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martes, 16 de septiembre de 2014

Ana María Rodas / Poemas de la izquierda erotica


Annick Bouvier
 Ana María Rodas
POEMAS DE LA IZQUIERDA ERÓTICA

1. Domingo 12 de septiembre, 1937

Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.

Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.

Y después lo cuento.

2. Estamos hechos de recuerdos
Estamos hechos de recuerdos
de un pelo rubio
de un pecho
              de cuatro
              cigarrillos
              moribundos.
De rítmicos movimientos.

El ron se hunde, ruidoso, en la garganta
-10,000 células muertas-
y el deseo ametralla
en los dedos.

3. Asumamos la actitud de vírgenes
Asumamos la actitud de vírgenes.
                   Así
                   nos quieren ellos.

Forniquemos mentalmente,
suave, muy suave,
con la piel de algún fantasma.

                   Sonriamos
                   femeninas
                   inocentes.

Y a la noche clavemos el puñal
y brinquemos al jardín
abandonemos
esto que apesta a muerte.

4. Lavémonos el pelo

Lavémonos el pelo
y desnudemos el cuerpo.

Yo tengo y tú también
            hermana
            dos pechos
y dos piernas y una vulva.

No somos criaturas
que subsisten con suspiros.

            Ya no sonriamos
            ya no más falsas vírgenes

Ni mártires que esperan en la cama
            el salivazo ocasional del macho.

5. Como ya recorriste la vía más ancha
 
Como ya recorriste la vía más ancha
no tienes interés
en sus peces, ni en sus pechos.

Pegado a tu pedestal
                  porque tú
                  también
                  tienes uno de esos
mueve los hilos de tu trama

y te olvidas
que hasta ayer
te empujaba el sentimiento


6. Limpiaste la esperma
Limpiaste la esperma
y te metiste a la ducha.

                  Diste el manotazo al testimonio
                  pero no al recuerdo.

Ahora
                  yo aquí, frustrada,
                  sin permiso para estarlo
                  debo esperar
y encender el fuego
y limpiar los muebles
y llenar de mantequilla el pan.

Tú comprarás con sucios billetes
                   tu capricho
                   pasajero

A mí me harta un poco todo esto
en que dejo de ser humana
y me transformo en trasto viejo.








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