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lunes, 27 de mayo de 2024

Héctor Navia Garzón / Elogios para una muela

 




Héctor Navia Garzón
Elogios para una muela


Le di todos los cuidados merecidos, y todos los elogios a una de las muelas que me acompañó largamente a pesar de  permanecer casi flotando en mi encía izquierda como una sobreviviente acariciada por los embelecos de la vida. Meses y meses hasta lograr algunos años que se pueden contar entre los martirios que la vida trae.

Yo esperaba que siguiera ahí como una sobreviviente más de otras que ya no me acompañan, y el luto que guardé por ellas lo viví de joven, cuando la conciencia de la realidad me resbalaba embadurnada de los super poderes de la juventud.

Perder una muela hoy, en estos atardeceres de ocasos cada vez más cercanos al reumatismo, la artrosis y la ceguera, se me han vuelto una tragedia donde contar las acostadas de cada noche me acercan a lo inevitable: que también los doscientos ocho huesos tendrán sus elogios por aquellos quienes hoy me ven, me abrazan, me exaltan o me reducen al tamaño de sus opiniones.

Siempre te recordaré muela valiente, supiste bajar al cadalso por su tenacidad a desprenderse de la boca por donde entra la vida, donde se acuñan las palabras más irresponsables, más queridas, más audaces y más escatológicas que toda boca pueda tener. Pero también, te recordaré por la autoestima que me ayudaste a enamorar a las mujeres que besé con esos labios entonados por el secreto de la sutil vitalidad, que tú y tus compañeras me aportaron en esos quehaceres de Cupido.

No te olvidaré porque ayudaste a mi risa de idiota, y a otras no tanto; a las carcajadas que no cuadraban en los chistes flojos de amigos con buenas intenciones de hacer reír. Pero también a esas risas explosivas que me retorcían las tripas por aquellos amigos con gracia y talento de marca.

Pueden haber elogios a todo, pero los mayores que deberían existir, es a la vida misma. Esa que hace brotar las muelas, el corazón, los riñones, los intestinos, y… todo cuanto tenemos envuelto en la piel de todos los colores.

No hay que olvidar a un fulano que anda entre las piernas que nos da toda la felicidad con el argumento de la palabra amor.

Adiós muela, que sigas por ahí en su descomposición cósmica.

25 de mayo de 2024




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