y 2049 en ciertos aspectos, sobre todo en la tecnología o en los peinados y ropas de las mujeres. El tiempo ha avanzado.



Otra vez: qué es lo que nos hace humanos

En Blade Runner, los replicantes eran esclavos más humanos que los humanos. En Blade Runner 2049 son aún más esclavos, aunque no tengan la caducidad de los 4 años.
Frente a una humanidad decadente y cruel, como reconoce el propio Wallace, el futuro es de los replicantes. Pero los humanos quieren controlarlos y por eso crearon el Nexus-9, sumisos, obedientes. Pero ese control no es absoluto ni muchísimo menos.
Luv, la replicante sicaria de Wallace, siente por sus hermanos replicantes, llora. Y desobedece y mata para cumplir su misión. Y muere por culpa de su orgullo, de creerse la mejor de los replicantes. Un pecado muy humano.
En cuanto a K, la película nos muestra su evolución hacia la humanidad. Se traza un paralelismo con Deckard que en la cinta original también se humaniza. Deckard pasa de ser un frío sicario a arriesgarlo todo por su amor. K, frío asesino que no cuestiona sus órdenes, se convierte en Joe, desobedeciendo y rebelándose, amando a Joi, creyéndose el hijo de Deckard y, finalmente, entregando su vida a un fin más importante: la libertad de los replicantes.
De hecho, se podría decir que la película nos da "una de cal y otra de arena" en cuanto a las entidades artificiales que se elevan a la condición humana.



Joi

Por una lado tenemos a Joi, la inteligencia artificial holográfica. Joi (joy en inglés significa alegría, placer), ha sido desarrollada por Wallace para ofrecer un servicio de servidumbre y placer a sus compradores. Entre ellos K.
Pero parece que Joi evoluciona y que se libera de sus ataduras y que realmente ama a K hasta el punto de sacrificarse por él. Es significativo que sea Luv (love-amor) la que termine con ella.
Sin embargo, casi al final de la película, comprobamos como Joi seguía siendo sólo un programa informático, muy complejo, pero un programa al fin y al cabo. Joi está programada para hacer aquello que desea su dueño. K quería que lo amara. Quería que huyera con él. Y quería que se sacrificara por él.
La presencia de Joi ha causado que determinados círculos acusaran de machista a la película. La relación de Joi con K es servil y sumisa. Su existencia no hace otra cosa que reflejar una realidad presente en nuestro mundo: la prostitución y la esclavitud sexual. En este caso, a través de una entidad digital, como ya sucede con la industria del porno, eminentemente machista. Blade Runner 2049, en mi opinión, sí sería machista si idealizara ese tipo de relación como un amor sano, o el amor ideal. Pero K descubrirá que es todo un programa de ordenador y, que, por tanto, era un amor fingido, un amor falso.




Joe

En cambio K, ya convertido en Joe, muestra su humanidad en el plano moral más alto. Al final de la película no tiene nada. Ha perdido a Joi. También su trabajo. Ya no tiene la ilusión de ser el hijo de Deckard y Rachel. Y sin embargo se sacrifica. Entrega su vida a una causa más noble.
Ya lo dice Freysa, la líder de la rebelión replicante: "Lo que nos hace humanos es morir por una causa".
Y curiosamente, mientras que Joe muere en la nieve, sacrificándose por una causa, la verdadera hija de Deckard y Rachel conoce a su padre mientras recrea nieve artificial. Ella es un milagro, es la más humana de los replicantes, al haber sido concebida y no fabricada. Sin embargo, toda su existencia es irreal, aislada del mundo exterior. En contraste con Joe, cuya vida y muerte ha sido completamente real.




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