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viernes, 19 de abril de 2024

El Tren de Aragua enfrenta a los Gobiernos de Chile y Venezuela

 


El canciller venezolano Yván Gil y la ministra del Interior chilena, Carolina Tohá

El canciller venezolano Yván Gil y la ministra del Interior chilena, Carolina Tohá, en una composición fotográfica.AP / EL PAÍS

El Tren de Aragua enfrenta a los Gobiernos de Chile y Venezuela

El canciller venezolano Yván Gil declara que la banda criminal internacional es “una ficción mediática internacional”. La ministra del Interior chilena, Carolina Tohá, cataloga sus dichos como “un insulto a los pueblos de Latinoamérica”


La presencia del Tren de Aragua, la banda criminal internacional cuyos tentáculos se han extendido a varios países de Latinoamérica y que ha llegado hasta España, ha enfrentado a los gobiernos de Chile y de Venezuela. El canciller del Gobierno de Nicolás Maduro ha dicho el lunes que la organización es una “ficción mediática internacional” y que incluso existirían registros de personas “con acento chileno y peruano” que afirmarían ser parte del grupo. Las declaraciones fueron contestadas este martes por la Administración de Gabriel Boric, que las ha calificado como un insulto.

La controversia ha comenzado a partir de un encuentro entre el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, junto a su homólogo de Colombia, Luis Gilberto Murillo, en la ciudad fronteriza de Cúcuta. En una rueda de prensa, el representante de la diplomacia venezolana ha hablado sobre las denuncias que pesan en contra de los integrantes de la banda, que surgió a finales de la década del 2000 en el Centro Penitenciario de Tocorón, en el estado Aragua.

“El Tren de Aragua es una ficción creada por la mediática internacional para tratar de crear una etiqueta inexistente, como lo hicieron en su momento con el cartel de los Soles”, ha dicho el canciller venezolano aludiendo al cartel de los Soles, una denominación genérica con la que en Venezuela se hace referencia a la colusión entre el narcotráfico y el poder que el sector militar logró durante el chavismo, y cuya existencia es negada por el régimen de Maduro.

Gil ha ido más allá en su postura e incluso ha planteado que personas de otras nacionalidades se han identificado como supuestos integrantes de la agrupación criminal. “Ahora inventan un llamado Tren de Aragua, una organización que existió en Venezuela, localizada, y que luego se ha tratado de poner como marca. Hemos visto, por ejemplo, cómo ridículamente aparecen videos incluso de gente que dice ‘somos del Tren de Aragua’, con acento peruano, con acento chileno”, ha manifestado.

Las palabras del representante chavista causaron una fuerte molestia en la ministra del Interior chilena, Carolina Tohá. La autoridad, que es la máxima encargada de la seguridad pública del Gobierno de izquierdas del presidente Boric, ha mencionado que la presencia detectada del Tren de Aragua en el territorio chileno ha implicado homicidios, robos y secuestros que han acumulado decenas de víctimas.

“Es bien impresionante. Venezuela se dice así mismo un país bolivariano y la verdad es que Chile, Perú, Ecuador, Colombia, pueblos latinoamericanos, han sufrido fuertemente el flagelo de esta banda criminal. Personas han perdido sus familiares, han perdido la tranquilidad de sus barrios, han perdido sus negocios por eso. Entonces es un insulto, no al Gobierno de Chile, al pueblo de Chile y no solo de Chile, a los pueblos de Latinoamérica, que se les diga algo así. Es inaceptable”, expresó Tohá durante la inspección de la construcción de una subcomisaría de Carabineros en el municipio de Peñalolén, en el sector oriente de Santiago de Chile.

El director de la Policía de Investigaciones de Chile, PDI, Eduardo Cerna, ha complementado las palabras de la ministra Carolina Tohá, aunque evitó contestar de manera directa al canciller venezolano. “La evidencia [sobre la existencia del Tren de Aragua] es notoria. Se han desarrollado procesos investigativos meticulosos, de larga data, con evidencia científica, con georeferenciación, con evidencia tangible”, ha declarado.

La relación entre Santiago y Caracas ha sido distante, en especial por las críticas públicas de Boric a la represión ejercida por el Gobierno de Maduro contra sus opositores. Durante el último tiempo ambos países habían intentado recomponer los vínculos, con la llegada del experimentado político socialista chileno Jaime Gazmuri como embajador en Venezuela, tras varios años sin que Chile contara con embajador. Uno de los objetivos del diplomático era avanzar en un acuerdo para contener la crisis migratoria que afecta a Chile, la que es protagonizada principalmente por ciudadanos venezolanos que ingresan al país por pasos fronterizos irregulares.

Chile ha detectado la presencia del Tren de Aragua hace un poco más de dos años. En sus inicios, la mayoría de sus operaciones se concentraban en el norte del país sudamericano, aunque durante el último tiempo se ha dado cuenta de la presencia de sus integrantes en otros puntos del territorio. La violencia de su actuar ha sorprendido a las autoridades chilenas, que han debido centrar sus esfuerzos en el combate directo hacia el crimen organizado. “Nosotros teníamos el problema del crimen organizado, pero no estábamos discutiendo sobre su amenaza. En 2022 ya teníamos bandas transnacionales operando, como el Tren de Aragua, pero no hablábamos del Tren de Aragua”, dijo el fiscal nacional, Ángel Valencia, en una entrevista a EL PAÍS.

La última alerta sobre las actividades de la banda transnacional en el país sudamericano se encendió en febrero pasado, con el secuestro y asesinado del exteniente venezolano Ronald Ojeda, un militar disidente del chavismo que residía en Chile como refugiado. Las primeras investigaciones han apuntado a la eventual participación del grupo en el crimen.

EL PAÍS 



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